Capítulo 139

Al regresar a su departamento, Tami encontró a Martín en el sillón. Algo no estaba bien, era obvio, pero nunca se imaginó la que se le venía...

TAMI: Hola, bombón, ¿qué haces ahí sentadito? (Le va a dar un beso, pero él le aparta la cara) ¿Qué pasa?

MARTÍN: ¿Dónde estabas?

TAMI: En casa de Dani…

MARTÍN: (Se pone de pie, enojadísimo) ¿Por qué me mientes?

TAMI: ¿De qué hablas?

MARTÍN: Se perfectamente que no estabas en casa de Daniela, ni con ella... ¿Dónde estabas y con quién?

TAMI: Relájate, a mí no me hables así y, ¿cómo sabes que no estaba en casa de Daniela, ni con ella?

MARTÍN: ¡De ti no me lo esperaba! ¿Para qué demonios armar tanto circo si a la primera de cambio, me ibas a poner los cuernos, eh? ¿Qué es todo esto para ti, Tamara?

TAMI: ¿Ponerte los cuernos? ¿De qué hablas, amor?

MARTÍN: (Intenta serenarse) Dime dónde estabas y con quién, Tamara, porque me estoy volviendo loco

TAMI: No me has dicho cómo sabes que no estaba con Dani... ¿Te contaron algo?

MARTÍN: ¡Te vi! En esa cafetería, con otro tipo y muy abrazada... ¿Por qué me haces esto? ¿Que no te doy todo, acaso?

TAMI: (Se ríe) ¿Me viste con Charlie? No me sale una...

MARTÍN: ¿Te ríes? ¿Quién demonios es Charlie? ¡Tamara, hablas o me largo de aquí y no me vuelves a ver la cara de estúpido!

TAMI: (Se acerca y lo besa) Relájate, Charlie es mi primo...

MARTÍN: ¿Qué? Tú no tienes ningún primo que se llame Charlie, no me quieres tomar por idiota...

TAMI: No te tomo por idiota, es un primo lejano...

MARTÍN: Claro y por ir a verte con un primo lejano, me mientes...

TAMI: No es por eso, es por otra cosa que no puedo contarte...

MARTÍN: Pues o me cuentas y me aclaras que es todo esto o se termina, Tamara, porque no voy a quedar como el cornudo del siglo

TAMI: No te puedo contar, ¿por qué no confías es mí?

MARTÍN: Porque me mentiste

TAMI: Tuve que hacerlo...

MARTÍN: (Toma su chamarra) En el auto de tu hermano, está todo lo que me pidió para esta noche, llévalo... Espero que tu secreto valga la pena, porque tú y yo, terminamos... (Se va)

TAMI: (Va tras él y lo para) ¿Cómo que terminamos? Te estoy diciendo que estaba con mi primo… ¿Quieres que te cuente la verdad? Te estaba preparando una sorpresa, pero como siempre me salen las cosas al revés o las hago yo al revés, ya no importa. Pero tú no puedes confiar en mí, te cuesta mucho (Se mete a la casa) ¿Si no confía en mí, qué sentido tiene todo? (Llama a su hermano) Tato, esta noche no voy a cenar, lo siento, no me encuentro muy bien. No, no, sólo es que algo me sentó mal, no te preocupes, te amo...

MARTÍN: (Entra, más enojado) ¿Cómo demonios puedo confiar si me mientes en la cara, eh? ¿Qué harías tú si me largo sin decirte nada, me ves abrazando a otra tipa y cuando me preguntas, te digo que estaba con mi hermana, en su casa? ¿QUÉ HARÍAS?

TAMI: (Se gira) No podía decirte la verdad, era una sorpresa y no quería mentirte, pero pensé que si te decía con quién había estado, ya sabrías cual es la sorpresa...

MARTÍN: No quiero saber la sorpresa. Si desde el principio me hubieras dicho que te ibas a verte con tu primo, las cosas no hubieran llegado hasta aquí. No tolero que me mientas y lo sabes.

TAMI: Si te digo que me voy a ver con mi primo, Carlos Arriaga, hubieras sabido para lo que me iba a reunir con él...

