Capítulo 180

Todo lo que le estaba pasando a Daniela, tenía a Nau bastante afectado. No sólo por la adoración que le tenía a su hermana y sobrina, sino porque había aprendido a querer mucho a Gabo y se sentía tan tío del niño como de su princesita y Alex era, simplemente, la clase de hombre que él soñaba ser y verlo tan afectado, también lo tenía triste. Eso, sumado a sus malestares físicos, que no terminaban de irse, lo tenían para abajo. Giselle, comprendiendo el estado de ánimo de su novio, pensó en hacerle una rica comida y animarlo un poco...

NAU: (Sentado en el sillón de la sala) Amor, ¿qué cocinas? Huele espectacular...

GISELLE: Pollo en salsa...

NAU: (Va a la cocina y toma un pedacito de pan) ¿Me dejas?

GISELLE: Claro...

NAU: (Moja el pancito en la salsa y come) Mmmm... (Le besa la mejilla) Amor, está delicioso... (Repite la maniobra, pero le ofrece el pan a ella) ¿Quieres?

GISELLE: Sip (Se come el trozo de pan, sensualmente)

NAU: (La mira) ¿Falta mucho para que esté listo?

GISELLE: Unos minutos...

NAU: (Apaga la hornalla) Dirás más bien, unas horas...

GISELLE: No, Nau, muero de hambre...

NAU: Ajá, yo también... (La besa) Tengo hambre de ti, de tu cuerpo, de tu boca... (La va acorralando contra la pared)

GISELLE: ¿Estás bien?

NAU: Si, ¿por? (Ya la tenía casi atrapada)

GISELLE: Jajajaja... Ya lo noto, pero tengo que terminar la comida o se pondrá mala...

NAU: Porque demores un poco en terminarla, no le va a pasar nada, mi amor, ¿no quieres una pizca de pasión? Llevamos más de un mes de sequía y después de verte comer el pan así, ya no aguanto... (La tenía atrapada) Te extraño, te necesito mía... (Se apoya en ella, sin besarla, respirándole en el cuello)

GISELLE: ¿Me necesitas?

NAU: (Presiona su pelvis contra la de ella) ¿Tú qué piensas?

GISELLE: (Nota su erección) Creo que no... (Lo quería prolongar un poco, para que él atacara)

NAU: ¿Eso crees? Pues, en ese caso, lo dejamos para más tarde (Se da la vuelta, sonriendo, quería que ella se animara a buscarlo) ¿El fuego estaba a medias o alto?

GISELLE: A medias...

NAU: (Enciende el fuego y lo modera) ¡Ya está, mi vida! (Comienza a preparar la mesa) No veo la hora de comerme todo...

GISELLE: Ajá...

NAU: (La mira) ¿Qué pasa?

GISELLE: Nada... (Atiende la comida)

NAU: Dime lo que pasa, Giselle

GISELLE: No pasa nada (Sonríe)

NAU: Ah, yo pensé que te habían dado ganas de hacer el amor...

GISELLE: No sabes nada... (Seguía sonriendo)

NAU: ¿Entonces no tienes ganas?

GISELLE: Averígualo...

NAU: (Se para detrás de ella y atrae su cadera hacia su cuerpo) ¿Cómo lo puedo averiguar, Giselle?

GISELLE: Tú eres el experto en eso

NAU: (Vuelve a apagar el fuego de la cocina, pero enciende el existente entre ellos) Vamos a ver, pues... (Sin girarla, pasa sus brazos por la cintura y tira de los cordones del pantalón de su novia, que caen al suelo. Le acaricia el bajo vientre y ella se contrae) Mmmm... Me parece que voy bien, amor... (Le quita la camisa y besa su espalda, mientras sus manos le rozan los glúteos) ¿Tú qué crees? ¿Estoy en el buen camino?

GISELLE: Mmmm...

