Sam escuchaba lo que Andrés le decía, pero no creía
demasiado en su arrepentimiento. De todos modos, algo en ella quería confiar,
por lo que mantuvo la conversación…
SAM: Pues estás tardando, papito y no tengo mucho tiempo...
ANDRÉS: Ayer tú me hiciste lo que yo siempre le hago
a las mujeres con las que salgo. Me montaste un show, mentiste y pretendiste
ser algo que no eras, para conseguir un objetivo. Yo hago lo mismo, con la
diferencia que tu meta, era darme una lección. Pues, lo lograste; tu actuación
y las palabras de Alex, me hicieron entender dos cosas muy importantes. La
primera es que no puedo seguir jugando así, siempre creí que cualquier arma era
válida para lograr mis deseos y ya veo que no lo es...
SAM: Claro que no es así y me alegro que te haya
servido lo que te hice... ¿Quieres algo más?
ANDRÉS: Si, decirte lo segundo que comprendí,
¿puedo?
SAM: Adelante, tienes un minuto...
ANDRÉS: Me gustas, Sam, me gustas más de lo que
quisiera reconocer y se que ahora no me quieres ver ni dibujado, cosa que me he
ganado a pulso, pero vas a ver, morena divina, que a pulso también, te voy a
demostrar que además de gustarme, me importas. Voy a cambiar, Samanta, voy a
cambiar para ser el hombre que te merezca...
SAM: Ay, Andrés, ¡vete con ese hueso a otro perro
que te crea! Si eso es todo, adiós...
ANDRÉS: Los hechos te demostrarán que no es un
hueso, Sam, adiós, que descanses...
Andrés colgó y se quedó pensando en esa mujer que lo
había hecho sentir enojado, molesto, pero enamorado como nunca antes en su
vida. Sam, por el momento, creyó que todo era puro cuento...
Tras dejar caer la prenda a la arena, la
miró a los ojos. Ella le devolvió toda la pasión que él mismo sentía y notó que
Daniela se rendía un poco más. Alex se inclinó y le tomó un pezón entre los
labios. A pesar de que lo estaba haciendo a través de la tela del sujetador,
las sensaciones fueron deliciosas. Se aferró a él, tanto para mantener el
equilibrio como para evitar que Alex se moviera, no quería que se detuviera
nunca. Jamás. Resultaba demasiado agradable.
Él agarró el broche y le quitó el
sujetador. Luego de arrojarlo al suelo, volvió a concentrarse en su tarea,
aquella vez sobre la piel desnuda. Le rodeaba el pezón con la lengua y luego se
lo chupaba. Mientras tanto, le acariciaba el otro pecho con la mano. Resultaba
increíble. No, mejor aún.
La necesidad y el deseo se fundieron en uno
y fueron creciendo hasta que ella sólo pudo gemir de placer. Le acarició el
cabello con las manos. De repente, deseaba tenerlo desnudo. Deseaba
acariciarlo.
DANI: Alex (Susurró) Quítate la ropa…
Le agradó no tener que pedírselo dos veces.
Alex iba a desabrocharse la camisa inmediatamente, pero, al final, decidió
sacársela por la cabeza con la corbata suelta y todo. Se quitó de una patada
los zapatos, se tiró de los calcetines y por fin, se despojó de pantalones y
calzoncillos, con un fluido movimiento.
Después de quitarse la ropa, Dani pudo
disfrutar de la imagen durante unos pocos segundos antes de que él volviera a
reclamarla con un beso increíble. Se aferraron el uno al otro, frotándose,
acariciándose...
Alex la cogió por la cintura y la depositó
sobre la arena. La besó, profundizando el beso suave y delicadamente y Dani
sintió que los músculos del estómago se le contraían. Estaba gozando plenamente
con la pasión y la fuerza de Alex.
ALEX: Eres tan hermosa (La miraba a los
ojos) Me haces desear cosas...
Dani no estaba interesada en hablar en
aquel momento. Prefería la acción antes que la conversación.
Alex empezó a besarla por todas partes, la
tomó entre sus brazos, acariciándola por doquier, desde los pezones hasta la
entrepierna. Daniela estaba muy húmeda y gimió de placer, cuando él le deslizó
los dedos dentro de su intimidad. Como Dani separó las piernas inmediatamente,
Alex no pudo contenerse y se hundió en ella.
La fotógrafa se tensó y lo abrazó con
fuerza. Él la penetró todo lo profundamente que pudo, perdiéndose en aquel
húmedo calor, se apartó de ella y volvió a entrar.
ALEX: No puedo creer que estemos haciendo
el amor…
Sin dejar de besarla, comenzó el rítmico
baile que estaba destinado a empujarlos a ambos a un abismo de placer. Dani le
rodeó con las piernas y le colocó las manos en el trasero para empujarlo aún
más dentro. Alex empezó a moverse cada vez más rápido, más fuerte, hundiéndose
una y otra vez en aquella maravillosa humedad, hasta sentir
que Dani explotaba debajo de él. Ella rompió el beso y trató de tomar aire.
Entonces, gritó su nombre.
Aprovechando las contracciones que le
atenazaban el cuerpo, Alex se dejó llevar temblando, mientras el cuerpo de Dani
exprimía cada gota de placer de su cuerpo.
Lejos de aquella playa, en la que los
nuevos amantes, se regodeaban de fuego y deseo. Andreína conversaba con Aura.
El bar “La Diabla ”
era el escenario para una charla llena de mala vibra, envidia y enojo…
ANDREÍNA: Estoy segura que la responsable
de que no haya podido “cazar” a Alex, es esa tipita, la tal Daniela Villalta
AURA: ¿Por qué tan segura?
ANDREÍNA: Es que nada me ha salido con él
como debería ser y eso sólo puede ser por ella.
