Capítulo 302

Sergio sonrió con cinismo...

SERGIO: Esto es lo que soy yo, lo que siempre fui, pero estando contigo, mi lado amable me ganaba... (Abre la puerta y Guillermo los mira, sin intervenir) Es tu oportunidad de irte por tus propios medios, de lo contrario, no te gustará lo que va a pasar

TAMI: ¿Es en serio? No te creo, no creo que los seis años que vivimos juntos hayan sido una mentira, que no te conozco...

SERGIO: (La toma del brazo con mucha fuerza) Créelo, porque así es y ahora, vete y libérame de tu maldita presencia. Te odio, Tamara, te detesto

TAMI: (Las lágrimas recorrían su rostro, le dolía en lo que se había convertido su ex, lo que le había hecho) Lo siento... (Sale del cuarto)

SERGIO: (Le grita) ¡Y deja de llorar! La debes pasar muy bien en la cama con el zombie...

GUILLERMO: (Lo mira) Eres un asco, hermanito y antes me alegraba por ti, porque de verdad pensaba que Tami no te convenía, pero ahora, me alegro por ella. Eres un pobre tipo... (Se va a la cocina)

TAMI: (Vuelve) ¿Todo se resume a la cama?

SERGIO: (Sonríe con más cinismo que nunca) ¿Contigo? Si...

TAMI: Entonces, no me amas. Sólo me quieres en tu cama, nunca me amaste y te la diste de víctima solamente para tenerme en tu colchón...

SERGIO: Es que esa boquita, me llenó de placer... (Se decidió a lastimarla duramente) Mírame, Tamara, ¿qué otra cosa puede querer un tipo como yo con una mujer como tú? Te voy a decir la verdad de una vez, lo nuestro empezó por una apuesta. Si te metía en mi cama, me ganaba unos buenos billetes, pero me lo hiciste tan bien, que ya no pude dejarte ir... (Le habla al oído) En la cama, no hay otra como tú...

TAMI: (Lo abofetea) Eres un desgraciado...

SERGIO: Y tú una golfa, pero, la verdad, pagaría lo que fuera porque esa boca vuelva a surcar por mi sur... (Saca su billetera) ¿Cuánto cuestas?

TAMI: ¡¡¡Que te den!!! Guárdate tu mierda de dinero... ¡Qué ilusa fui! Siempre defendiéndote y mira lo que obtengo a cambio... ¡¡Qué te den!! (Se larga con lágrimas en los ojos)

GUILLERMO: (Había escuchado todo) Imbécil, eres un pobre y estúpido imbécil...

SERGIO: Vete al carajo...

GUILLERMO: ¿Por qué le mentiste?

SERGIO: Porque no quiero volver a verla en mi vida y ahora se que ya no querrá "ayudarme". Que se vaya y sea feliz y a ver si yo puedo empezar de cero.

GUILLERMO: No vas a poder si no la olvidas...

SERGIO: Déjame tranquilo, ¿quieres? Y no digas obviedades.

GUILLERMO: Cuídate... (Se va)

Andreína estaba muy escondida. Desde que presenciara la escena de amor entre Alex y Dani en la alberca de la casa que ellos compartían, ya no había regresado a la ciudad. Se alojaba en una pequeña, pero cómoda cabaña, bien alejada. En ese momento, se encontraba delineando su plan y aguardaba a que la persona que contrató para seguir a la familia, llegara con ella. Cuando el hombre apareció, el informe detallado, tomó su curso

DETECTIVE: Ahora están todos en la casa matrimonial, señora, preparando un viaje

ANDREÍNA: ¿Un viaje a dónde?

DETECTIVE: (Lee sus anotaciones) A Málaga. El niño, Gabriel, va a participar de un mundial infantil de fútbol y van todos con él.

ANDREÍNA: ¿Cuándo regresan?

DETECTIVE: Depende de hasta dónde llegue el equipo español, señora, pero suponiendo que jueguen la final, estarían volviendo en un mes.

ANDREÍNA: Un mes... Perfecto, eso me dará tiempo para armar bien el plan...

DETECTIVE: Otra cosa, señora, la mujer de Zavala, está embarazada, no se si lo sabía

ANDREÍNA: ¿Embarazada?

DETECTIVE: Si, casi de cinco meses.

ANDREÍNA: Por ahora, sígalos hasta que se marchen. Luego venga por el pago...

DETECTIVE: Ningún problema. Una cosa más, su prima recibió un jugoso pago y se fue del país, a Francia, para ser más exactos y el señor Falcón, no frecuenta a la familia de Zavala. Vive con su mujer y su hija en la otra isla

ANDREÍNA: Son unos cobardes...

DETECTIVE: Si usted lo dice. (Le entrega un sobre) Ahí tiene sus nuevos documentos con los datos que me solicitó y estas son las llaves del carro y las del departamento que me dijo que le alquilara. ¡Ah! También logré hackear la cuenta de su tío y le hice el depósito a una caja de ahorro fantasma. En el sobre están el número y la clave para que disponga del dinero y lo pase a la cuenta bancaria que abrimos a su nuevo nombre. Lo puede hacer por cajero, no necesita ir al banco personalmente

ANDREÍNA: Está bien, gracias...

DETECTIVE: Y por último, sus padres. Ambos se encuentran muy bien y siguen convencidos que usted está de viaje. La policía ya dejó de interrogarlos, hace meses que no los buscan y todas sus cartas les llegaron. ¿Necesita algo más? ¿Quiere que le traiga algo cuando regrese? ¿Comida, bebida, alguna cosa?

ANDREÍNA: Comida y bebida. Otra cosa, manténgase pendiente de mis padres...