NAU: (La lleva hasta la mesa, conservando la posición, es decir, haciendo que ella le de la espalda y acaricia un poco más profundo) Amo tu ropa interior, me gusta tanto que me provoca arrancarla... (Le agarra las manos para que ella las apoye en la mesa y comienza a agacharse, besando todo a su paso)

GISELLE: ¡Oh, Dios mío! (La estaba enloqueciendo)

NAU: (Apoderándose de la intimidad de su novia, con su boca, la excita hasta llevarla a un primer viaje de placer. Sube y se desprende el pantalón, dejándolo caer con todo y su bóxer) Te tengo en mi poder, preciosa...

GISELLE: Soy toda tuya...

NAU: (La recuesta de bruces sobre la mesa y besa lentamente su espalda otra vez. Con tranquilidad, le separa las piernas y acaricia en medio de ellas hasta que siente que Gise está lista nuevamente) ¡Cómo te deseo, Pajarita! (Entra en ella con cierta dureza)

Ella gime de placer por la inesperada intromisión en su cuerpo y por la intensidad y esos gemidos, hacen que él se excite más aún, endureciendo su labor...

NAU: ¿Está bien así, preciosa? (Mientras le hacía el amor, jugaba con el cabello de Gise y la tomaba de un hombro para intensificar las penetraciones) Eres tan mujer, mi cielo...

GISELLE: Shhhhh (Gime) Calla...

NAU: (Hablaba entrecortadamente) Me gusta... Hablarte... Y oírte... ¿Te gusta así?

GISELLE: Me encanta así, es perfecto...

NAU: (La agarra de la cintura y aumenta la velocidad y la intensidad) A mí, me encantas tú... ¿No me quieres besar un poco? Ardo por eso...

GISELLE: Dame la vuelta...

NAU: (Sale de ella y la gira, la besa y toca por doquier) Me fascinas, me enloqueces y te amo...

GISELLE: Y yo a ti, estos días sin sentirte, me estaban volviendo loca...

NAU: Pero ya no más, aquí me tienes...

GISELLE: Si y te quiero dentro....

NAU: (La alza y la lleva contra la pared) Y así me vas a tener, mi amor, hasta que mi cuerpo me lo permita... (Vuelve a deslizarse en ella)

Giselle, con sus piernas enrolladas en la cintura, besaba el cuello de Nau, disfrutando del sabor de su novio... Así, de parados, se amaban con todas sus ansias a flor de piel, entregándose a cada roce, a cada beso, sintiendo como todo su mundo se reducía a ese pequeño rincón de la cocina, a esa boca que los besaba, todo se concentraba en ese cuerpo que se movía y sudaba placer al compás del otro... Unidos en cuerpo y alma, llegaron a un orgasmo rehabilitador...

Daniela despertó a causa de lo inquieto que Alex estaba. Se movía de un lado hacia el otro y eso era muy raro, Alejandro era la clase de persona que dormía tranquilo y quieto, moviéndose muy poco. Encendió la lámpara y lo notó un poco pálido. Cuando lo tocó para despertarlo, se dio cuenta que tenía fiebre.

DANI: Amor, despierta...

ALEX: (Apenas podía abrir los ojos, pero se incorporó) ¡Si! ¿Qué pasa? ¿Son los niños?

DANI: No, mi amor, eres tú, estás ardiendo en fiebre... Ven, vamos a darte un baño...

ALEX: (Intenta levantarse, pero Dani lo tiene que ayudar) Odio esto...

DANI: Relájate (Lo ayuda y van al baño. Una vez allí, se meten los dos dentro de la ducha y Dani abre el agua fría)

ALEX: (Hace un gesto raro) Dani, sal, no vayas a agarrarte algo tú también, preciosa...

DANI: No, yo me quedo aquí para las buenas y las malas, ¿no?

ALEX: (Sonríe) Te amo para siempre, desde el fondo de mi corazón...

DANI: Y yo a ti...

ALEX: Me estoy helando, Dani...

DANI: Espera que traigo el termómetro (Sale de la ducha, lo busca y aparta un poco a Alex del agua, para tomarle la temperatura)

ALEX: ¿Y? ¿Es muy alta?

