martes, 25 de diciembre de 2012

Capítulo 027


Tami miraba al Toro y se moría más de amor a cada segundo y viceversa. Un hijo de los dos era una idea sumamente maravillosa para ambos…

TAMI: Y a mí, Sergio Alberti Montemayor (Lo besa intenso) ¿Por qué no empezamos a practicar?
TORO: Practiquemos, pues... (La alza) ¿Tu cuarto está disponible o acostaste al enano ahí?
TAMI: Mi cuarto siempre está disponible, el niño está en su cuarto...
TORO: (La baja y la besa) A ver, señorita, deme un adelantito...
TAMI: Nada de adelantito, vamos al ruedo ahora mismo...
TORO: Llévame...

Tami lo llevó y practicaron en silencio, pero toda la noche  y no fueron los únicos porque en Madrid, Alex y Dani, se dedicaron a recuperar el tiempo que no tenían en casa.

A media mañana, unas horas antes de la gran reunión, Daniela despertó en brazos de Alejandro y sonrió al darse cuenta. Se quiso levantar de la cama, pero él no la dejó. La aprisionó fuertemente entre sus brazos y le dio un besito en la espalda, ya que habían dormido en "cucharita"....

ALEX: Ni se te ocurra levantarte de la cama, sin darme los buenos días, Daniela...
DANI: ¿Es una orden, licenciado? (Se giró y tenía una sonrisa en la cara)
ALEX: Efectivamente. (Se dan un besote y alguien golpea la puerta) ¿Quién es?
EMPLEADO: Su desayuno, señor...
ALEX: Voy... (Se levanta y se pone unos bóxer y la bata. Va hasta la puerta y se fija que Daniela no esté a la vista. Abre) Buen día, muchas gracias. (Ve que hay otro desayuno en el carrito) ¿Ese es para la señorita del cuarto de al lado?
EMPLEADO: Si, señor.
ALEX: Déjelo aquí, ella se está bañando y como es mi compañera de trabajo y estamos aquí trabajando, quedamos en reunirnos para el desayuno... Yo le aviso.
EMPLEDO: Claro, caballero... (Deja ambas bandejas y se va)
DANI: ¿Avisas a quién, hermoso?
ALEX: A ti, amor, trajeron el desayuno. (Va con ella y la vuelve a besar) Buen día...
DANI: Buen día (Le sonríe y le da un besote) ¿Por qué no se me quita esta sonrisa de boba?
ALEX: (Se sienta en la cama y le besa el cuello) No tienes sonrisa de boba, princesa... Es una mañana soñada, ¿no?
DANI: Más que soñada... Pero vamos a apurarnos que tenemos que ir a la reunión, ¿a qué hora es?
ALEX: Falta bastante, es a las dos de la tarde y son apenas las diez de la mañana. Entonces, ¿desayunamos?
DANI: Si, ¿qué hay de desayunar?
ALEX: Café o te, frutas varias, tostadas, Alejandros, jugos... Menú surtidito...
DANI: De todo lo que nombraste, mis preferidos son los Alejandros, jajajaja
ALEX: ¿Si?... (Se abre la bata, dejando ver los abdominales que sabía que Daniela adoraba) Desayuna, entonces...
DANI: Jajajaja, después, bombón, necesito recobrar fuerzas y tú también (Besote)
ALEX: Vale, pero UFA... Me doy un baño rápido y como algo, hermosa... (Otro beso y se mete a bañar)
DANI: (Se quedó sentada en la cama) Eres un encanto, Alejandro te prometo que no voy a dejar que nada nos separe, ni yo misma...
ALEX: (Sale del privado en ropa interior y se sienta a tomar un café) ¿Cómo está todo, amor?
DANI: Está todo delicioso, pero no más que tú... Bueno, yo me voy a mi habitación, tengo que preparar unas cosas, darme un baño y vestirme, porque aquí no tengo ropa...
ALEX: No te vayas, busca tus cosas y quédate aquí.
DANI: ¿Y qué hacemos con la otra habitación?
ALEX: La dejamos por si alguien llama preguntando por ti...
DANI: ¿Cómo vas a estar pagando dos habitaciones? Es de locos
ALEX: Si tú te quedas ahí, hay que pagarla igual y no quieres que nadie sepa que andamos juntos, por lo que debes estar registrada en otra recámara... Entonces, Dani, me parece que es un precio muy bajo para conceder los deseos de su majestad, la reina de mi alma. Es dinero, amor, nada más ni nada menos que dinero y si tengo que pagar mil cuartos para poder pasar mis noches dormido a tu lado, las pago feliz.
DANI: Es tu dinero, allá tú con tus decisiones. Voy a buscar mis cosas (Le da un beso) Te amo (Sale de la habitación con la bata de Ale)
ALEX: (Va con ella y cuando Dani abre, se mete rápidamente, ya que estaba en calzones) Eyyy, mi bata, Cosita...
DANI: ¡Upsss, me la traje! No me di cuenta
ALEX: (Cierra la puerta) Ya veo... (Mira hacia la cama) ¿Será igual de confortable que la de mi cuarto? (Le va abriendo la bata a Dani, mientras la va llevando hasta el borde de la cama)
DANI: Ale, me tengo que bañar...
ALEX: Si, lo se, amor, en un ratito te bañas... (Le abraza por dentro de la bata y le besa el cuello y el lóbulo de la oreja) Desayúname...
DANI: Sus órdenes son obedecidas, mi capitán (Lo besa apasionadamente, mientras Ale la va recostando en la cama)

