Tamara arrullaba a Martina,
meciéndola suavemente en sus brazos, bajo la atenta mirada de Martín, que se
sentía hechizado por su hija y por su esposa.
MARTÍN: (Susurra) Se duerme
rápido...
TAMI: (Susurrando también) Es muy
buena niña...
MARTÍN: (Le mira la boca a Tami y
traga saliva) Ajá, es un ángel...
TAMI: En eso se parece a ti (Mira
a Tincho)
MARTÍN: ¿Yo era un ángel? (No
podía quitar los ojos de los labios de Tami, los deseaba, pero no se animaba)
TAMI: Si y tu madre me lo
confirmó (Sonríe) Bueno, voy a poner a esta princesa en la cuna...
MARTÍN: Claro... (Besa a Martina
y sale del cuarto)
TAMI: (Pone a la niña en la cuna
y sale) ¿Quieres comer algo?
MARTÍN: Si, muero de hambre...
(Van a la cocina) ¿Mis padres están vivos? ¿Tengo hermanos o algo?
TAMI: Tienes dos hermanas y un
hermano, y si, tus papás están vivos... ¿Qué quieres comer? (Pasa por delante
de Martín y se agacha a recoger un paño que había en el suelo)
MARTÍN: (Mira para arriba, como
rezando por no caer) ¿Está muy mal que prefiera esperar un poco para verlos?
Necesito procesar esto... ¿Puedes llamarlos?
TAMI: No (Se levanta y quedan
frente a frente) Estás en todo tu derecho de esperar un poco...
MARTÍN: ¿Y si no quiero esperar?
TAMI: No esperes... ¿Quieres que
les diga que vengan?
MARTÍN: No me refiero a ellos
TAMI: ¿Entonces?
MARTÍN: (Respiraba rápido,
nervioso) Ehhh...
TAMI: ¿A qué te refieres?
MARTÍN: (La toma del rostro) A ti
(Se acerca lentamente) ¿Y si no quiero esperar contigo?
TAMI: No esperes, me muero sin
ti...
Se miran un momento más y Martín
la besa. Al principio fue apenas un roce de labios, pero todo se intensificó en
un segundo. La boca de Tami era cálida, deliciosa y él recordaba una playa en
la que le había hecho el amor y esa imagen lo tenía enloquecido. Tincho soltó
el rostro de su esposa y la abrazó, sin cortar el beso.
TAMI: Extrañaba tus besos...
(Abrazaba a su esposo muy fuerte, como si no quisiera que se marche nunca más)
MARTÍN: (Correspondía a la
intensidad del abrazo) Yo te extrañaba sin saber quién eras, sólo conocía tu
mirada y eso me sacó de la cama y me hizo levantarme... (La vuelve a besar)
Recuerdo esa playa con tanta nitidez
TAMI: Me acuerdo muy bien de ese
día, fue por el cumpleaños de mi sobrino, Gabriel (No dejaba de besarlo. Le
parecía mentira que estaba besando al amor de su vida y quería que saborearlo
todo lo que pudiera)
MARTÍN: ¿Gabriel? (Cierra los
ojos, intentando aclararse, pero la boca de Tami lo llenaba todo)
TAMI: Ajá... (No podía dejar de
besarlo)
MARTÍN: No quiero lastimarte,
Tami, pero, ¿y si no vuelvo a recordar?
TAMI: No me importa (Beso) Sólo
quiero que no te vayas de nuestro lado...Te necesitamos...
MARTÍN: ¿Sigues enamorada de mí?
Me dijiste que pasó un año y me creías muerto...
TAMI: Por muy muerto que
estuvieras, este amor (Coge la mano de Martín y la pone en su corazón) Nunca
muere...
MARTÍN: (La besa) Creo que lo se,
de alguna manera, lo se... (Mueve su mano y le roza un seno) Mi cuerpo te
recuerda...
TAMI: El mío te extraña...
MARTÍN: (La toca con más
vehemencia) ¿Estás segura de esto?
TAMI: Nunca he estado tan segura
en mi vida...
MARTÍN: (Se quita la remera, Tami
ve que tiene cicatrices y su gesto entristece) ¿Qué pasa? ¿Estás bien?
