Capítulo 158

Martín y Tami salieron del hospital. Él no podía apoyar el pie herido y ella lo sostenía como le era posible…

MARTÍN: ¿Por qué tienes muletas en la casa y por qué nunca las vi?

TAMI: Están en el desván y las tengo porque hace dos años me hice un esguince en el tobillo y estuve un mes con muletas...

MARTÍN: ¿Qué te pasó?

TAMI: ¿Te acuerdas que antes jugaba al fútbol? (Él asiente) Pues, ya lo dejé, pero un día me fui a jugar con unos amigos y tuve el esguince, nada interesante...

MARTÍN: Ahhh... (Llegan al auto) Este yeso pesa una tonelada...

TAMI: Y cuando te pique la pierna, va a ser lo peor... Ven, te ayudo a subirte...

MARTÍN: Si, gracias... (Al ayudarlo a entrar al carro, quedan cara a cara, muy cerquita) Si te beso, ¿me das un golpe?

TAMI: ¿Cuándo te he golpeado por besarme?

MARTÍN: Nunca, creo...

TAMI: ¿Crees?

MARTÍN: (Recuerda) Una vez si me la diste y bien dada...

TAMI: ¿Cuándo? (Cada vez estaban más cerca)

MARTÍN: En uno de los ensayos de "Romeo y Julieta", ¿no te acuerdas? (Le acarició el rostro suavemente)

TAMI: Porque pensé que te estabas burlando de mí...

MARTÍN: No fue por eso, fue porque te di un beso de lengua... ¡¡Reconócelo!!

TAMI: Está bien, lo reconozco...

MARTÍN: Entonces, si te doy un beso de lengua ahora, ¿correré con la misma suerte?

TAMI: Pruébalo...

MARTÍN: (La besa) Ya...

TAMI: ¿Ya?

MARTÍN: ¿Sigo?

TAMI: ¿Quieres?

MARTÍN: Me muero por seguir...

TAMI: Pues, sigue...

MARTÍN: (Vuelve a besar, pero muy intensamente) No puedo estar sin esa boca...

TAMI: Perdón por mi celos...

MARTÍN: Perdón por no medirme en mi simpatía, no quise hacerte sentir mal.

TAMI: No tengo nada que perdonarte...

MARTÍN: (Otro beso) Vamos a casa, mi amor, quiero llegar a esa parte que tanto te gusta de las peleas...

TAMI: Vamos... (Se sube al carro, arranca y se van a su casa)

Ese día, Bautista se quedó con Maru. Suspendió todas las reuniones que tenía para poder acompañarla. En ese momento, estaban en el estudio de la radio. En el aire sonaba una canción que había solicitado un oyente y ellos aprovechaban para hacerse unos mimos. El celular de Titán, los espabiló...

BAUTISTA: Es Tincho... (Atiende) ¿Qué pasó, cabeza de hongo?

MARTÍN: Necesito hablar contigo, soquete...

BAUTISTA: Habla, pues...

MARTÍN: Necesito que vengas a verme para enseñarte una cosa de la exposición...

BAUTISTA: ¿Cuándo?

MARTÍN: Cuanto antes, mejor...

BAUTISTA: ¿No puedes venir tú? Es que estoy con Maru en la radio y terminamos tarde porque mi Chocolatita está supliendo el programa de la noche

MARTÍN: Yo no puedo manejar, así que tengo que preguntarle a tu prima...

BAUTISTA: ¿Y eso? ¿Por qué no puedes manejar?

MARTÍN: Tuve un percance y tengo el pie enyesado...

BAUTISTA: Pero, ¿estás bien, animal? ¿Qué te pasó?

MARTÍN: Si, estoy bien...

BAUTISTA: No te preocupes, si me puedes esperar hasta mañana, vamos nosotros a verlos, burro...

MARTÍN: Claro...

BAUTISTA: Entonces, mañana almorzamos juntos, ¿va?

MARTÍN: Va, yo le digo a tu prima y preparamos algo para los cuatro...

BAUTISTA: Ni se te ocurra, nosotros llevamos la comida (Maru le hace un gesto) ¿Qué, mi amor?

