Capítulo 142

En la noche, al terminar su programa, Maru se despidió de todos y salió a buscar el carro de su marido que, como no iba a poder ir por ella, se había retirado más temprano en taxi. Caminó los pocos metros que separaban la entrada de la radio del auto y metió la mano en su bolsa, buscando las llaves. Cuando estaba por abrir la puerta, un brazo la sujetó fuertemente por los hombros, inmovilizándola y una mano, le ahogaba los gritos...

RODRIGO: No grités, preciosa, no te voy a hacer mal...

MARU: (La persona le quitó la mano de la boca y aunque Maru no podía mirar a su atacante, la voz le era inconfundible) ¿Rodrigo? ¡Suéltame!

RODRIGO: No, hermosa, me encanta tenerte así (Huele su cabello)

MARU: (Se calma un poco) Déjame o grito, Rodrigo, ¡suéltame!

RODRIGO: ¿Por qué? (Le besa el cuello) Te encantaba que te abrazara así, no podés haber cambiado tanto...

MARU: ¡¡SUÉLTAME!! Todo cambió y no quiero que me toques, maldito, ¡¡DÉJAME!! (Él le tapó la boca de nuevo)

RODRIGO: Si no te calmás, me voy a ver obligado a usar mi fuerza...

MARU: (Se movía con ganas y se zafó un poco) ¡¡DÉJAME!!

RODRIGO: ¿Por qué? No me hagás enojar (La volvió a agarrar bien)

MARU: (Le pisó con fuerza el pie, logrando separarse un poco) ¡¡Lárgate de aquí!!

RODRIGO: No, vine por vos y no me pienso ir sin llevarte...

MARU: Rodrigo, te lo advierto, aléjate de mí. Yo no te quiero cerca, ¿no lo entiendes? Estoy casada, enamorada y esperando un hijo de mi esposo. Ya, vete de una vez y para siempre

RODRIGO: Te dije aquel día que ni ese engendro, ni el imbécil de tu esposo te van a separar de mí...

MARU: Soy yo la que no te quiere, ¿qué parte no entiendes?

RODRIGO: Me estás mintiendo, no se puede dejar de amar así, en un abrir y cerrar de ojos...

MARU: Cuando te pasa como a mí, si se puede...

RODRIGO: ¿Qué te pasó?

MARU: Encontré a la persona correcta...

RODRIGO: Esa persona soy yo, no el mequetrefe ese...

MARU: No. Rodrigo, estás en un error. Tú decidiste que tú trabajo era más importante que yo y terminamos. La vida me trajo a Bautista y lo amo. Lo que nosotros tuvimos, no se compara con lo que él y yo tenemos. Es la verdad, asúmela y deja las cosas por la paz...

RODRIGO: No, no te voy a dejar (Le da la vuelta y la besa a la fuerza)

MARU: (Lo empuja y le da una bofetada) ¡Nunca vuelvas a besarme!

RODRIGO: Te voy a besar cuantas veces quiera (La jala y la vuelve a besar)

MARU: (No podía zafarse, la tenía muy apresada) ¡Déjame! No quiero que me toques

RODRIGO: (La besa) Sos mía, sólo mía (Le besa el cuello)

MARU: (Casi lloraba) ¡Suéltame! (Consigue empujarlo y saca su gas de pimienta, echándoselo en los ojos)

RODRIGO: (Tocándose la cara) ¡¡¡¡Aaaahhhhh!!!!... ¡Estás locaaaaa! (Estaba furioso)

MARU: ¡¡Te lo pedí por las buenas y no lo entendiste!!

RODRIGO: No entiendo, claro que no...

MARU: (No dejaba de apuntarle el gas al rostro) Pues, ve haciéndolo y aléjate de mí y de mi familia por las buenas, Rodrigo, porque si sigues fregando, no te la vas a acabar... (Estaba aterrada y amenazarlo fue lo único que se le ocurrió)

RODRIGO: No te tengo miedo...

MARU: Deberías... (Rodrigo se le fue encima de nuevo y ella gritó con toda su potencia) ¡¡Déjame en paz!!

WILLY: (Iba de salida cuando escuchó a Maru y reconoció su voz en un segundo. Fue corriendo y agarró a Rodrigo, tirándolo al piso) ¡Suéltala, imbécil! (A Maru) Métete a la radio, pero ya...

MARU: No, no te voy a dejar solo con este tipo

WILLY: Que te metas, ¿quieres que llame a Bautista?

MARU: No, se va preocupar

WILLY: Pues, métete de una vez

RODRIGO: (Lanzándose sobre Willy) Maldito... (Se empezaron a dar golpes)

MARU: (Le echó gas a su ex de nuevo) ¡Idiota, que nos dejes en paz!

WILLY: Métete y llama a la policía (Inmoviliza a Rodrigo) Yo me encargo de este...

Maru fue hasta la recepción de la radio y llamó a la policía y a dos compañeros que estaban allí, quienes salieron de inmediato a ayudar a Willy. Ante todo el ajetreo, medio mundo salió a ver qué sucedía y, de la nada, a la señora de Zavala, le dio una punzada en el vientre...

CECILIA: (Ve a Maru agarrándose el vientre) ¿Estás bien?

MARU: (Niega con la cabeza) Llama a urgencias...

CECILIA: (Llama a urgencias y pide una ambulancia) Ven, siéntate (La ayuda a sentarse) ¿Quieres algo?

