domingo, 31 de marzo de 2013

Capítulo 130


Nau hizo que le tocara el vientre, luego un poco más abajo y cuando iba a llevarla hasta su intimidad, se detuvo y le beso la mano y la boca...

NAU: Mi cielo, todo mi cuerpo es tuyo, no tengas vergüenza de conocerlo
GISELLE: (Respiró profundamente) Está bien, amor... (Empezó a tocar de nuevo y esta vez recorría más sitios, más rincones del cuerpo de ese hombre que le transmitía paz)

Giselle no dijo nada, sólo cogió la mano de él y la metió debajo de su blusa. Con suavidad, Nau le tomó uno de los senos por encima del sujetador y lo sintió henchido, cosa que lo excitó más aún y un agudo dolor lo atravesó de cuerpo completo. Por lo mismo, con su mano libre, se calmó un poco sus ansias, pero aunque adoraba lo que hacía y quería continuar, eso se estaba convirtiendo en una tortura...

NAU: Amor, espera un poco, por favor...
GISELLE: ¿Qué pasó? ¿Qué hice mal?
NAU: Nada, preciosa, en lo absoluto, tú vas perfecta. El problema es mío, princesa. (La besa mucho) Mi cuerpo reacciona, sólo dame un momento
GISELLE: Está bien (Se separó un poco)
NAU: No te pongas mal, Gise, sólo quiero respetarte (beso) esperarte (otro beso y la va recostando) Pero me tienes enloquecido y además de amarte, te deseo, quiero hacerte mía y ser sólo tuyo (volvió a tocarla y se apoyó en ella deliberadamente) Eres hermosa...
GISELLE: Tú eres hermoso (Lo besa) Lleva tú el ritmo...
NAU: ¿Segura? (Ahora la acariciaba con más fervor y levantó un poco la blusa, besando su vientre)
GISELLE: Si...

Nau levantó la blusa en su totalidad y subió sus besos hasta llegar al centro del torso de su novia y, sin darse cuenta, se acomodó entre sus piernas y se movió allí. Siguió besando y la intensidad fue llevándolo...

NAU: Esto es el paraíso, mi amor... (Ella no decía nada, sólo sentía, sin pensar, sin recordar, solamente quería sentir el amor de ese hombre que la trataba como a una princesa. El bajó la mano hasta su falda y la fue subiendo) ¿Sigo? (Gise movió la cabeza asintiendo)

Al tocarla allí, Giselle gimió involuntariamente y Nau ya no pudo resistirlo. Corrió la ropa interior de su novia y se liberó. Buscó besarla en los labios y mientras lo hacía, sus sexos se acercaron... Gise se tensó un poco, pero se obligó a relajarse: si no lo hacía con él, no lo iba a poder hacer con nadie más...

NAU: Puedes negarte, Gise, no me voy a enojar...
GISELLE: No, sigue...

Nauzet la besó y abrazó para darle seguridad y se deslizó dentro de ella delicadamente, con cuidado y como el hombre gentil que era, fue despacio. Giselle sintió como un pellizco y lo aferró desesperadamente. Estaba nerviosa, agitada...

NAU: Princesa, tranquila, es normal que te genere un poquito de dolor, pero ya pasa y no vuelve a doler. Tienes que relajar tu cuerpo. Siénteme, siente cómo me late el corazón y eso es porque te amo como nunca amé a nadie y porque es la primera vez que hago el amor con amor, tú también eres mi primera mujer de verdad. ¿Quieres parar?
GISELLE: No...

Nau estaba dentro de ella, pero no se movía, quería que Giselle se relajara, así que la besó por doquier, enfocándose en los senos que, evidentemente, le generaban mucho placer y cuando la sintió más dispuesta, comenzó a penetrarla más ardorosamente. Ella gimió de nuevo.