DETECTIVE: Tengo a uno de mis hombres viviendo frente a su casa, señora, de hecho, la está haciendo de jardinero y los cuida personalmente. (Le toma la mano) Quédese tranquila, ese hombre que tanto daño le hizo, lo va a pagar y esa mujer que le quitó todo, tendrá lo que merece... Me retiro (Le besa la mano, se había tragado la mentira de Andreína por completo y además, ella le gustaba, tenía esperanzas de meterse en su cama)

ANDREÍNA: Gracias, Pablo...

DETECTIVE: De nada, ya sabe que estoy a su entera disposición... (La saluda con un beso que fue mitad en la mejilla y mitad en los labios) Hasta la noche...

ANDREÍNA: Hasta la noche...

DETECTIVE: Adiós... (Se va)

Tami llegó a su casa y se encontró a Martín sentado en el sillón. Respiró profundamente, sin saber qué esperar de él. Cuando ella se fue, lo dejó muy enojado y para variar, su marido había tenido razón todo el tiempo. Cerró la puerta y se quedó ahí parada.

TAMI: Hola...

MARTÍN: (Sin girarse a mirarla) Hola

TAMI: ¿Ya comiste?

MARTÍN: No

TAMI: ¿Dónde está Martina?

MARTÍN: Tu mamá pasó hace rato por ella. Como no sabía cuánto ibas a demorarte, le pedí que la buscara para que disfrute del día con sus tíos y primos. ¿Vas a seguir preguntando o me dirás qué sucedió?

TAMI: Tenías razón... (Le cuenta todo) Ya puedes alegrarte...

MARTÍN: (Por fin, la mira) No me puedo alegrar, Mocosa, no de algo que te lastima tanto, ¿por quién me tomas? (La invita a sentarse junto a él) Ven conmigo

TAMI: (Se sienta, pero no cerca de él) Dime...

MARTÍN: ¿Por qué te sientas ahí? Ven aquí, quiero abrazarte

TAMI: Me siento mal, ¿no me escuchaste? Lo besé...

MARTÍN: No me lo repitas, Tamara, te escuché muy bien la primera vez... (Se levanta) Entiendo por qué lo hiciste, necesitabas salir de ese apuro, tenías que seguirle el juego y comprendo que no tenías alternativa (Se agacha y queda a la altura de su esposa) No estés a la defensiva conmigo, no me ataques porque no soy tu enemigo

TAMI: Lo se, pero no debe de ser agradable ver a tu esposa mal por otro hombre...

MARTÍN: No estás mal porque lo ames, sino porque era alguien en quien confiabas y que te lastimó.

TAMI: Si, eso es... Si lo que quería era herirme, lo consiguió...

MARTÍN: Yo quiero curarte, ¿me dejas intentarlo?

TAMI: (Se abraza a su esposo y empieza a llorar) Lo defendí, fui una estúpida...

MARTÍN: (Le besa la frente) Shhh, tranquila, Mocosa, no fuiste una estúpida. Estúpido él que no supo valorarte y que recurrió a estas tretas para acercarse a ti.

TAMI: Para acostarse conmigo dirás...

MARTÍN: Para lo que sea. Mírame, mi amor

TAMI: (Lo mira) ¿Qué?

MARTÍN: Eres una mujer maravillosa y no lo digo por tus habilidades en un colchón, sino por lo que tienes ahí (Le señala el corazón) Si el mundo tuviera más Mocosas, sería un paraíso, mi amor, no dejes que lo que pasó con ese idiota, te haga perder la perspectiva

TAMI: Lo que pasó con él, me demuestra que nadie es cómo crees que es...

MARTÍN: Yo si lo soy, tu hermano lo es, Bautista también y Maru, Dani, Sam, Andrés, Ari, Pedro era exactamente lo que creías que era y tú, mi cielo, eres lo que eres y jamás cambiaste

TAMI: Lo se, pero duele...

MARTÍN: (La besa dulcemente) Claro que duele, pero piensa en Martina, en Izhan y en mí. Piensa en toooodooos tus sobrinos y en tu familia que te ama incondicionalmente y en vez de estar triste por alguien que no vale la pena, se feliz por las personas que lo valen todo

TAMI: Tienes razón... (Se seca las lágrimas y sonríe) ¿Vamos con los demás?

MARTÍN: Todavía no, antes quiero darte algo

TAMI: ¿Qué? (Lo besa)

MARTÍN: (La carga) Mi amor, Mocosa, que es todo tuyo... (Van a la alcoba)

TAMI: ¿Vas a hacerme el amor?

MARTÍN: Si lo deseas...

TAMI: ¿Cuándo no?

MARTÍN: (La besa mientras se acuestan) Espero que siempre lo desees, hermosa...

TAMI: Y yo que tú también lo desees cuando esté gorda como una vaca...

MARTÍN: No digas eso, mi amor, por favor. No vas a estar como vaca, ni nada que se le parezca. Sabes que no me gusta que digas esas cosas

TAMI: Pero lo voy a estar...

MARTÍN: Estás embarazada y si, tu cuerpo va a cambiar, pero no me gusta que te expreses de ti así, como despreciándote a ti misma. Eres hermosa por dentro y por fuera y unos kilos de más, no cambian eso

TAMI: Si cambian...

MARTÍN: No, Tamara, no cambian nada (La actitud de su esposa le había bajado la lívido) ¿Por qué haces eso, eh? ¿Por qué tienes tan poca estima por ti?

TAMI: No es poca estima, es lo que veo, tú no me viste en el de Martina...

MARTÍN: Está bien, Tamara, ¿qué te digo? (Se sienta en la cama)

TAMI: Es como me siento, amor, lo siento si te incomoda...

MARTÍN: No es incomodidad, pero me enferma que no te veas como realmente eres

TAMI: Yo me veo de una forma y tú me ves de otra...