DANI: No, amor, ya te está bajando, mira (Le enseña el termómetro)

ALEX: (Le corre la mano y la besa) Salgamos de aquí que se me congela el cerebro, Dani, por favor...

DANI: Vamos...

ALEX: (Salen y comienzan a secarse y cuando Dani se desviste para ponerse ropa seca, Alex se queda mirándola) ¡Dios que te extraño!

DANI: (Lo mira con anhelo y se tapa con una toalla) ¿Te traigo la ropa o vas tú a buscarla?

ALEX: Voy yo y ya me quedo durmiendo abajo, Dani, va a ser mejor (Se cubre con una toalla él y sale)

DANI: (Sale con él) ¿Por qué te vas a ir a dormir abajo?

ALEX: Porque es lo mejor... Mi amor, si me vuelvo a acostar contigo, te voy a buscar y por tu mirada de recién, se que vas a ceder y no lo quieres hacer. No quisiera que hacer el amor conmigo se convierta en una cuestión moral, Dani. Entiendo tu posición, pero te amo y te deseo y mi cuerpo mi pide a gritos que busque tu cuerpo. (Le besa la frente) Descansa, hermosa y si me llego a sentir mal de nuevo, te llamo... (Se gira y camina en dirección a las escaleras)

DANI: No, no te vayas. Si te vuelves a poner mal, no me vas a poder avisar... Quédate aquí...

ALEX: (Se detiene, pero no la mira) Si me quedo, vamos a hacer el amor y lo sabes. Tú no quieres, pero lo deseas y eres sanguínea, como yo. Buenas noches, Cosita.

DANI: Alejandro Zavala, vuelve aquí ahora mismo...

ALEX: (Ese tono era sinónimo de problemas, así que, se paró en seco) ¿Qué pasa, mi amor?

DANI: Ven aquí...

ALEX: (Volvió sobre sus pasos) Aquí estoy, dime...

DANI: Acuéstate en la cama y duérmete...

ALEX: (Niega con la cabeza) Lo siento, no puedo hacer eso

DANI: Está bien (Se sienta en el sillón que hay en el cuarto) Aquí me voy a quedar, así que, por favor, acuéstate a dormir...

ALEX: Esto termina en otra pelea, Daniela, pero no. Tú no quieres y yo si quiero y si fuera algo fácil, ya estaría acostado. El problema es que hasta en sueños te apareces y amo soñar contigo, con tus besos, con tus caricias y ahora, es como si fuera un castigo, porque no puedo hacer esos sueños realidad. ¿Quieres enojarte, Dani? Enójate. ¿Quieres mandarme al diablo? Hazlo, pero nada va a detener lo que siento y no quiero faltar a tus deseos. Descansa, que yo intentaré hacer lo mismo. (Sale del cuarto)

DANI: (Sale) Sólo quiero cuidarte, ¡joder! (Vuelve a entrar)

ALEX: ¡Y yo sólo intento hacer lo que me pediste, joder!

DANI: ¡¡Dios!! Con este hombre no se puede (Se mete a la cama, enojada)

ALEX: (Estando a punto de bajar las escaleras, tiene una idea. Va al cuarto de huéspedes, coge algo y vuelve al cuarto principal. Entra) ¡Ya se lo que voy a hacer! (Sale y mete un colchón) Yo duermo aquí y tú, en la cama.... Eso si, si me vuelvo sonámbulo y me tiro encima de ti, besándote y tocándote, no quiero rezongos. Te lo aviso y, como dicen, sobre aviso, no hay traición. (Toma una almohada, se acomoda en el colchón e intenta dormirse, cosa que no logra)

DANI: (Lo mira y sonríe, siempre la sorprendía) Ale...

ALEX: No sonrías así…

DANI: (Se pone seria) ¿Por qué?

ALEX: Porque me voy a hacer el sonámbulo...

DANI: (Sonríe de nuevo) No puedo evitar sonreír...