NAU: Eso, princesa, disfruta, entrégate a mí como yo me estoy entregando a ti...
GISELLE: Para...
NAU: (Se detuvo y salió de ella) Ya, amor, ya paré...
GISELLE: Abrázame fuerte...
NAU: Toda la vida te voy a abrazar fuerte... (La envuelve en sus brazos y le besa la frente) ¿Estás bien?
GISELLE: Si, pero no podía seguir, lo siento...
NAU: No lo sientas, yo no lo hago. Para mí fue magia y puedo hacer esto las veces que hagan falta... (Se mueve un poco para quedar bien pegadito a ella)
GISELLE: ¿Seguro?
NAU: No es fácil, pero me encanta...
GISELLE: Gracias por ser así conmigo (Lo besa)
NAU: Gracias por confiar tanto en mí, no te voy a fallar...
GISELLE: Lo se...

A media mañana, Daniela bajó a la recepción de la empresa y se encontró con Alex que recién llegaba...

DANI: Hola, Alejandro, ¿tuviste junta fuera?
ALEX: Si, con la señorita Calderón. Te mandó sus saludos. Con permiso. (La esquiva y sigue su camino)
DANI: Espera (Lo agarra y le da un beso) Te faltó eso...
ALEX: (La mira y le habla en voz baja) ¿Qué haces? Te están viendo...
DANI: Lo se (Lo vuelve a besar)
ALEX: (La agarra de la cintura y devuelve los besos) ¿Ya no te doy vergüenza?
DANI: Nunca me has dado vergüenza, no quería que supieran por mí, no por ti...
ALEX: (Ahora la besa él) Entonces, ¿ya te diste cuenta que lo que digan los demás, no tiene relevancia? ¿Que, como dice la canción, "este amor es tuyo y mío"?
DANI: Si… (Sonríe)
ALEX: (Otro beso) ¡Era hora! (La toma de la mano y habla en general, ya que todos los observaban) Pues, bueno, para evitar suspicacias, les aclaro que esto que ven es una reconciliación de novios, así que dejen de husmear y sigan trabajando...
ANDREÍNA: (Estaba entre los que miraban y moría del coraje) Sabía que era esa mustia de Daniela
ALEX: Para quien lo sospechaba, se lo confirmamos y si alguien lo ignoraba, pues, que se entere. Daniela es mi novia y... (La mira)
DANI: Su novia y su fotógrafa...
ALEX: ¡¡Exacto!! Mi novia, fotógrafa y el amor de mi vida... ¡Ya dejen de mirar, mensos y a trabajar! (A Dani) Vamos a mi despacho, Cosita, tengo algo que contarte...
DANI: Muévelas, Cosito... (Los novios se van, dejando a todo el mundo hablando)
ALEX: (Llegando al piso donde tenía su oficina) Buenos días, Susy...
SUSANA: (Los vio muy de la mano) ¡Ya se confesaron!
DANI: Jajajaja, si (Le da un beso) Gracias por no decir nada...
SUSANA: ¡De nada! Alejito, tienes un mensaje de tu papá que dice y cito literalmente: "Prende tu maldito celular" y que Ari pasó una noche excelente.
ALEX: (Saca su teléfono) Ni me di cuenta que estaba apagado, debe estar sin pila
DANI: Ve a llamarlo...
ALEX: Ya mismo, amor (piquito) Susy, ¿me llevas un café, por favor?
SUSANA: En un minuto te lo alcanzo...
ALEX: (Le da un beso en la frente) Gracias, mamacita... Dani, ¿vienes?
DANI: Si (Entran los dos al despacho)
ALEX: (Se sientan y Alex le marca a su padre, habla un poco y cuelga) Todo tranquilo, hermosa... (La mira) Tienes que saber una cosa muy importante, de vital relevancia, Dani. Se que quizás no te lo esperes, pero tengo que ser honesto contigo... ¡TE AMO!