TAMI: Las cicatrices (Lo mira)
¿Puedo?
MARTÍN: (Le agarra la mano y la
lleva a su torso) Por favor...
TAMI: (Le acaricia las cicatrices
con delicadeza) ¿Te duelen? (Lo mira sin quitar la mano del torso de su marido)
MARTÍN: No, ni siquiera se por
qué las tengo
TAMI: Por el accidente (Lo mira y
lo besa) Te amo, aunque no me recuerdes...
MARTÍN: (Le acaricia el rostro,
contemplándola) Todo mi ser me dice que siento lo mismo por ti, pero no se si
deba decirlo, no quiero herirte por no saber quién soy
TAMI: Dilo cuando estés seguro...
MARTÍN: ¿No tienes miedo?
TAMI: ¿A qué?
MARTÍN: A que mi memoria nunca
vuelva
TAMI: Si, pero lo que más miedo
me da, es volverte a perder...
MARTÍN: (La besa otra vez, con
ansias) Te repito la pregunta, Tami, ¿estás segura de seguir con esto?
TAMI: Si...
MARTÍN: (Besa su boca y luego el
cuello) Si te arriesgas, me arriesgo contigo... (Le quita la camisa y toca
suavemente la espalda, el torso y les senos) Es como en mi recuerdo, sólo que
aquí no hay ni arena, ni mar...
TAMI: Hazme el amor, mi amor, por
favor, te necesito...
MARTÍN: (La sube a la mesa y
levanta la falda de su esposa) Hagamos el amor, hermosa, mi cuerpo me lo está
pidiendo a gritos... (Retoma los besos y una de sus manos va hasta la
entrepierna de Tami, excitándola. Cuando la siente lista, se libera y mientras
la besa como desesperado, entra en ella) ¡Qué sensación tan maravillosa!
TAMI: Te amo... (Besa su cuello,
luego sus labios) No sabes cómo extrañaba tu cuerpo (Gime de placer, mientras
su esposo la llena de amor)
MARTÍN: (Su cuerpo se movía solo,
con memoria propia y él se deleitaba con los pechos y la piel de Tami) Eres
exquisita, pero vamos a la cama, quiero hacerlo bien...
TAMI: Llévame...
MARTÍN: (La carga y la lleva. Se
acuestan y Martín va a arriba, volviendo a penetrarla, con un poco más de
fuerza) Es increíble esto, te estoy haciendo el amor...
TAMI: (Sonríe) Si y me encanta
(Acariciaba todo el cuerpo de su esposo, quedándose con cada centímetro de la
piel de Martín, marcado en su piel)
MARTÍN: (Comprendiendo lo que era
para ella, enfatizó sus esfuerzos en darle placer) Quiero más besos, Mocosa...
(La levantó de las pompas y la llenó con toda la pasión que pudo entregarle)
¡Dios! ¡Esto es el cielo! (Las penetraciones se endurecieron)
Ella lo besó más, disfrutando del
sabor, de la respiración, del cuerpo de su marido, que había vuelto a la vida
para devolverla a ella, a la vida también...
El clímax llegó y los dejó
absortos en el otro. Martín la acariciaba y besaba tiernamente...
MARTÍN: Eres muy hermosa
TAMI: (Lo besa) El hermoso eres
tú...
MARTÍN: No, tú lo eres... Te
prometo que voy a hacer todo lo que esté a mi alcance para hacerlas felices a
las dos, aunque no me recupere
TAMI: Con memoria o sin memoria,
eres mi Tincho, mi amor...
MARTÍN: Tincho... (Algo llega a
él) Martín Ariel, ¿es mi nombre?
TAMI: (Lo mira sorprendida) Si,
Martín Ariel Ledesma...
MARTÍN: (Se toma la cabeza,
esforzándose) Hay más, Tami, pero no puedo...
TAMI: Mírame (Él lo hace) De a
poco, mi amor, no hay prisa...
MARTÍN: Necesito poder saber,
entender... (Siente un aroma muy conocido) Tu cabello, ¿a qué huele?
TAMI: A jazmín, ¿por qué?
