Capítulo 167

Alejandro subió a su alcoba, necesitaba a Dani como nunca antes, sólo ella podía sosegar su dolor, mitigarlo un poco…

DANI: (Sale del baño en el momento que Alex entra en la habitación) Hola, amor (Lo abraza y lo besa) ¿Cómo está tu hermana? ¿Se quedó sola?

ALEX: No, con mamá... (Le quita el toallón) Ayúdame, Dani, por favor...

DANI: ¿A qué, amor?

ALEX: (La besaba como desaforado) A sacarme el dolor... En tus brazos no existe eso, no hay tristezas...

DANI: Podría hacerlo, amor, pero eso no va a solucionar nada...

ALEX: No quiero que soluciones nada, princesa, sólo quiero pensar en ti y en nada más, por favor, te lo ruego, Dani, has que, al menos, por un rato, todo sea perfecto

DANI: Está bien, mi amor (Lo besa) Tranca la puerta con llave...

ALEX: (Lo hace y la tumba en la cama, con su amor y dolor mezclados, pero Dani era mágica) Te necesito, Cosita

DANI: Aquí me tienes, mi amor (Le besa el cuello y lo acaricia) Ámame y olvídate un poco de todo esto...

ALEX: (Ataca su vientre y sus senos, mientras su mano merodea la entrepierna de Daniela) Necesito tu amor, que seas sólo mía...

DANI: Soy sólo y completamente tuya (Le toma una mano y la lleva hasta su cintura, luego hace que la bese)

ALEX: (Se gira para dejarla a ella arriba y la acaricia en el rostro) Te amo con todo lo que soy

DANI: Y yo a ti, hermoso (Es ella la que toma el mando y empieza con caricias, besos y mimos hasta que siente que él está preparado)

ALEX: Ámame, hermosa, llévame donde sólo estés tú

La fotógrafa hace que su esposo entre en ella y comienza a moverse lentamente, mientras no deja de besarlo y acariciarlo, dándole todo el amor que tenía guardado para él...

Y la magia surtió efecto, de repente, para Alex, solamente existía su esposa, sus manos tocándolo, su boca besándolo y su piel resguardándole el alma, su amor lo protegía y él se dejó amar. Cada roce, por mínimo que fuera, era un remanso, era el lugar donde el dolor se esfumaba.

Dani seguía moviéndose lentamente, cuando Alex posó sus manos sobre su cadera y la instó a ir un poco más rápido

De esa manera, llegaron al cielo. Alejandro abrazó a Dani y se recostó junto a ella, en silencio, sólo la aferraba con fuerza contra su pecho, como rogando que esa sensación no terminara nunca. Poco rato más tarde, el licenciado se quedó profundamente dormido, estaba agotado...

La muerte de Martín dejó una profunda tristeza en todos. Andrés se había ensombrecido, estaba apagado, callado, gris. Sam era su única salida a todo ese dolor y ella, como fiel y leal compañera, no lo dejaba solo nunca. Bautista no iba mejor, pero sentir a su hija dentro del vientre de Maru y el amor de su esposa tan pleno, tan real, lo sacaban a la luz, lo ayudaban a mejorar un poco cada día. Alejandro casi no hablaba del tema. Sólo opinaba y muy poco, cuando se refería a lo que haría su hermana. Daniela trataba de abrir esa armadura que su marido se había puesto, pero no se podía. De todas maneras, eso era sólo una piedra en su camino, ya que la fotógrafa se había decidido a ayudarlo, aunque él no quisiera dejarse. Y Tami se refugió en Gabriel y Jana, los dos niños le daban su amor incondicional, sin preguntar, ni pedirle nada a cambio. Se la pasaban mimándola, apapachándola y hablando de ese bebé que crecía dentro de ella con adoración. Gabo decía que su papá estaba equivocado y que sería un niño y Jana no le daba importancia a eso, sólo quería que naciera de una vez. Ezequiel vivía al pendiente de su cuñada. Él, junto a su esposa y a su pequeño hijo, visitaban a Tamara casi a diario. Otra persona que se la pasaba junto a Tata, era Maru, la amistad entre ellas era pura y real. Así pasó poco más de un mes.