La pareja volvió a sucumbir a sus deseos y después de eso, cambiaron las cosas de Dani al otro cuarto. Se bañaron, cada uno por su lado, ya que Alex decidió darse una nueva ducha y se vistieron con ropa cómoda. Bajaron al lobby del hotel, donde había una gran sala de estar con muchos sillones. Se acomodaron en un sector reservado por Alejandro con anticipación y allí, el licenciado Zavala, fue poniendo a su novia/colega, al tanto del negocio y de la adquisición de "Cotex Enterteinment"

William Anderson Cotex, era el bisnieto de Frederic Cotex, quien creara la empresa a principios de los años 20, en Nueva York. Con el  pasar de las décadas, el negocio abocado a llevar cantantes por toda la extensión del territorio de Estados Unidos, fue creciendo hasta convertirse, a mediados de los años 70, en una de las compañías de entretenimiento más grandes de su tierra y a finales de la década de los ochenta, se expandió hacia Europa y Latinoamérica, contratando a distintos artistas y llevándolos a recorrer el mundo, presentado sus trabajos.  Con la crisis económica mundial, Cotex estaba pensando en rearmarse y volver a las bases, como para tomar envión y después de una espera prudente relanzarse y para poder costear esos meses de “pausa”, William decidió desprenderse de la sucursal que Cotex tenía en España y comenzó a investigar a los empresarios que creían podrían responder a sus pretensiones.
Alejandro le llamó la atención desde un principio, por la forma en que creó Frama, en plena crisis y como ahora que, mundialmente, las economías se iban derrumbando, este hombre hacía crecer su negocio con premisas firmes y concretas, pautas de trabajo en equipo e ideas sencillas, fáciles de llevar a cabo y muy efectivas.
Después de casi dos años de investigarlo y seguir de cerca sus logros, William buscó a Alejandro y hablaron el mismo día en que el licenciado conoció a Daniela. Le explicó que él estaba a punto de ser el elegido para comprar Cotex y lo demás, es historia contada. A partir de esa tarde, Frama habría adquirido el negocio estadounidense y lo convertiría en parte de la empresa de publicidad que con tanto esfuerzo, sacrificio y ahínco, Alex supo levantar y mantener a flote.

Puntualmente, William y su esposa, Stacey, aparecieron en la mesa del restaurante donde Dani y Alex los aguardaban. Se hicieron las presentaciones formales, se firmó el traspaso, que tenía las firmas de los abogados de ambos hombres previamente adosadas, se entregó el cheque y allí, los negocios quedaron de lado y la comida se transformó en una amena y distendida charla. Stacey se excusó para ir al privado y Daniela, aprovechó para ir con ella. Los dos hombres se quedaron conversando: el inglés de Alejandro era perfecto, pero William disfrutaba de hablar en castellano y no lo hacía nada mal.

WILLIAM: (Pronunciaba como los hacen todos los que estaban en su situación) Entonces, Alejandro, ¿no vives en Madrid, pero tienes la empresa aquí?
ALEX: No, la sede principal está en San Cristóbal de La Laguna, donde vivo, pero tenemos sucursal aquí y ahora, gracias a ti, eso se va a agigantar.
WILLIAM: No, gracias a ti y tu trabajo. ¿Cuándo vuelves a tu casa?
ALEX: Mañana a la mañana. Esta noche iremos a un concierto.
WILLIAM: ¿Hay algo entre Daniela y tú? Es muy guapa.
ALEX: Ehhh… No, somos sólo colegas, pero algún día, seremos algo más (Le guiña el ojo)
WILLIAM: ¿Te gusta?
ALEX: Estoy enamorado de ella, pero Dani no lo sabe.
WILLIAM: Pues, ten cuidado, mezclar sentimientos con trabajo, es complicado.
ALEX: Este no es el caso, Daniela es distinta y lo que siento también lo es.
WILLIAM: ¿Seguro?
ALEX: No digas nada, pero se que mi vida, la voy a vivir a su lado…
WILLIAM: (Se ríe) Al hombre enamorado, nada le quita la ilusión. ¿Y a qué concierto van?
ALEX: Jean Carlos Canela.
WILLIAM: ¡Oye! La empresa que acabas de adquirir es uno de los mayores auspiciantes de ese concierto.
ALEX: (Abre los ojos de par en par) ¿De verdad?
WILLIAM: Si, claro. Tienes las credenciales en el paquete que te dejé en el hotel. Allí está todo. De todos modos tu abogado lleva más de un mes trabajando con el mío, él te pondrá al tanto.
ALEX: (Tuvo una idea) William, me acabas de dar una enorme noticia…
WILLIAM: Suerte con Daniela, se le ve en un segundo que es buena gente, igual que tú, ojala y te corresponda algún día…
ALEX: (Sentía feo al mentir, pero no podía decir nada concreto) Ojala…

Las mujeres regresaron y alrededor de las cinco de la tarde, ambas parejas de despidieron. Los “locales” regresaron a la habitación del hotel que compartían y aunque él pretendía hacer el amor, ella quería recorrer un poco la ciudad, ya que no la conocía. Obviamente, el licenciado accedió y como un par de novios adolescentes, tomados de la mano, caminaron de aquí para allá, comprando algunos presentes para sus afectos y disfrutando plenamente de la compañía del otro. A las ocho de la noche, volvieron al hotel, se pidieron una cena ligera en el cuarto, se bañaron nuevamente, se vistieron para la ocasión y salieron rumbo al teatro, para disfrutar del recital…






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