DANI: Eres un reverendo menso (Sonríe) ¿Eso era lo que me querías decir?
ALEX: No. (Se pone serio) Iba a decirte esto ayer, pero con todo lo que pasó, no pude y como tiene que ver con Jana, creo que hay que hablarlo ya.
DANI: ¿Qué pasó con mi hija?
ALEX: (Se pone de pie y se apoya en el escritorio, frente a Dani) Nada, es lo que quisiera que pase con ella… (Entra Susana, deja el café y sale)
DANI: Es que me dijiste que tiene que ver con ella...
ALEX: Y así es, pero no le pasó nada, mujer, cálmate. La cuestión es que cuando empezamos a pasar noches los cuatro juntos y me di cuenta que mi relación con la niña es de verdad profunda e intensa, le pedí a Andrés que me averiguara ciertas cosas
DANI: ¿Qué cosas?
ALEX: Espero que no te enojes. De todas maneras, obviamente iba a hablarlo contigo, sólo quería estar informado en caso que me digas que si. Le pedí a mi compadre que averiguara cuáles son los trámites que tengo que hacer para adoptar a Jana y si me lo permites, quisiera darle mi apellido también.
DANI: ¿Qué?
ALEX: Eso. Quiero ser el papá de Jana legalmente y que ella lleve mi apellido, si las dos están de acuerdo, por supuesto
DANI: Repítemelo...
ALEX: (Se arrodilla a su lado y la mira a los ojos) Quiero adoptar a Jana, ¿qué pasa, amor? Pareces desencajada
DANI: Es que esa, no me la esperaba...
ALEX: ¿No quieres? Digo, lo entendería, al fin que has sido su mamá y papá toda su vida, pero ya que ella y yo sentimos esa conexión, realmente quisiera que sea algo más concreto y también que la princesita sepa que la elijo como mi hija
DANI: No es eso, menso, cállate y déjame procesar la información, porque esto no pasa todos los días, amor...
ALEX: (Vuelve a su sillón y le pide a Susana que nadie interrumpa. Dani se veía aturdida) Aquí me quedo, esperando, Cosita
DANI: (Va al sillón y se le tira encima) Te amo, eres el mejor hombre que he conocido en mi vidaaaaa....
ALEX: Yo creo que soy el reflejo de quien está a mi lado y como tú eres asombrosa, tengo que estar a la altura...
DANI: Cállate y bésame...
ALEX: (La besa mucho) ¿Así, mujer mandona?
DANI: Más...
ALEX: (La sienta bien de frente a él y la besa, abrazándola) ¿Así, señora de Zavala?
DANI: Si, señor de Villalta...
ALEX: Me gusta cómo suena eso... Ay, Dani, si pudieras estar dentro mío, te darías cuenta que todo lo que hago es porque tú has cambiado mi vida
DANI: Tú lo has cambiado todo, señor bonito...
ALEX: ¿Si? Pues, no me la voy a creer hasta que esa niña sea una Zavala y usted, amor de mi vida, sea mi esposa legítima, porque ya lo eres en la práctica
DANI: Pronto, señor bonito, pronto...
ALEX: Pronto sería mañana... (Le aprieta las pompas) Tengo tantas ganas de ti, amor, no me puedo saciar...
DANI: Ni yo, precioso de mi corazón (Lo besa) Me tengo que ir a trabajar...
ALEX: Lo se y ve, porque de lo contrario, te secuestro... Por cierto, esta noche, ¿dónde vamos? ¿Tu casa o la mía?
DANI: Tú eliges... (Beso)
ALEX: Si yo elijo, Dani, vamos al privado, a la de ya...