Una tarde de sábado, en la casa Zavala Villalta, la familia se encontraba jugando en la sala, cuando Alex pidió un permiso y se fue a dar un baño. Daniela, pensando que él quería descargarse un poco, lo siguió

DANI: ¿Estás cansado, amor?

ALEX: (Se estaba sacando la ropa) No, dormí bastante bien, hermosa... (Le da un beso) No te preocupes tanto por mí, Dani, voy a estar bien. Sólo estoy un poco inquieto por mi hermana

DANI: De igual modo que tú te preocupas por tu hermana, yo me preocupo por ti (Lo abraza y lo besa) Y con respecto a Tami, se me ocurrió que por qué no llamas a Sergio, a lo mejor él la puede ayudar...

ALEX: (La agarra fuerte) Si ella quisiera verlo, ya lo habría buscado. (Beso) ¿No me dijiste mil veces que tengo que dejar que ella viva esto como quiera, como le salga? (Su esposa asiente) Entonces, dejemos que cuando lo necesite, lo llame... ¿Ya te dije hoy que te amo con mi alma y vida?

DANI: Si, mil veces, pero me encanta escucharlo (Sonríe y lo besa) Y volviendo a tu hermana, a lo mejor no se atreve a llamarlo por lo que pasó...

ALEX: Puede ser... Déjame y lo hablo con ella y según lo que me diga, vemos qué hacer... (Otro beso y suena el timbre)

ARI: (Abajo) ¡¡Yo voyyyyy!!

ALEX: ¿Me parece a mí o va ella?

DANI: Creo que ella va, jajajaja

ALEX: (Otro besote) Pues, si... (La pareja se abraza más y se mima, pero no cachondos) Eres muy hermosita, Cosita...

GABO: (Entra a la alcoba gritando y llorando) ¡¡No, no, nooooooo!!

DANI: (Lo alza) ¿Qué pasa, mi amor?

GABO: (La abraza, desesperado) Mi mamá eres tú, mi mamá eres tú, no ella... No me quiero ir, me quiero quedar contigo, mami, no dejes que me lleve...

ALEX: Hijo, cálmate y explícanos...

GABO: (Lo mira) ¡Me mentiste!

ALEX: ¿Yo?

GABO: Me dijiste que mi mamá estaba muerta...

ALEX: (Mira a Dani) Pero, lo está, hijo...

ARI: (Entrando, pálida) No, tío...

ALEX: ¿No, qué, Ari?

JANA: (Entrando) ¡¡Qué no se lo lleven, papi!!

ALEX: Ari, ¿quién vino?

ARI: (Pálida, muy impresionada) ¡¡LAURA!!

ALEX: ¿Qué? Eso no puede ser...

GABO: Es ella y me dijo que me va a llevar, pero yo sólo quiero a mi mamá Dani...

Alejandro bajó rápidamente y no daba crédito a lo que veía.

ALEX: ¿Laura?

LAURA: Hola, Alejito hermoso...

ALEX: Tú no puedes estar aquí...

LAURA: ¿Por qué no?

ALEX: Estás muerta, moriste al dar a luz a Gabo...

LAURA: No, no morí, estuve en coma una temporada. Cuando desperté estaba en Francia, luego no me acordaba de nada de lo que había pasado, pero, ¿por qué no te alegras de verme? (Se acerca y lo besa. En ese momento Dani aparecía en la sala para ver la escena, sin decir nada, dio media vuelta y volvió a subir)

ALEX: (Se separa de forma brusca) ¡¡A mí no me mientas!! Yo vi el certificado de defunción. Tu prima y el médico lo firmaron y toda tu familia fue a tu funeral... ¿Qué demonios es todo esto?

