Capítulo 256

Entre risas, Arianis rezongó a su primo y Gabo respondió muy Zavalamente...

GABO: Es la verdad, eres pésima, jajajaja

ARI: Si, pero no lo andes contando a los cuatro vientos

JANA: Dile al tío Jadel para que lo ponga como campeón, jajajaja

GABO: El tío no me gana, mi papá me defiende, jajajaja

ARI: Pero tu papá anda malo, jajajaja, Jadel le gana...

GABO: ¡JUM! Malo y todo, le gana y lo deja todo negrito de los moretones, para que lo sepas

ALEX: (Por lo bajo, a Dani) ¿Lo escuchas?

DANI: Si y tiene mucha razón (Lo besa) Eres su héroe...

ALEX: (La pone contra la pared) Esta tarde, cuando dormí la siesta, soñé con esa noche que me prometiste

DANI: ¿Qué soñaste?

ALEX: Te soñé a ti, conmigo, desnuda, sudando, gimiendo... ¿Sigo?

DANI: Si...

ALEX: Estabas sobre mí, moviéndote como una gacela. Eras exacta, precisa, puro fuego y no me dabas tregua, Dani, no parabas de hacerme cositas

DANI: Para, no sigas, porque me voy a olvidar de que estás convaleciente...

ALEX: Olvídate, por favor... (Le besó el cuello)

DANI: No puedo, no quiero que te pase nada...

ALEX: Vas por mal camino, no sabes las cosas que me están pasando ahora... (Besa más)

DANI: (Se espanta) ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?

ALEX: (Sonríe) Noup...

DANI: ¿Entonces?

ALEX: (Se le apoya) ¿Te explico más?

DANI: ¿Estás seguro?

GABO: ¡¡Mamiiiiiiiii!! Tengo hambreeeeeeeeeeeeeee

DANI: (Le habla bajito a su esposo) Creo que nos aguaron el plan... (A su hijo) ¿Qué quieres comer, campeón?

GABO: ¡¡¡Haaaaaaambuuuuurgueeeeesaaaaassss!!!

JANA: Yo también...

ALEX: (Resopla) Yo quiero comer Danisssssssssssssssss

DANI: Espera... Ari, ven un momento...

ALEX: Espero, espero...

DANI: Ari, ven...

ARI: Dime, tíita bonita, chumarre, preciosa...

ALEX: ¡Dios, qué niña!

DANI: Llama a J y lleven a los niños a comer hamburguesas, yo pongo el dinero...

ARI: ¡¡¡Ya dijiste!! (Se gira) ¡¡Mocosos, vamos a salir a comer afuera!!

LOS NIÑOS: ¡¡¡SIIII!!!

ARI: Vayan a cambiarse que yo llamo al tío Jadel...

ALEX: ¡Eres brillante, Dani!

DANI: ¿Tú crees?

ALEX: Lo se, mi amor, ¡LO SE! (Se besan)

DANI: Aprendo del mejor... (Lo besa bien sabroso)

Volviendo a casa de Maru y Bautista, el matrimonio estaba en la cocina, preparando algo para cenar, ya que la señora de Zavala, tenía antojos de pescado, pejerrey al escalope, para ser más precisos y como eso era algo habitual, su esposo, estaba cocinando su pedido

MARU: Ese olorcito, mmmm, ¡qué hambre tengo!

BAUTISTA: En cinco minutos está listo, amor...

MARU: ¿¿Tanto falta?? Tu hija está haciendo un gesto negativo... (Suena el teléfono) ¡Hola, mamá! ¿Lucía te está dando lata? ¡Menos mal! Si, claro, no hay problema. (Le habla a Bautista) La india de tu hija, anda gritando por ti, Chocolate, te la paso...

BAUTISTA: (Coge el celular) Hola, preciosa...

LUCÍA: ¿Papi?

BAUTISTA: Si, soy yo, princesa... Te estarás portando bien con la abuela, ¿no?

LUCÍA: Ti...

BAUTISTA: Muy bien, cuando tu abuela te traiga, tengo una sorpresa para mi princesa...

LUCÍA: Belo becho papi, becho, becho... Mami, mami

BAUTISTA: Ya te paso a tu mamá, besotes mi vida... (Le da el celular a su esposa) Te llaman (La besa)

MARU: (Coge el auricular) ¿Quién es?

LUCÍA: Uchi, mami

MARU: ¡La princesa más hermosa del mundo! ¿Cómo te portas? ¿Bien?

LUCÍA: Ti...

MARU: ¿De verdad?

LUCÍA: (Hace silencio un momento) No, belo nojó

MARU: ¡Ya sabía! ¿Me pasas a la abuela?

LUCÍA: Ti, amo mami...

MARU: Y yo a ti, amor de mi vida...

Aprovechando que su esposa hablaba con su suegra, Bautista terminó de preparar la cena y sirvió la mesa.

MARU: ¡Dios, Bau! Eso se ve de lujo...