Capítulo 129


Alberto y Jadel se miraron y ambos hicieron un gesto de “no tienen cura” y continuaron desayunando…

DANI: (Sale tras él) ¿Qué te pasa? Te lo dije en serio, ya no me importa que todo el mundo lo sepa, no lo dije para hacerte sentir mal ni nada. Perdón si no me expresé bien...
ALEX: Tu cara me dijo todo lo que tenía que saber. Se supone que es algo hermoso para compartir, pero te comportas como si estuvieras a punto de confesar el peor de los crímenes. Cuando la noticia esté acompañada por una sonrisa tuya, lo decimos.
DANI: Está bien, pero vamos a desayunar, juntos...
ALEX: No tengo hambre, ¿de verdad no te das cuenta de las cosas que haces? Me voy, Daniela. Cuando estar enamorada de tu jefe, no te de vergüenza, sabes dónde buscarme. (Se sube al auto y se va)

Dani subió, cogió su bolso y se fue caminando a Frama…

Nau despertó y vio que Giselle no estaba en la cama. Así como estaba, se lavó la cara y los dientes y salió del cuarto.

NAU: ¿Amor?
GISELLE: En la cocina...
NAU: (Ella seguía con su ropa de dormir y él la abrazó por la espalda, besándole el cuello) Hola, amor, luces hermosa por la mañana y haciéndome el desayuno, ¡MÁS TODAVÍA!
GISELLE: Buenos días, bombón...
NAU: Buen día, mi cielo... (No dejaba de abrazarla) Amé dormir contigo, creo que nunca descansé tan bien...
GISELLE: Ni yo... ¿Sabes? Das patadas cuando duermes, jajajaja...
NAU: Es porque sueño que soy un ninja... (La gira y la besa mucho) Tú hablas dormida...
GISELLE: ¿Dije algo impropio?
NAU: No se, depende, quizás sea impropio para ti, pero a mí, me encantó...
GISELLE: ¿Qué dije?
NAU: Que me amas
GISELLE: ¿Sólo eso?
NAU: No, se ve que estabas soñando conmigo y bueno, estabas un poco, digamos, acalorada
GISELLE: ¡Ay, no! ¿Qué dije? Dímelo todo...
NAU: Tranquila, Gise, te digo. Me tocabas y decías que "eso te gustaba". Después dijiste mi nombre un par de veces y ya, te quedaste en silencio.
GISELLE: Menos mal... (Lo besa)
NAU: ¿Menos mal, qué? (Seguían besándose)
GISELLE: Que no dije más nada...
NAU: ¿Por?
GISELLE: Por nada (Lo besa y se gira para seguir haciendo el desayuno)
NAU: No me mientas, Giselle, cuéntame.
GISELLE: ¿Sobre qué?
NAU: Nada, déjalo... (Se va al cuarto a ponerse ropa)
GISELLE: (Le gritó desde la cocina) Ey, Nau, ¿no quieres saber que más soñé? Puede que cuando se haga real, sea mejor que el sueño, pero eso depende de ti
NAU: (Vuelve a medio vestir) No, cuando tengas ganas de contarme, lo haces y ya... (Regresa a seguir con lo que hacía)
GISELLE: Si quieres saberlo, te lo cuento. Si no quieres, me lo guardo...
NAU: (Terminó de vestirse y fue a sentarse) Has lo que quieras. No puedo obligarte a confiar en mí y evidentemente, nada de lo que haga va a ser suficiente. (Toma un poco de café) Tengo que salir a hacer unas copias, ya regreso
GISELLE: ¿No ves que estoy sonriendo? ¿No ves que estoy deseando que me preguntes? Pero ya no importa (Le pone el desayuno) Desayuna antes de salir, yo voy a cambiarme (se va al cuarto a cambiarse)
NAU: (Va con ella) No, no veo eso, veo que cuando te toco, te comprimes. Que cuando te pregunté la primera vez, no quisiste contarme. ¿Tengo que adivinarte los gestos? Si me querías contar, me hubieras respondido cuando te lo pregunté, Giselle.