MARU: Dile que nos encargamos de todo. Me acaba de mandar un mensaje Tamara, a tu amigo casi lo atropellan, por eso está como está. Que no muevan un dedo...

BAUTISTA: (De nuevo al celular) ¿¿CASI TE ATROPELLAN, TARADO??

MARTÍN: Si, pero logré esquivar la moto...

BAUTISTA: ¡¡Eres un MENSOOO!! No hagan nada, nosotros nos ocupamos de todo. Nos vemos mañana y si necesitan algo, lo que sea, me llamas... ¡¡Te voy a dar una tunda, Martín!!

MARTÍN: Pero, ¿por qué?

BAUTISTA: Por bruto...

MARTÍN: Ya, no me eches la bronca y nos vemos mañana. Saludos a Maru y a Lucía... Hasta mañana (Cuelga)

MARU: (Mira a su marido) Bautista, ¿por qué lo trataste así? Ni que lo hubiera hecho adrede

BAUTISTA: Es que seguro andaba en las nubes y por eso le pasó...

MARU: Por lo que sea, ya está. No seas tan rudo, amor...

BAUTISTA: Es que el muy menso me asusta, caray. Nunca me entero de nada...

MARU: (Se pone de pie y le da un pico intenso) ¿Mejor?

BAUTISTA: Si (sonríe)

MARU: (Le toma la mano y se lleva al vientre) Tu hija quiere decirte algo...

BAUTISTA: (Acerca su oído al vientre de su esposa) ¿Qué me quieres decir, princesa?

MARU: (La bebé se mueve) Es idioma de movimientos, amor, jajajaja... (De nuevo) ¿La sientes? Va a salir trapecista de circo...

BAUTISTA: O bailarina de ballet...

MARU: Por cómo se mueve, va a ser karateca... (Otro beso) Guapo, ¿me llevas a tu oficina un ratito? Es que ando antojadita, mi amor...

BAUTISTA: (La carga) Vamos, Chocolatita...

Mientras tanto, en casa de Tami y Martín, las cosas iban encaminadas hacia el mismo lugar que en la radio...

MARTÍN: (Su esposa le daba de cenar en la boca) Amor, tengo mal el tobillo, puedo comer solo...

TAMI: Pero yo quiero consentirte...

MARTÍN: No me voy a oponer a tus apapachos, pero tú no estás cenando y últimamente no te perdías una comida...

TAMI: No tengo muchas ganas de comer y aun así, ya comí...

MARTÍN: ¿En qué momento?

TAMI: Antes de traerte la comida...

MARTÍN: ¿Y ya no tienes más hambre?

TAMI: No...

MARTÍN: ¿Por?

TAMI: No se, no me provoca comer...

MARTÍN: (Deja la comida a un lado) Ven, amor, acuéstate conmigo

TAMI: Tienes que terminar de comer...

MARTÍN: Y voy a terminar, pero en un rato. Ahora quiero que te acuestes conmigo, me beses, me abraces y me digas qué pasa...

TAMI: (Se recuesta junto a él) ¿Qué pasa con qué?

MARTÍN: Contigo, estás como cabizbaja...

TAMI: No se, amor, llevo así unos días, pero desconozco el motivo...

MARTÍN: Mmmm... Esos exámenes te tienen un poco estresada, preciosa...

TAMI: Si, pero son los últimos, así que, pronto, se acaba todo (Sonríe)

MARTÍN: De todas formas, tienes que relajarte un poco. Si estás nerviosa, no vas a poder rendir bien, mi amor... (Le besa el cuello) ¿Quieres que nos relajemos los dos un buen rato?

TAMI: Tengo muchas cosas que hacer, Poner una lavadora, tender la ropa, recoger la cocina... No tengo tiempo para relajarme...

MARTÍN: (La besa de nuevo) Shhhh... Nadie te apura, Mocosa... (Le sube la falda y le acaricia los muslos) Tienes todo el tiempo del mundo para hacer esas cosas (Sube su mano un poco más)

TAMI: No, amor, tiempo es lo que me falta...

