domingo, 9 de diciembre de 2012

Capítulo 007


Daniela tocó a la puerta y Alejandro le dijo que pasara, ella entró y se sentó. Él le contó su idea y ella estuvo de acuerdo. Al poco tiempo, la llevaron a cabo y a causa de eso, Alejandro había tomado una decisión.

Las dos semanas y media, habían pasado volando. Daniela y Andreina trabajaban muy duro y cada vez era más difícil para Alejandro decidirse. Andreina le coqueteó a Alex durante todo ese tiempo, sin conseguir progresos, mientras que Dani, lo esquivó lo que le fue posible, sin romper lo que habían dicho de conocerse.  Continuó yendo con él en moto todos los días, pero se aseguraba de no perder el equilibrio. Andrés no había conseguido que su amigo le averiguara lo que le pidió. Jana y Gabo, cada día se iban haciendo más amigos. Sam descubrió a un hombre que la enamoró.

En el Edificio Amanecer, alguien tocaba en la puerta del tercero C con vehemencia. Dani abrió la puerta dispuesta a regañar a la persona que tocaba así, pero se contuvo al ver a su hermano Nau delante de ella.

DANI: ¡¡Ahhh, Nau!! (Abrazándolo) ¿Qué haces aquí?
NAU: Pues visitar a mi hermanita mayor y a mi preciosa sobrina.
DANI: Tu hermana mayor si está y se alegra mucho de verte, tu preciosa sobrina se fue con Sam a comprar el pan, no deben de tardar.
NAU: ¿Sam? No me digas que volvió Samanta.
DANI: Pues si y vive aquí con nosotras. ¿Nos sentamos? (Lo hacen) ¿Quieres algo de tomar?
NAU: Si tienes una Coca-Cola fría, te lo agradecería.
DANI: Si que la tengo, ya vengo (Fue a la cocina, cogió la gaseosa y regresó a la sala) Toma.
NAU: Gracias. Sam de vuelta, de lo que se pierde uno por estar un mes y medio encerrado estudiando.
DANI: Tú, como siempre, tan exagerado, no me creo que te hayas pegado el mes y medio encerrado, sin salir y menos conociéndote como te conozco.
NAU: Está bien, si salí, pero muy poco, sólo salía a visitar a papá y con los compañeros de la universidad.
DANI: ¿Ves? No puedes estar sin salir, no va contigo… (Le sonrió)
NAU: Pues sí (Devolviéndole la sonrisa) No te imaginas con quién estuve hablando el otro día.
DANI: A ver, sorpréndeme ¿con quién?
NAU: Con nuestra prima, Maru. Me dijo que estaba pensando en volver a la isla.
DANI: Y ¿desde dónde? Porque la última vez que hablé con ella estaba viviendo en México. ¿Sigue allá?
NAU: No, ahora vive en Argentina.
DANI: Pues, es muy buena noticia, ya quiero que llegue, se le extraña mucho.

En ese momento, se escucha el sonido de las llaves en la puerta y segundos más tarde, la puerta se abre. Jana llegaba riéndose a carcajadas, mientras Sam le contaba algo. La niña vio a su tío y salió corriendo, abalanzándose sobre él.

NAU: Hola, preciosa. ¿Cómo estás?
JANA: Muy bien.
NAU: Me alegra. Y por lo que veo, tu tía Sam sigue siendo una payasa.
SAM: Gracias por lo de payasa, yo también te quiero (Se ríen) ¡Cuánto tiempo sin verte! (Dándole un abrazo)
NAU: ¡Y qué lo digas! Pero, cuéntame, ¿qué es de tu vida?

Siguieron conversando toda la tarde, mientras que a las afueras, en una hermosa casa del siglo XIX, un publicista recibía una noticia que lo tenía muy contento.

ALEX: Si, yo encantado, además hace un año que no la veo.
EDUARDO: Se quiere ir a pasar una temporada contigo y con Gabo. Nosotros viajamos con ella, pero sólo nos quedamos una semana.
ALEX: A Gabo le va a encantar ver a sus abuelos y a su prima preferida. ¿Cuándo viajan?
EDUARDO: Te confirmo en cuanto arreglemos eso con tu mamá, hijo…
ALEX: Perfecto, los esperaremos con ansias… Hasta pronto, papá.
EDUARDO: Hasta pronto, campeón…

Alex fue directo al cuarto de Gabo, donde el niño jugaba muy entretenido con sus gormitis, y le contó la buena noticia, el niño se puso muy contento.

Eran las ocho de la mañana del lunes y Alejandro ya se encontraba en su despacho revisando unos informes. Dani estaba afuera con Gloria y Andreina dejándolo todo preparado, porque al día siguiente, Gloria se marchaba. Alex por interphone, le dijo a su ayudante en exilio, que hiciera pasar a Andreina y unos segundos más tarde, ella ya estaba sentada en la oficina de Alex.

ALEX: Buenos días.
ANDREINA: Buenos días.
ALEX: Te mandé a llamar porque, como ya sabes, Gloria se marcha mañana y sé quién va a ocupar su puesto.
ANDREINA: ¿La otra chica no debería de estar aquí también?
ALEX: No, quiero hablar con cada una, a solas.
ANDREINA: Entonces qué, ¿me quedo con el puesto o no?
ALEX: Pues, felicidades, porque el puesto es tuyo.
ANDREINA: ¿De verdad?
ALEX: Si, de verdad.
ANDREINA: Gracias (Se levantó y le plantó un beso en los labios a Alex)
ALEX: (Apartándola) ¿Qué te pasa?
ANDREINA: Lo siento, fue la emoción del momento. Juro que no vuelve a pasar (“Por ahora”, pensó)
ALEX: Eso espero. Ahora sal y dile a Daniela que entre.
ANDREINA: Si, ya voy.

Andreina salió del despacho con una sonrisa maliciosa en el rostro y con esa misma sonrisa, le dijo a Dani que pasara al despacho, porque Alex la esperaba. Dani tocó la puerta y abrió. Alejandro le hizo señas para que entrara y se sentara, mientras terminaba con una llamada que acababa de recibir. Un momento después, colgó el teléfono.

ALEX: (Sonriéndole) Buenos días, otra vez
DANI: (Devolviéndole la sonrisa) Buenos días
ALEX: Bueno, estás aquí porque ya decidí quién se va a quedar con el puesto de mi ayudante.
DANI: ¿Y bien?
ALEX: El puesto es para Andreina.
DANI: Está bien.
ALEX: Lo siento, pero ella tiene más experiencia que tú y en mi equipo quiero a gente con experiencia en su puesto.
DANI: Está perfecto, lo entiendo y no tiene por qué sentirlo.


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