AURA: Según me has contado, nada ha pasado
entre ellos aún.
ANDREÍNA: Bien lo dices, “AÚN”. Si vieras
las miraditas que se echan…
AURA: ¿Qué clase de miraditas?
ANDREÍNA: Se gustan, Aura, ¿qué más?
¿Quieres que te lo dibuje o qué?
AURA: Tampoco te la agarres conmigo, que no
es mi culpa.
ANDREÍNA: Lo siento, tienes razón. Es que
la sola idea que esa mujercita lo atrape, me saca de quicio.
AURA: ¿Puedo darte un consejo?
ANDREÍNA: Si, claro.
AURA: Si no te hace caso, ya se sea por la
tipa esta o por lo que sea, mejor olvídate de Alejandro Zavala.
ANDREÍNA: ¡Eso nunca! Ese hombre será mío,
cueste lo que cueste… (Removía su copa con cierta brusquedad) Como que me llamo
Andreína, que Alex será para mí…
Volviendo a la playa y después de la pasión
desenfrenada, Daniela, recostada sobre Alex, jugueteaba con su oreja, pasaba
sus dedos por ahí una y otra vez. Ni corto ni perezoso, el caballero hacía lo
propio, pero en vez de acariciar la oreja de la dama, pasaba suavemente y bien al
ras, las yemas de sus dedos por esa tersa y suave espalda. Hablaban casi como
un susurro y se reían. Estaban más que relajados, pero eso no quería decir que
estuvieran satisfechos…
ALEX: Eres tan suave, pareces de seda.
DANI: ¿De seda?
ALEX: Si, delicada, tersa, sutil y
arrebatadora.
DANI: (Lo mira y sonríe) Tienes la palabra
fácil, ¿lo sabías?
ALEX: (Levanta el rostro de ella con la
mano que tenía libre) Me encantó hacer el amor contigo, Daniela. Has despertado
una pasión en mí que creí que ya no volvería jamás.
DANI: Lo mismo me pasó contigo.
ALEX: Deseé este momento, desde la primera
vez que te choqué. (Se ríen)
DANI: Y yo.
ALEX: ¿También me deseaste desde ese día?
DANI: (Asiente) Desde entonces sólo pensaba
en volver a verte y después de nuestro primer beso, no dejé de imaginarme este
momento.
ALEX: ¿Qué te imaginabas?
DANI: (Se ríen de nuevo) ¿La verdad? Mucho
de lo que acabamos de hacer.
ALEX: ¿Cómo? ¿Entonces hubo cosas que
imaginaste y no hicimos?
DANI: Pues, si.
ALEX: ¡Eso no puede quedar así! No, señora,
en lo absoluto. ¡Véngase para acá! (La acomodó sobre sí mismo como si Dani no
pesara nada y comenzó a besarle el cuello)
DANI: (Mientras se dejaba besar, sintió que
Alex tenía una nueva erección y eso la puso “a punto”) ¿Te digo algo, Alejandro
Zavala?
ALEX: Lo que quieras.
DANI: Has hecho renacer mi cuerpo…
Esa frase lo excitó tanto, que pensó que se
iba a volver loco de deseo. Tomándola de la cintura, le levantó un poco para
acomodarla y la penetró nuevamente. En esta ocasión, no fue tan frenético, pero
si igual o más placentero que lo anterior. A medida que Daniela se movía encima
de él, Alejandro besaba todo lo que podía. Jugaba con los senos de ella,
saboreándolos y disfrutándolos, mordía sus labios, probaba su lengua una y otra
vez. Se aferraba a esa mujer, trabándole la espalda con sus brazos, aunque no
era necesario dirigirla, Daniela sabía muy bien lo que hacía.
Varias horas más tarde, cuando Dani llegó a
casa, encontró a Sam durmiendo en el sofá.
DANI: Gatita, despierta.
SAM: Ummm, déjame, mamá
DANI: (Riendo) Gatita, no soy tu mamá,
despierta.
SAM: (Abriendo los ojos) ¿Qué pasa?
DANI: Estás durmiendo en el sofá, vete a la
cama.
SAM: ¿Qué hora es?
DANI: No se, pero ya amaneció
SAM: ¿Y tú acabas de llegar?
DANI: Si acabo de llegar, pero déjate de
preguntas y vete a dormir a tu cama.
SAM: Ya me imagino porque llegas tan tarde,
cochina.
DANI: (Riendo) Si soy una cochina feliz.
SAM: Mañana me lo cuentas todo.
DANI: Si, pero ya vete a dormir, cansona.
Sam se fue a su habitación y Dani se quedó
en la sala pensando en la hermosa velada que había vivido.
La cochina es Samanta, tremenda pervertida! JAS! JAJAJAJAJAJA! Queriendo saber esas cosas! Andres... ¡Te voy a matar, maldito! JAJAJAJAJAJAJA ¡GENIAAALLLLLLLLLLLLLL!
ResponderEliminarGenial!!! me encanta!! Cochina pervertida jajajjaja
ResponderEliminarJajajaja, QUIERO MÁSSSSSSSSSSS!!!! Más clap, más amor, más BSM!!!!!!!!!!!!!! LOS AMO!!!!!!! (Nota: Mau no apareció gracias a mis amenazas, jajajajajaja)
ResponderEliminarMe encantó el primer super clap de Alejo y Dani!!!!!Que sigan así por más tiempo please!!!!!!!!
ResponderEliminarUFF que capitulo!!! Sin palabras... Wow... Felicidades!!! :)
ResponderEliminarbuenisimo conti porfaa
ResponderEliminarUUUUUUUUUUUFFFFFFFFFFFFFFFF
ResponderEliminarSUPERRR :D
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