MARTÍN: ¡Es una esencia que yo te
regalé! Te la di en un paquete rojo, creo...
TAMI: (Se le ilumina la cara)
Rojo con un lazo rosa
MARTÍN: (La besa) Fue cuando...
(La playa vuelve a su cabeza y sonríe) ¡Gabriel! ¡Gabo! Recuerdo a Gabo, me
ganaba a la play y te di ese paquete la misma noche de la playa...
TAMI: (Se sube sobre él y lo
besa) Si, amor, fue esa misma noche (Sonríe)
MARTÍN: No puedo recordar más...
Perdóname...
TAMI: Eso es suficiente... Te
amo...
MARTÍN: (La mira fijamente)
Mírame...
TAMI: (Ella lo hace) Dime...
MARTÍN: Se que te amo también y
puede que mi mente no recuerde, pero en cuanto te vi el otro día, mi alma te
recordó al instante...
TAMI: ¿De verdad?
MARTÍN: (Asiente) Pero me asusté,
no supe reaccionar y volví a buscarte, pero ya te habías ido con ese
muchacho... (La mira) A propósito, ¿quién es?
TAMI: Mi ex novio...
MARTÍN: (Le disgusta) ¿Tu ex
novio?
TAMI: Si...
MARTÍN: ¿Y ahora qué es?
TAMI: Un amigo, ¿por qué?
¿Celoso?
MARTÍN: No, sólo que no recuerdo
la historia y me sueltas lo del ex novio, me cayó mal... ¿Solía ser celoso?
TAMI: Ah (Se baja de él) Eras
celoso al principio, después, ya no...
MARTÍN: ¿Por qué te bajas? Me
gusta que estés encima de mí.
TAMI: No se... (Se levanta a
mirar a la niña que se había movido)
MARTÍN: (Se pone de pie y busca
algo de ropa. Se viste y le pone una bata a su esposa) Tami, ¿dije algo malo?
(Piensa y mira el ropero) ¿Acabo de buscar mi ropa solo o me pareció?
TAMI: No me pasa nada (Le sonríe)
Y si, lo buscaste solo (Lo besa)
MARTÍN: Ey, hermosa, son muchas
cosas juntas. Quizás necesites estar un poco sola... (Martina abre los ojos)
Hola, mi vida... (La carga y la pequeña, se queda muy tranquila) Parece que me
conoce, ¿no?... Tami, si quieres, salgo a dar una vuelta y vuelvo en un rato...
(Daba besitos a su hija)
TAMI: No (Se alarma) No quiero
que te vayas de nuevo (Lo abraza, abrazando también a la bebé)
MARTÍN: (Le da un besote)
Entonces no me muevo de aquí... ¿Qué te parece si comemos de una vez? Por una
cosa o por otra, no lo hemos hecho y estoy famélico
TAMI: Estás muy flaco (Le besa el
hombro) Vamos, que Martina también tiene hambre (Sonríe)
MARTÍN: (Iban caminando los tres)
¿Y qué come mi hija? ¿Comida o aún amamantas?
TAMI: Tiene cinco meses, todavía
come de su mamá (Gira la cabeza y sonríe)
MARTÍN: Yo quiero eso también,
Martina, ¿me compartes? (La bebé gorgotea) ¡Eso es un "si, papi"! (Se
ríe) Así que estoy muy flaco, mamá me va a poner como campeón. Ya la escucho
"Tienes que alimentarte, Tinito"...
¡¡Por finnnnnn!! MATRACA, MATRACA, FESTIVAL MATRAQUEROOOOOOOOO!!!!
ResponderEliminarJAJAJAJAJAJAJAJA!!!! Que buenooo que tami ya le dio a la matraca con tinchooo !!! Jajajajajaja y que el va recordando de a poco jajaja :D excelente capitulo que amor ajajjaja
ResponderEliminarjajajajaja este Martin ni desmemoriado deja de ser chistoso jajajaja que bueno hubo fiesta privada entre Tincho y Tami jajajajaja hermos capitulo
ResponderEliminarDESPUES DEL SUFRIMIENTO... VIENE LA GOZADERA VERDAD TAMI Y TINCHO!!!! JAJAJAJAJAJA
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