BAUTISTA: Pues, sabe mejor, amor...

MARU: ¿Si? ¿Sabe tan bien cono tus besos?

BAUTISTA: No, mis besos saben mejor... (Sonríe y la besa) Come, para que pueda comerte yo a ti…

MARU: Mmmmm... (Comienza a cenar, despacio, adrede) Delicioso...

BAUTISTA: Come, yo voy a buscar algo, no me tardo... (La besa y sale)

MARU: (Se toca el vientre) ¿Dónde irá tu papá, preciosa?

BAUTISTA: (Al rato, regresó a la cocina, desnudo y con chocolate en el pecho) ¿Quieres postre, Chocolatita?

MARU: (Casi se atraganta al verlo) ¡Agua!

BAUTISTA: (Le da un vaso de agua) ¿Estás bien?

MARU: ¿Me quieres matar, Bautista? ¿Cómo te apareces así, de la nada? Tan hermoso, con ese cuerpo que está para pecar sin fin...

BAUTISTA: Lo siento, ya me visto...

MARU: ¿Estás loco? ¡Ven acá! (Lo jala con ella y comienza a lamerle el pecho) ¡Sabrosito, precioso!

BAUTISTA: Pensé que no querías postre Zavala...

MARU: ¿No se nota que si quiero? Sólo me sorprendiste, amor... (Lo hace sentarse en la mesa y lo recuesta) Obvio que quiero mi postre Zavala... (Besa el pecho y va bajando hasta llegar al miembro masculino de su marido, haciendo con su boca, el delirio de Bautista)

BAUTISTA: Oh, Dios, ¡cómeme entero!

MARU: Como ordenes... (Sorbe, saborea y devora aquello, hasta que él explota)

BAUTISTA: (Se levanta de la mesa, desnuda a su esposa y la carga) Vamos a la cama, Chocolatita...

MARU: No te demores en llevarme...

BAUTISTA: No me demoro nada (La besa y en segundos, están recostados en la cama) Eres hermosa, preciosa y lo mejor, eres mía (La besa más y luego baja su boca a uno de los senos de su esposa, al mismo tiempo que dirige una de sus manos a la entrepierna húmeda de su mujer)

MARU: Besos mágicos, manos hábiles, eres perfecto, pero no juegues, tengo antojito de Bau...

BAUTISTA: Déjame jugar un rato... (Siguió con lo que hacía)

MARU: ¿Quieres que tu hija nazca con la marca de mi antojo?

BAUTISTA: No (Apresuró la entrada en su esposa)

MARU: (Mordiéndose los labios) Adoro sentirte dentro de mí, Bautista, revolucionas cada parte de mi cuerpo

BAUTISTA: Te deseo como a nadie en la vida...

MARU: Hazme ver el universo en tus brazos, voy a explotar si no me haces tuya, Bau, te necesito en mí, toda la vida

BAUTISTA: Estoy en ti, mi amor... (Aumentó la velocidad de las penetraciones)

MARU: Lo se, lo siento... (Sonríe con picardía) Quiero que me devores

BAUTISTA: Gracias por pedírmelo... (La levanta y se la lleva al sillón, se sienta y la coloca sobre él, para poder saborearla)

MARU: Uyuyuyuyyyy, de haber sabido esto, te lo habría pedido desde siempre... (Bau marcaba el ritmo y ella lo dejaba)

Mientras marcaba el ritmo, Bautista saboreaba la delantera de su esposa, con delicadeza, con dedicación. Maru se arqueaba para facilitarle el trabajo, pero su panza prominente, la entorpecía un poco

BAUTISTA: Me encantas, completa... (Le acaricia la panza) No escuches, princesa... (Volvió a apoderarse de los senos de su mujer, luego, de su boca)

MARU: (Su marido, ahora, le agarraba las pompas y ella sabía que eso era una señal, por lo mismo, comenzó a tomar las riendas) Quiero ir al galope, amorcito...

BAUTISTA: Tú mandas...

MARU: Es que no puedo sola, precioso, necesito que unas manitos me socorran... (Le levanta las cejas)

BAUTISTA: Están en posición de ayudar, mi amor...

MARU: (Con la solidaridad de su esposo, empieza a moverse rápidamente) Eso, Chocolate, ¡qué buenas manos tienes!

BAUTISTA: Hechas para ti, a la medida (Se estaba volviendo loco, casi explotaba)

MARU: (Cuando sintió que Bautista estaba a punto de llegar, se detuvo) Creo que quiero más...

BAUTISTA: Pues, vas a tener más... (La levantó y se levantó, se colocó detrás de ella, la inclinó un poco hacia delante, para que se apoyara en el sillón y la volvió a penetrar)

MARU: ¡A eso le llamo yo, saber interpretar a una esposa calenturienta!

BAUTISTA: Te amo...

MARU: (Estaba extasiada) Y yo a ti, no dejes de amarme jamás

BAUTISTA: Nunca...