GISELLE: Está bien, Nauzet (Se termina de vestir) Me voy a casa de tu hermana, suerte con lo que tienes que hacer (Le da un beso y sale)
NAU: (Va a la puerta) ¿Todo tiene que ser mi culpa? Te pregunté y no quisiste decirme, así que no te hagas la ofendida. (Cierra)
GISELLE: No me hago nada, te enojaste, listo. Tengo que ir a casa de tu hermana y tú tienes cosas que hacer, pues ya está (Vuelve a abrir la puerta y sale)
NAU: ¡Pues, adiós! (Va a su recámara y vuelve a revolear las cosas de la universidad por el aire) ¡Todo culpa mía! ¡Nunca entiendo nada! ¡¡Que estudie Matusalén! (Se acostó)
GISELLE: (Toca el timbre de casa de Nau, se le había olvidado el bolso) ¿Dónde tengo la cabeza?
NAU: ¿Quién es?
GISELLE: Giselle...
NAU: (Abre) En el cajón de ahí, hay una copia de la llave nueva, úsala (Se vuelve a ir al cuarto)
GISELLE: (Va al cuarto y ve todo tirado) ¿Que pasó aquí? (Miraba todos los papeles regados por el suelo)
NAU: Nada
GISELLE: Y nada regó esto por el suelo, ¿no? (Empieza a recoger los papeles)
NAU: (No la deja seguir) No eres una empleada, eres mi novia y yo puedo recoger eso si quiero hacerlo.
GISELLE: Se que no soy una empleada, pero quiero hacerlo...
NAU: No lo hagas, déjalos tirados...
GISELLE: ¿Por qué?
NAU: Porque te lo estoy pidiendo
GISELLE: Está bien (Pone los que ya había recogido sobre la mesa) Tienes una forma peculiar de estudiar... (Va hasta la silla donde estaba su bolso)
NAU: No vayas a llegar tarde a un lugar donde no te esperan, pero vete del lugar donde más desean que te quedes...
GISELLE: (Se gira y lo mira) ¿Qué?
NAU: Que estás apurada para ir a un lugar donde no esperan que llegues, pero te vas del sitio en el que más quieren que estés
GISELLE: Me voy porque me dijiste que tenías cosas que hacer...
NAU: Ajá...
GISELLE: ¿Me quieres hablar claro?
NAU: ¿No fui claro? (Va junto a ella y la besa) Quiero que te quedes aquí, ¿se entiende ahora? (La besa más)
GISELLE: Si...
NAU: (Le quita el bolso) Entonces no te vayas
GISELLE: No me voy...
NAU: Perfecto... (No dejaba de besarla) ¿Me vas a contar de tus sueños o no?
GISELLE: ¿Por qué no te lo enseño?
NAU: (Se detiene y la mira) ¿Qué?
GISELLE: Quiero que intentemos hacer el amor...
NAU: (Sonríe) Lo podemos intentar, preciosa, pero si quieres detenerte, no vayas a callarlo...
GISELLE: No...
NAU: (La besa de nuevo, con más intensidad) Te amo
GISELLE: Y yo a ti...
NAU: (Se sentaron en la cama, besándose) Vamos de un paso a la vez, hermosa. Primero, acuéstate a mi lado y sigue con esos besos maravillosos, dejemos que nuestras sensaciones nos lleven
GISELLE: (Se recuesta con él, sin dejar se besarse) ¿Me prometes parar cuando te lo pida?
NAU: No sería un hombre de verdad si me negara a eso, Gise y además, quiero que sea algo que se parezca a lo que sueñas...
GISELLE: Por ahora, se parece...
NAU: (La besó tiernamente) Vamos muy bien, entonces... (Pasó su mano por el vientre de Gise, encima de la ropa)
GISELLE: (Se tensa un poco) Más despacio...
NAU: Tranquila, princesa, sólo estoy poniendo mi mano en tu vientre, amor, para que sepas donde está... (Le toma la mano a ella) Ahí, listo... (Sonríe y retoma la lucha de labios)
GISELLE: (Sonríe) Gracias (Vuelve a los besos)