MARTÍN: ¿Carlos Arriaga? ¿El famoso?

TAMI: Si, ¿ves? Lo conoces, mi sorpresa ya no hubiera sido sorpresa, ni va a serlo, porque te lo tuve que decir, pero ya, no quiero discutir más, ¿te quieres ir? Vete... (Se va a la cocina a beber un poco de agua)

MARTÍN: (Va con ella) No te hagas la víctima y entiende lo que pasó. Te veo con otro tipo y me mientes al respecto. ¿Era muy difícil decir "me voy con mi primo Charlie"? Yo no me hubiera metido. Pero no, tienes que hacer las cosas como la mona y encima te ofendes tú. Además, la sorpresa va a ser magnífica, sin importar lo que sea o quién participe. Mocosa, sabes que se me nubla el juicio con los celos, pero reconoce que tuve mis motivos

TAMI: Te lo reconozco, pero no creíste en mí y una relación así, no va... (Se pone al lado de la ventana, mirando hacia afuera)

MARTÍN: Si creí en ti, cuando me dijiste la verdad.

TAMI: Cuando te conté lo que no tenía que contarte... Si no te hubiera contado toda la verdad, sino la mitad, te habrías largado, porque no confías en mí. Te dije que no podía contarte y te largaste. Si, ya se que hice mal cuando te dije que estaba en casa de Dani cuando no era cierto, pero después te expliqué y no me creíste...

MARTÍN: Está bien, Tamara, si no te bajas de ahí, no lo hagas. Pero reconoce que en mi lugar, hasta no traerte a mi prima para que te muestre el árbol genealógico, no hubieras cedido y, ¿sabes qué? Lo hacía, te traía a toda mi familia lejana con tal de seguir contigo, pero se ve que esas ganas de estar juntos, no las tenemos los dos por igual. Me equivoqué en ser celoso, si y lo siento, más que eso, no puedo hacer. (Se va al cuarto y se mete a bañar)

TAMI: (Se queda en la cocina un rato y después va al cuarto) ¿Aún estás bañándote?

MARTÍN: (Sale, para buscar su ropa) No, puedes hacerlo tú, si quieres...

TAMI: No, lo que quiero es que me perdones, por no bajarme del burro, pero me da coraje que no me salga bien lo de la sorpresa...

MARTÍN: Eso es una bobada, la sorpresa no va a ser menos o más hermosa, porque sepa que tu primo está involucrado. Lo que a mí me importa es que viene de ti, las formas, son relativas, cambiantes, pero que hagas algo para mí, es lo que realmente me conmueve, me toca, me llena...

TAMI: Lo se, pero quería que fuera sorpresa, sorpresa y ahora ya vas a saber que hay sorpresa, entonces, ya no será sorpresa...

MARTÍN: Te equivocas, porque ahora se que harás algo, pero no tengo idea qué... No se a qué se dedica tu primo. Lo único que hice, fue relacionar. Dios, Mocosa, si supiera quién es, te hubiera dicho "¿Qué hacías con Carlos Arriaga en la cafetería?". Nomás se que tienen un pariente que es famoso y cuando dijiste su nombre, até los cabos, pero no se a qué se dedica

TAMI: Júramelo...

MARTÍN: Te lo juro, ni idea tengo... ¿Ya se nos pasó la locura a los dos? (Le da un beso) ¿Me puedo vestir?

TAMI: ¿No que te ibas a bañar?

MARTÍN: Ya me bañé, fue una ducha rápida, tenía encima todo el coraje y quería renovar un poco...

TAMI: Me parece muy bien (Lo besa) Me voy a renovar yo (Sonríe y se va desvistiendo a medida que camina hacia el baño)

MARTÍN: (La mira) Aunque pensándolo bien...

TAMI: (Se asoma a la puerta del baño) Pensándolo bien, ¿qué?

MARTÍN: (La toma de un brazo y la jala con él) Podemos renovarnos aquí un rato (La besa)

TAMI: ¿Aquí, dónde? (Le suelta la toalla que tenía sujeta en la cintura)

MARTÍN: En la cama, en el piso, en donde quieras...

