Capítulo 050

Después de una noche llena de pasión y amores reencontrados, Tami dejó a Martín y en el transcurso de la tarde, fue a encontrarse con el Toro. Al llegar, lo vio sentado en la mesa que ocupaban siempre.

TAMI: Hola (se sienta)

TORO: (Va a besarla, pero Tami le corre la cara) Hola, pues...

TAMI: No tengo mucho tiempo ¿qué quieres hablar?

TORO: ¿No tienes tiempo? ¿Te está esperando el tarado ese? ¿Ya andas con él, Tami? No tardaste nada en reemplazarme

TAMI: Eso no es asunto tuyo. Me dejaste muy claro que te dejara en paz y te estoy haciendo caso, ahora dime, ¿para qué me buscabas?

TORO: Quiero volver contigo, Tami, te amo

TAMI: Yo ya te dije lo que había, necesito tiempo, ¿me lo vas a dar?

TORO: (Se enoja) ¿Tiempo para que te acuestes con "Tincho"?

TAMI: Tiempo para aclarar mis sentimientos, que, por ahora, están muy revueltos...

TORO: ¿Él qué te dice? ¿Te va a esperar?

TAMI: ¿Qué importa lo que diga él? Lo que me interesa saber qué es lo que dices tú...

TORO: No se, Tami, yo quiero estar contigo, pero pensar que puedas andar con otro, me saca de mis casillas. Entiendo que estés confundida, pero no se qué esperas de mí

TAMI: Que luches por mí, que me reconquistes...

TORO: ¿Cómo? ¿Poniendo cara de feliz al verte pasar con ese tipo?

En ese mismo momento, en Frama, existía una reunión con Roxana Calderón, dueña de una tienda que vendía ropa deportiva y que iba en vías de expansión. Un contrato con ella, le garantizaba años de buen trabajo.  Como Alejandro deseaba que Daniela conociera todos los aspectos de la empresa, ya que era el patrimonio que alguna vez les pertenecería a los hijos que soñaba tener con ella,  le ofreció a su novia secreta, que fuera participe de la junta y fue de esa manera que a la hora señalada, cuando Roxana entró a la oficina de Alex, que Dani se encontraba sentada, aguardando que la presentaran a esta potencial clienta.

Roxana Calderón era una mujer de un porte elegante, firme. Se la veía muy segura de sí misma, inteligente y tenía una belleza tajante, directa. Además, con sus 28 años, había levantado un casi imperio financiero y eso la hacía interesante a la hora de platicar con ella. La fotógrafa la miró y no pudo evitar sentir cierto recelo por la forma en que la mujer saludaba a Alejandro. Fue muy cordial y coqueta, cosa que disgustó a Dani de sobremanera. Sin embargo, ella era una profesional y mantuvo la clase y la educación.

ALEX: Adelante, señorita Calderón, tome asiento, por favor. Permítame y le presento a Daniela Villalta, es la directora de arte de Frama y una fotógrafa de excelencia.

DANI: (Le tiende la mano) Mucho gusto…

ROXANA: (Saluda alegremente) Lo mismo digo y no se lo vaya a tomar a mal, pero pensé que la reunión era sólo entre el licenciado y yo.

ALEX: Le pedí a Daniela que presenciara la junta porque es brillante, ya lo podrá comprobar por usted misma.

DANI: Si le incomodo, me retiro, no hay problema.

ROXANA: No es eso, no tengo ningún problema con que usted esté aquí, señorita, al contrario, me gusta darme cuenta que esta no es una empresa de machos. Señor Zavala, la presencia de esta mujer, es un punto a su favor.

ALEX: No se imagina cómo lo se, pero, tomen asiento las dos. ¿Quieren alguna bebida?

ROXANA: Un café, gracias.

ALEX: ¿Dani?

DANI: (Lo mira como regañándolo por la informalidad) Un café también, licenciado.

La empresaria miraba a Alex con soltura y aunque esa actitud  pudiera interpretarse como coqueteo, no lo era. Roxana simplemente, era una persona agradable y dicharachera que gustaba de reuniones dinámicas. Lo que ella no sabía es que su dinamismo, generaría un pleito entre Daniela y Alejandro

ROXANA: Estuve leyendo un poco la historia de su empresa, licenciado y me gusta mucho cómo la ha llevado. Pero, por favor, no nos tratemos de usted.

ALEX: Gracias, Roxana, eres muy amable. (Pide tres cafés por el interpone)

ROXANA: (A Dani) ¿Y tú, bella? ¿Hace mucho que estás aquí?

DANI: Sólo un par de  meses

ROXANA: ¿Y ya eres directora de arte? ¡Muy bien, chica!

DANI: Soy co directora.

ROXANA: Es la misma cosa, bella. (Miraba a Alex con mucha intensidad y él la miraba, pero sólo con curiosidad)

DANI: (Malinterpretaba las miradas) ¿Licenciado, quiere que me retire?

ALEX: No, ¿por qué?

DANI: Simple curiosidad

ROXANA: (Se da cuenta que Daniela está molesta) ¿Sucede algo?

ALEX: No.

DANI: No.

ROXANA: No les creo, ¿hay alguna cosa que deba saber sobre la empresa?

ALEX: ¡Para nada, Roxana! Todo es tal cual te lo comenté por teléfono.

ROXANA: Es que veo a todo mundo muy atareado, como si estuvieran sobrepasados de trabajo.