De a poco, con paciencia, Nau fue dejando que ella tuviera el control y era evidente que Giselle tenía muchísima pasión reprimida, porque lo besaba cada vez más profundamente, con mucho fuego...

GISELLE: (No alcanzaba a soltar toda la pasión que contenía dentro, había algo que la frenaba) Abrázame...
NAU: (Lo hizo y la subió sobre él) Te amo, Gise, no sabes cuánto... (Seguía enfocado en los besos y le acariciaba la espalda)
GISELLE: Yo también te amo, Nau...
NAU: Tócame tú, donde quieras...

Ella empezó a tocar sus hombros, luego pasó a sus brazos, después su costado y fue bajando, tocando lo que había a su paso y él la sintió concentrada y tranquilamente, metió sus manos por debajo de la ropa, hasta llegar a la hebilla del sujetador, pero no lo desprendió

NAU: Sigue, me encanta que me acaricies
GISELLE: Si, amor... (Siguió tocándolo, y poco a poco fue metiendo sus manos bajo la camisa de Nau, sintiendo el contraste de su piel con la de él
NAU: (Su erección lo estaba matando, pero no quería apurarla, así que se movió un poco, como para que ella no lo sienta) Estás temblando, amor, relájate, conmigo no tienes que temerle a nada
GISELLE: Lo se, pero no puedo evitarlo...
NAU: Sigue besándome y pensando en tus sueños, cielo, déjate llevar por tu piel y por la mía, que tu cabeza no te detenga... (Le tocó una pompa)
GISELLE: Ajá... (Lo besaba, poco a poco con calma, pero en su interior quería ir más rápido)
NAU: (Su cuerpo le ganó la partida y se movió haciéndole sentir su urgencia) Lo siento...
GISELLE: No lo sientas...
NAU: Quiero que seas tú la que maneje los tiempos, pero te deseo demasiado, discúlpame...

Giselle le quitó la camisa y le acariciaba el torso, mientras se besaban y Nau se dejó llevar un poco más y le apretó las nalgas, presionándolas contra su zona de placer y la hizo mover a ella, pero la muchacha seguía besándole los labios a su novio, sin atreverse a hacer otra cosa que no fuera acariciarle el torso

NAU: Amor, ¿confías en mí?
GISELLE: Si...
NAU: (Se pone de costado, para que ella lo haga también, pero no deja de besarla) Dame tu mano (Ella lo hace)


jueves, 28 de marzo de 2013

Capítulo 128

Tami miraba a Martín, sintiendo que si tenían una hija, bien podría llamarse así…

TAMI: ¿Por qué? Sería un bonito nombre (Le da un beso)
MARTÍN: ¡Cómo te amo, Tamara! No te das una idea... (La carga para que ella cruce las piernas por su espalda) Esta realidad la soñé tantas veces, que me cuesta creer que es cierto...
TAMI: Pues, créetelo, como también, créete que se va a quemar el café...
MARTÍN: ¡¡EL CAFÉEEEEE!! (Va con ella, así como estaban y apagan el fuego justo a tiempo) Jajajaja... (La sienta en la mesada y la besa) ¿Crees que el café pueda esperar un rato? Está muy caliente ahora...
TAMI: Creo que si...
MARTÍN: (Le quita la chamarra y el morral que ella aún tenía encima) Aunque no es lo más caliente que hay en este lugar...
TAMI: Jajajaja (Lo besa intensamente)
MARTÍN: ¿A qué viene esa risita? (Se desnuda de la cintura para arriba) Yo me estoy quemando...
TAMI: Y yo también, por eso me río, bonito
MARTÍN: (La besa y se aleja unos pasos) Enséñame...
TAMI: No te separes (Lo jala hacia ella y empieza a besarle el pecho)
MARTÍN: Mmmm... (Le toma el rostro y lo sube, la besa y después comienza a desvestirla, también, de la cintura para arriba. Cuando la ropa ya no estaba, besó los pechos de Tami con fervor) Amo a este par...
TAMI: Yo amo al tuyo de abajo (Sonríe) Pero también amo que ames a este par...
MARTÍN: Les haría un monumento... (Sonríe) Tócame, Mocosa, quiero sentirte
TAMI: (Fue bajando su mano poco a poco, hasta llegar a la zona sensible de su prometido, tocando y acariciando ahí, donde su novio sentía placer) Mmmm…
MARTÍN: (Se estremeció ante el contacto y buscó terminar de desvestir a Tami) Me estás volviendo tu esclavo...
TAMI: Ya eres mi esclavo... (Besó su cuello mientras acariciaba abajo)
MARTÍN: Lo se, amor, pero quiero ir a la cama, para lo que tengo en mente, esta mesada es un obstáculo...
TAMI: Pues, llévame, jajajaja...
MARTÍN: (La carga y la lleva, acostándola) Ahora si, Mocosa... (Se desnudaron los dos por completo y Tincho se recostó sobre Tami) No se puede estar así en la cocina... (La tocaba por todos lados)
TAMI: Me gusta más aquí (Ella también tocaba y acariciaba cada centímetro del cuerpo de él)
MARTÍN: ¿Me concederías un deseo?
TAMI: ¿Cuál?
MARTÍN: Siempre deseé que una chica hermosa como tú, se abuse de un tipo inocente como yo...