TAMI: Lo dejo a tu elección (Le mordisquea el labio inferior)

MARTÍN: (La tumba en la cama) Aquí me gusta más (Sacándole la ropa interior, besa todo)

TAMI: (Se besaban, devorándose los labios) ¿Sabes lo que más me gusta de discutir?

MARTÍN: ¿Reconciliarnos?

TAMI: Si...

La casa Villalta, estaba llena. Alberto llevaba años de no recibir tanta gente en su casa y se encontraba un poco avasallado y no sólo por las visitas, sino porque acababa de enterarse que sería tío abuelo. De a poco, todos fueron llegando y hasta Tami y Martín, finalmente, se dieron cita. La mesa estaba armada y cuando llegaron Carmen y Eduardo, Alex hizo las presentaciones.

ALEX: Papá, mamá, él es Alberto Villalta, el padre de Dani...

JANA: (Colgada a su abuelo) ¡¡Y mi nonito!!

ALBERTO: Ya nos conocemos (Le ofrece la mano a su consuegro) ¿Cómo está?

EDUARDO: Muy bien, muchas gracias...

ALEX: ¿De dónde se conocen?

ALBERTO: Del hospital, cuando estuviste herido, muchacho... (Mira a Carmen) Mucho gusto de volver a verla, señora, pero pasen y pónganse cómodos, por favor... (Alza a Jana) ¿Dónde está Gabo?

JANA: Con mami, hablando por teléfono con alguien...

ALEX: Con Sam, señor...

ALBERTO: Pero, ¿no puede hablar con ella después? ¿Qué pasa? ¿No va a venir?

ALEX: Si, pero se va a demorar un poco y Dani aprovechó y le pidió algo...

JANA: ¿Está hablando con mi Tata, papi?

ALEX: Si, mi amor...

JANA: ¡Yo quieroooooooo! (Sale en busca de su mamá)

ALBERTO: Estos niños son terribles... Vayámonos acomodando que la cena está lista...

CARMEN: (Se van sentando) Son terribles, pero los causantes de nuestra alegría...

TAMI: (Ya estaba sentada junto a Maru, Bautista y Tincho) ¿Quiénes, mami?

CARMEN: Tus sobrinos, mi amor...

TAMI: Ahhh, pues si, y la lista se agranda...

MARTÍN: ¿Por? (Sonríe) Tamara, mi amor, ¿estás...?

MARU: No, no, Tincho, la embarazada soy yo...

MARTÍN: (Se queda decepcionado) ¡¡Felicidades, Maru!!

MARU: ¿"Felicidades, MARU"? Martín, ¿no le ves la cara de bobo a mi marido? Está esperando que lo felicites a él...

MARTÍN: Las damas primero (Sonríe) Felicidades, Titán...

BAUTISTA: ¡Qué seco!

TAMI: (Se le cuelga encima a su primo) ¡¡No me la creo, desgraciado!! ¿Tú, papá?

BAUTISTA: Ya ves, primita, los tiempos cambian

TAMI: ¡Ya lo creo, Bau! (Abraza a Maru) ¡¡Prima!!

MARU: ¡¡Jajajaja, PRIMOTAAA!!

TAMI: Te voy a contar un secreto. Una vez, el señor ese que dice ser tu marido, dijo que nunca iba a tener hijos y míralo ahora (sonríe)

MARU: ¿Ah, si? ¿No querías niños y me lo haces a la primera? ¡¡Eres inconcebible, Bautista Nicolás!!

BAUTISTA: No quería hijos, hasta que te conocí a ti... (La besa)

MARU: ¡Ay, si, tú, chuchito! (Le habla a su vientre) Papito no nos quiere, Poroto... A Papito le voy a cortar algunas cositas...

BAUTISTA: (Le habla al vientre de su esposa) Papi si los quiere, Porotito, lo que pasa es que mami anda un poco sensible y la mensa de tu prima, no ayuda...

TAMI: Si, claro, ahora es mi culpa...

MARU: (Hablando como si fuera un bebé) Papito tendrá que comprar conducta, jajajaja...

BAUTISTA: Papá va a estar feliz de hacerlo…

MARU: Más te vale, Bautista... (Sonríe y lo besa ella)