LAURA: No querían que supieras que estaba en coma, a mí me lo ocultaron hasta que recuperé la memoria y no pudieron negarme más tu existencia, ni la de mi hijo...

ALEX: (Se ríe) ¡Eres una cínica! ¿Y cómo sabes que vivo aquí? ¿Me vas a decir que no sabes nada de mi vida? ¿Qué ignoras que me volví a casar? ¡¡Dani!!

LAURA: Mi prima me contó todo lo que pasó con tu vida y vine a recuperarlos...

ALEX: Nada tienes que recuperar aquí... Mi esposa, mi mujer y mi vida entera es Daniela... Y no te creo una sola palabra, Laura, tu mirada no puede mentirme y Andreína... (Comienza a hilar) ¡Claro! Por eso dejó su trabajo y se metió a la empresa, para tantear el terreno y decirte qué pasaba... ¡¡Ustedes dos son unas basuras!! Lárgate de aquí

LAURA: No me pienso largar sin mi hijo...

ALEX: No es tu hijo, es mío y de mi esposa. Tú, estás muerta y tengo los papeles que lo certifican... (La interpretaba como a nadie) Eres mezquina, Laura, siempre lo fuiste y yo fui un imbécil por no darme cuenta... ¿Qué pasó? ¿Te aburriste de tu vida o te quedaste sin dinero?

LAURA: Ni una cosa, ni la otra… Hace tres años que salí del coma y me tomó un tiempo recordar… (Le ofrece un folder) Toma, estos son los papeles de lo que pasó en verdad...

ALEX: Mira, Laura, si de verdad quisieras hacer las cosas bien, me hubieras llamado. Esto de aparecerte así, aquí y decirle al niño que te lo vas a llevar, me da muy mala espina. Gabriel tiene siete años y según tu historia, desde hace tres que podrías haber vuelto a buscarlo. Tú no lo quieres, nunca lo quisiste...

LAURA: Me estaba recuperando del coma y, como te dije antes, no recordaba nada. Hace unos meses que lo supe y no pude regresar hasta hoy y con respecto a mi hijo, no le dije que me lo iba a llevar, pero si le dije que era mi hijo, tiene derecho a saberlo...

ALEX: Gabo fue muy claro en sus palabras y mi hijo no miente. Mis otras dos hijas dijeron lo mismo, ¿están mintiendo? Y de todas maneras, esta no es la forma de hacer las cosas. Yo hice mi vida, Laura, me uní a la mejor mujer del mundo y la amo más de lo que puedes imaginar. Ellos son mi familia y la de Gabriel. Él sabe quién eres, pero en su corazón, la única mamá que conoce y ama, es Daniela. (Respira profundo) Y sigo sin creer ni una sola de tus palabras, en realidad, ¿qué quieres?

LAURA: Recuperar a mi hijo, ya que a mi esposo no lo puedo recuperar, por lo que escucho...

ALEX: No soy tu esposo y si, escuchas bien, mi corazón y mi alma tienen dueña

LAURA: Aunque no te guste, sigues siendo mi esposo, no nos hemos divorciado...

ALEX: (La mira mal) Pero soy legalmente viudo y aunque las leyes del hombre, evidentemente son muy fáciles de manipular, las de Dios, no lo son y ante él, la única esposa que tengo, es Dani. Tú y yo, no nos casamos por iglesia

LAURA: Pero no estoy muerta y sigues casado conmigo...

ALEX: Eso lo vamos a ver y si fuera así, me das una excusa para volverme a casar con Daniela, después de divorciarme de ti, porque a ella, la vuelvo a elegir cada día... Vete, Laura, déjame un teléfono y mi abogado se comunicará contigo y por Gabriel, no te apures, él decidirá si quiere verte o no. No le voy a impedir que quiera conocerte, si es que desea hacerlo

LAURA: (Saca un papel y apunta su número) Me voy, pero no quiero que pongas a mi hijo en mi contra, quiero a Gabriel y no voy a permitir que me vuelvan a separar de él (Le da el papel y sale de la casa)