Sin decir nada, Tami lo hace acostarse en la cama y ella encima. Aprisiona las manos de él, entre el colchón y las suyas. Empieza a besarle los labios, luego pasa al lóbulo de la oreja y acto seguido, al cuello, todo esto moviéndose muy sensualmente sobre su novio...

MARTÍN: (Sonriendo) ¿Me vas a torturar, verdad?
TAMI: Ssssshhhh, los abusados no hablan (Le besa el torso, luego el abdomen y va bajando muy lentamente, besando alrededor del centro de placer, sin tocarlo del todo, rozándolo sutilmente)
MARTÍN: (Se libera una mano y le acaricia el cabello) Este abusado es parlanchín, ¿por qué no me callas con tus besos?

Ella quita la mano de Tincho de su cabello y la vuelve a aprisionar, luego besa la intimidad de su novio y sube hasta sus labios, devorando cada centímetro de ellos

MARTÍN: (Así como estaba, no podía hacer mucho, por lo que se dejaba) ¿Puedo hablar para decirte que te amo?
TAMI: Para eso solo, pero el abusado, puede abusar (Se movía instándolo. Bajó y se apoderó del amigo de su novio, saboreándolo y acariciándolo, haciendo que Martín delirara de placer y de lujuria. Aún tenía sus manos aprisionadas para que no pudiera hacer nada y volverlo loco)

A punto de perder sus cabales, Tincho detuvo a Tami y la tumbó en la cama, besando él la entrepierna de ella y logró hacerla estallar. Sin esperar, se acomodó y la penetró. Le tenía las manos agarradas y ambos apretaban con fuerza, el placer era muy grande

TAMI: No sabía que podías darme tanto, en tan poco tiempo (Se besaban como nunca, se sentían como nunca, era algo nuevo, pero conocido)
MARTÍN: Eso es porque llevo más de una década esperando poder estar contigo... (La tomó de la cintura y aceleró las penetraciones)
TAMI: Si, amor, sigue así, hazme llegar al cielo y tocar las estrellas a tu lado...

Martín no dijo nada, sólo se concentró en ella, en la mujer de su vida, en la persona que él amaba más que a nadie en el mundo, la mujer que lo había amado cuando era sólo un niño tonto que no sabía luchar por lo que deseaba y que diez años después, lo dejó todo para estar con él y formar una familia juntos. Si, Tamara era la razón por la que Tincho vivía y cada vez que hacían el amor, eso se notaba.
El orgasmo llegó y los dejó agitados y agotados, pero más unidos que nunca...