MARU: (Lloraba del miedo) Márcale a Bau, dile que venga ya (Le da su celular)

CECILIA: Ya mismo (Marca el número de su jefe) Bau, ven a la emisora a la de ya…

BAUTISTA: ¿Cecilia? ¿Por qué me llamas del celular de Maru? ¿Qué pasa?

CECILIA: Hubo un altercado y Maru se siente mal, ya llamé a una ambulancia, apúrate...

Bautista sale de inmediato, sin hacer ni una pregunta más...

En el antiguo departamento de Daniela, su hermano estaba debajo de su novia, que lo besaba ardorosamente y él, respondía a esos besos con mucho más calor...

NAU: (Se movían como si estuvieran en plena sesión amorosa y como tenían la ropa puesta, el deseo aumentaba) Mi amor, ¿me desvistes?

GISELLE: No, aún no (Seguía provocándolo sin saberlo)

NAU: (Retozaban sin cesar) Está bien, hermosa, cuando lo desees...

GISELLE: (Se para y lo mira) Ya, Nauzet, deja de darme la razón en todo, toma las riendas sin miedo...

NAU: ¡Bueno, capitana! No te enojes, quiero que seas tú la que tome el mando. (La toma fuerte y la apresa en sus brazos) Ya llegará el momento en que voy a hacerte de todo y sin preguntarte nada, no te preocupes, pero tenemos que conocernos y tenernos confianza, primero... (Vuelve a besarla)

GISELLE: Te tengo confianza, si no, no estaría así, contigo...

NAU: No me refiero a esa confianza, Gise, sino a la que se tiene cuando conoces bien íntimamente al otro, cuando aprendes a darte cuenta de lo que le gusta, de lo que disfruta, de lo que le provoca...

GISELLE: Pues, toma el mando, quiero saber y que sepas lo que me gusta y lo que no...

NAU: (La tumba en la cama y la desviste, besando sus piernas, su vientre y su boca) Ya dijiste, hermosa, atente a las consecuencias...

GISELLE: Soy toda tuya, mi amor...

NAU: (Excitado por demás, acarició la intimidad de su novia, mientras le besaba los senos con fervor) Mmmm... Eres un sueño

GISELLE: Quiero ser una realidad... (Se estremecía con lo que le estaba haciendo su novio y respiraba agitada)

NAU: Lo eres, amor, eres la mejor realidad de mi vida... (Bajó sus labios hasta donde tenía la mano y besó apasionadamente)

GISELLE: Eso me gusta (Nau seguía abajo) Oh, si, claro que me gusta...

NAU: (Enfatizó su labor) Es la idea... (Retomó lo que hacía)

GISELLE: Sigue, sí, así, no pares (La hizo llegar al cielo y luego volvió a besar sus labios) No sabía que me fuera a gustar tanto esto...

NAU: Es normal que te guste, amor, el cuerpo se hizo para gozarlo y yo quiero que lo goces hasta que no podamos más... (La vuelve a besar y se va desvistiendo él)

GISELLE: (Lo para) Lo hago yo (Él se acuesta en la cama y ella lo desviste)

NAU: Amo que me acaricies, me toques, me hagas sentirte

GISELLE: Yo lo amo más (Acariciaba todo el cuerpo de su novio con exquisita paciencia)

NAU: Vas muy bien, preciosa, me estás enloqueciendo

GISELLE: Eso me gusta (Empezó a besar todo el cuerpo hasta que llegó a la zona sensible de él y ahí se paró)

NAU: ¿Qué pasa, amor? Si no quieres hacerlo, no lo hagas, no hay problema...

GISELLE: Shhhhh... (Empezó besándolo ahí, era la primera vez que lo hacía, pero sabía por Maru que esas cosas les gustaban a los hombres y quería hacer disfrutar a su novio. Lo que no sabía e iba a descubrir, era que ella también lo disfrutaría)

NAU: (Apenas la sintió haciendo eso, se estremeció como nunca en su vida) Oh, amor, me matas... (Le acariciaba la cabeza) Sigue así, si...

GISELLE: Ajá... (Las palabras de su novio la alentaron a seguir experimentando, hasta llevarlo a explotar de placer)

NAU: (La hizo subir y la besó con desesperación) Te amo, Giselle, quiero hacerte mía como nunca...

GISELLE: Yo también te amo...

NAU: (La tocó abajo de nuevo y al sentirla húmeda, la penetró con potencia y ella gimió fuertemente) Me vuelves loco

GISELLE: Y tú a mí, no pensé nunca sentir algo así...

NAU: (Se movió, dejándola debajo suyo y entró de nuevo en ella, pero con más urgencia) Ni yo creí sentirlo tampoco, pero es así, hermosa...

A cada instante, las penetraciones eran más veloces, más intensas, haciéndolos desear más a cada embestida. Llegado cierto punto, Nau salió de ella, se sentó y la hizo ir arriba. La tomó de la cintura y volvió a entrar, marcando el ritmo con sus manos. Los gemidos inundaban todo el cuarto, generando cierta inconsciencia en ambos, que sólo podían sentirse mutuamente

Giselle quitó las manos de él de su cadera y las colocó en su delantera. Quería ser ella quien marcara el ritmo ahora. Impuso sus tiempos, lentos, mortificantes para ambos...

NAU: (Para apaciguar un poco la dulce tortura, le mordisqueó los pechos, los besó, los saboreó y los devoró) Dame más, Gise, amor, dame más...

GISELLE: Tendrás más... (Aumentó la velocidad y la intensidad, haciendo que los dos se desbocaran y llegaran así, al cielo)