ALEX: Nada de eso. Lo que pasa es que mañana es el último día de trabajo hasta el lunes y queremos dejar todo en orden.

ROXANA: ¿Y eso?

ALEX: Simplemente me gusta que, de vez en cuando, mis empleados puedan disfrutar de un día extra de descanso. Vuelven con mucha más energía y, además, un empleado feliz, trabaja mejor.

ROXANA: Ahhh, buena premisa. Tu esposa debe estar contenta de tenerte un poco más en casa también…

ALEX: No  tengo esposa, soy viudo.

DANI: (Bufa por lo bajo) Perdón

ROXANA: Provecho, bella… (Mira intensamente a Alex) ¿Estás solo?

ALEX: No. Estoy de novio y muy enamorado.

ROXANA: Se te nota, te brillan los ojitos cuando hablas de ella y eso que ni el nombre dijiste. ¿Cómo se llama la afortunada?

DANI: Disculpen que los interrumpa, pero creo que deberíamos enfocarnos en lo que nos interesa. Lo digo porque el licenciado tiene muchos pendientes por resolver y es muy tarde. No se lo tome a mal, señorita Calderón

ROXANA: Comprendo y si, tienes razón, Daniela y no me trates de usted, soy Roxana.

ALEX: (Llega Susana con los cafés, los sirve y se retira) Bueno, empecemos, Daniela,  echa a andar el proyector, por favor.

DANI: (Se pone de pie y lo fulmina con la mirada) Claro…

En la cafetería, la conversación entra Tami y el Toro, iba adquiriendo colores demasiado fuertes…

TAMI: Dame tiempo para estar con los dos, pero no en la cama, sino en citas

TORO: ¿Y me vas a decir que no te estás acostando con él? Te conozco, Tamara, conozco tus gestos, tus modos, al menos, no me mientas

TAMI: Si me acosté con él, no tengo por qué mentirte

TORO: (Le hirvió la sangre) ¿Para eso quieres el tiempo, entonces? Para revolcarte  con él, ver cuál de los dos te da más orgasmos y ahí decides: Sergio o Martín, ¿o hay más, Tamara?

TAMI: (Se levanta y le da una tremenda cachetada) Esto es lo último que me faltaba, ¡¡vete al diablo!! (Cogió su bolso y salió del café)

TORO: (Dejó dinero sobre la mesa y salió tras ella, tomándola por un brazo) ¡No te hagas la ofendida! ¡¡El cornudo soy yo!!

TAMI: (Se giró, furiosa) ¡¡Cornudo mis calzones!! Me mandaste al diablo, ¿no te acuerdas? Porque yo si me acuerdo, así que ahora no te hagas tú el ofendido. Suéltame...

TORO: (Era cierto lo que Tami decía) ¡Y se te hizo muy fácil reemplazarme! ¿La pasaste bien con él? ¿Mejor que conmigo? (Aún la tenía agarrada del brazo)

TAMI: Suéltame, si no sabes decir más nada, me sueltas. Mi tiempo no lo quiero pasar con alguien que me cree una cualquiera (Se libera de un manotazo y se va caminando)

TORO: ¡Tamara vuelve que no hemos terminado de hablar!

TAMI: (Se gira) ¿Para qué quieres seguir hablando? ¿Para seguir insultándome? No gracias… Adiós...

Tami se fue, sin mirar atrás.

Poco después de terminada la proyección, la conversación se encaminó hacia los detalles de un posible contrato y para el momento en que terminaba, volvió a ser informal.

ROXANA: (Casi retirándose) Bueno, Alejandro, Daniela, me han convencido. En unos días,  les comunicaré mi decisión de manera oficial, pero pueden ir redactando los papeles para la contratación. (Le guiña el ojo a Alex y eso hace explotar a Dani, aunque esta lo disimula)

ALEX: (Ignorando el volcán en erupción de parte de su novia) ¡Genial, Roxana! No te vas a arrepentir

DANI: Le aseguro que pondremos lo mejor de nosotros para satisfacer sus expectativas.

ROXANA: Lo se, bella y espero que seas tú la que esté al frente de todo. (La saluda con un beso en cada mejilla) Ha sido un placer que espero repetir, Daniela… (Se acerca a Alex y repite el saludo) Y tú, Alejandro, ¡eres un encanto! Dichosa tu novia

ALEX: (Mira a Dani) Dichoso soy yo de haberla encontrado.

DANI: (Se ríe con cierta ironía, sin querer) Perdón de nuevo, no se qué me sucede. Deben ser los nervios

ROXANA: Pues, quítate los nervios que hiciste todo perfecto, linda, eres una gran profesional y créeme, para esas cosas, tengo ojo clínico.

DANI: Gracias.

ROXANA: (A Alex) Al final no me dijiste como se llama tu novia.

ALEX: Es que ella no quiere que sepan que andamos, Roxana.

ROXANA: ¿Y eso por qué?

ALEX: Es largo de explicar.

ROXANA: Pues dile que digo yo que no sea tan tonta… Si fuera novia de un galán como tú, lo gritaría a los cuatro vientos para que ninguna loquita se pase de lista…

ALEX: (Ve el gesto de Daniela, se la veía enojadísima y se decidió a decir algo) Está parada junto a ti y te escuchó perfectamente, Roxana.

DANI: (Abrió los ojos de par en par) ¿Qué dijiste?