MARTÍN: (La toca allí) Ni que tu marido fuera un tirano del hogar. Si yo fuera él, no te dejaría salir de esta cama hasta mañana...

TAMI: Mi esposo es un santo, pero la casa está toda cochina...

MARTÍN: Pues, déjala así un rato más, ¿no? (Acaricia con más intensidad)

TAMI: No me hagas esto, bombón...

MARTÍN: Quiero hacerte mucho más, hermosa... (Se afloja el pantalón, la agarra la mano a ella y la lleva hasta su zona sensible) No sabes las cosas que quiero hacerte...

TAMI: ¿Y tu tobillo?

MARTÍN: Sube tú... Tócame, Mocosa, me estoy muriendo

TAMI: (Lo toca y empieza a besarlo) ¿Seguro que no te molesta el tobillo?

MARTÍN: No siento nada que no sea tu cuerpo, mi amor

TAMI: (Se sube sobre él) ¿Seguro?

MARTÍN: Completamente...

TAMI: (Le besa el cuello) Te amo, Pichoncito...

MARTÍN: Y yo a ti, Mocosa divina... (Se mueve un poco para liberarse y agarra a su esposa de las pompas, mientras la hace bajar para besarle los labios) Te deseo, amor

TAMI: (Devora sus labios) Prométeme que nunca me vas a dejar, pase lo que pase, siempre vamos a estar juntos, que nada ni nadie nos va a separar (No deja de besarlo)

MARTÍN: Te lo juro, mi vida, hasta que me muera voy a estar contigo, no podría vivir sin ti... (La abraza, pegando sus torsos) Eres a quien más amo en el mundo y no recuerdo un día de mi vida en que no haya sido así

TAMI: Te amo y nunca voy a dejar de amarte, nunca....

MARTÍN: Ni yo, Tami, nunca, ni muerto voy a dejarte de amar... (La besa)

Se fueron desvistiendo poco a poco, acariciándose, besándose, robando cada suspiro del otro. Se amaron como si fuera la última vez, como si no existiera el mundo y sólo existieran ellos y su amor, su amor eterno e indestructible. Tami llevó el control en todo momento, marcando el ritmo, la velocidad y la intensidad del acto. Llegaron a la cima, mirándose a los ojos y con sus manos entrelazadas. Luego, con sus cuerpos aún vibrando, se besaron intensamente, como para recordar el sabor de sus labios...

MARTÍN: (Sonriendo y dando besos cortitos por todo el rostro de su esposa) Cada vez que hacemos el amor, es como un renacer, Mocosa mía...

TAMI: ¿Cómo un renacer?

MARTÍN: Si, mi amor, como volver a nacer en tus brazos, en tu cuerpo, en tu piel. Te amo más que mí mismo, hermosa

TAMI: Ya somos dos lo que sentimos ese amor, estás dentro de mí...

MARTÍN: Y tú de mí...

TAMI: (Lo besa) Te amo...

MARTÍN: Te amo, Mocosa, más que a nada en el mundo. Eres lo más importante para mí

TAMI: ¿Lo más importante? (Sonríe) A lo mejor llega algo más importante...

MARTÍN: (Estaban recostados como habían acabado, Tami sobre él) ¿Más importante? No hay nada, sólo un hijo, pero sería igual de importante que tú, mi amor... (Piensa) ¿Acaso estás...?

TAMI: No se, tengo cita con el médico dentro de unos días, para hacerme un análisis

MARTÍN: Pero, espera.... (Se emociona) ¿Tienes retraso o algo?

TAMI: Si, pero es normal en mí, así que quiero salir de dudas...

MARTÍN: ¿Y si te haces una prueba casera?

TAMI: No me gustan esas cosas, no son cien por ciento seguras, así que prefiero hacerme una prueba fiable....

MARTÍN: ¿Si? (La mira) Yo te veo distinta, más hermosa... Pero, si no estás, habrá que seguir intentando, mi amor... ¿No quieres otro round? (La toma de la cintura y la aprieta contra su centro) Te amo...

TAMI: Jajajaja, no quiero uno solo...

MARTÍN: Tengamos muchos rounds más, entonces...