TAMI: ¡¡¡Te amo!!!
MARTÍN: Nunca me voy a cansar de escucharte decir eso, Mocosa, ¿te dije alguna vez que lo eres todo?
TAMI: Nunca (Lo besa)
MARTÍN: (Estaban todavía desnudos y Tincho la mira fijamente) Muy mal de mi parte, porque lo eres. Eres mis ganas de salir adelante, de ser mejor persona, mejor hombre. Eres el sueño de una familia propia, de un hogar. Eres la persona que me lleva a querer superarme en mi espíritu porque cada vez que me tocas, me besas o me sonríes, mi alma se eleva y llega a un sitio que está lleno de paz, de alegría, lleno de ti y de este amor. Eres como el aire que respiro y te voy a amar siempre, sin condiciones, hasta que mi corazón deje de latir... Eso eres, Tamara, mi Mocosa, mi amiga, mi amante, mi mujer y el amor de mi vida
TAMI: (Empieza a llorar) Nunca me habían dicho algo tan bonito...
MARTÍN: (Le besa las lágrimas) Nunca me habían hecho sentir algo tan bonito, eres tú la que me inspira.
TAMI: ¿Te puedo preguntar algo?
MARTÍN: Si
TAMI: Si Melina no hubiera muerto, ni hubiera perdido al bebé, ¿tú habrías regresado?
MARTÍN: No lo dudo. Probablemente no el día en que lo hice, pero era insostenible, Tami, ella lo sabía y yo también. Nuestro hijo nos hubiera hecho luchar más, seguro, pero era inevitable, mi amor era tuyo, es tuyo y contra eso no se puede luchar.
TAMI: Hubieras tardado demasiado y yo ya había perdido las esperanzas...
MARTÍN: Tal vez si, o tal vez no importaría cómo ni cuándo nos hubiéramos vuelto a ver. Quizás nuestro amor sea tan grande y tan fuerte que nunca se habría dejado vencer hasta vencernos y hacernos rendir a sus pies. Yo creo, Mocosa, que cuando se ama como nosotros dos nos amamos, hay una especia de lazo que nos une irremediablemente, para bien o para mal y ese lazo, nunca se rompe. Se queda atado, esperando que del otro lado, siempre esté quien debe estar. Somos para toda la vida, mi amor
TAMI: Yo no podría romper una familia, ni sería capaz de romper mi familia, ¿qué hubiera pasado si yo tenía un hijo de Sergio en esos años que tú te dedicabas a salvar tu pareja por tu hijo? Se que el hubiera no existe, pero quiero saber
MARTÍN: Tami, las parejas se separan porque dejan de amarse, no porque alguien las rompa. Para que un matrimonio funcione, tiene que haber lo mismo de las dos partes y si al volver a encontrarnos, el amor nos ganaba, hubiéramos hecho las cosas bien. Melina era una gran mujer y Sergio, aunque odio admitirlo, es un tipazo. Hubiéramos hecho las cosas que correspondieran, como las hicimos ahora. ¿Acaso no existen divorciados que tienen hijos y rehicieron sus vidas con alguien más?
TAMI: Si...
MARTÍN: Deja de estar cuestionando lo que no fue y disfruta lo que es. No te niego que sería muy feliz de tener a mi hijo conmigo, pero lo único que me importa ahora es la vida que compartiré a tu lado. Te lo dije una vez, amor, el único pasado que quiero entre nosotros, es el que compartimos, nuestra historia. Lo demás, bueno o malo, ya está fuera de aquí
TAMI: Eres un menso...
MARTÍN: ¿Por qué?
TAMI: Porque yo lo digo, no tienes que cuestionar a tu futura esposa...
MARTÍN: Tienes razón, a mi futura esposa, sólo tengo que amarla mucho y bien...
TAMI: Así es (Sonríe y lo besa) Perdón que me cuestione, pero esto me parece un sueño, un hermoso sueño...
MARTÍN: Un sueño hecho realidad...

Durante la mañana, antes de salir hacia Frama, Alex quiso contarle a su suegro que estaba comprometido con Dani, pero ella lo detuvo. Lo metió a la recámara y no lo dejó hablar con Alberto

ALEX: ¿Qué pasa?
DANI: No quiero que se enteren todavía, esperemos a contar lo nuestro en Frama...
ALEX: ¿Qué? No, Dani, eso es demasiado... ¿Por qué seguir con esto?
DANI: Esperemos a blanquear la relación, lo puedes hacer hoy si quieres, pero lo del compromiso aún no...
ALEX: ¿Y para qué voy a decirles a todos que eres mi novia si ya no lo eres? Mira, has lo que te venga en gana y cuando te decidas, me avisas. Si quieres ocultar esto, en el cajón de la mesita de noche está el estuche del anillo. Yo me voy a desayunar
DANI: No quiero que te enojes ni que estés así conmigo...
ALEX: ¿Y qué hago?
DANI: Nada, ve y cuéntaselo a todo el mundo (Le da un beso y se va al baño a terminar de arreglarse)
ALEX: (Se mete al baño también y cierra la puerta) ¿Quieres que le cuente a todos que vas a casarte conmigo, mientras tú estás así de enojada? Te lo dije, vas a ser la esposa más enojona del mundo... Dani, no quiero seguir ocultando que te amo y que le das sentido a todas las cosas. Pero parece el mundo del revés contigo... Hagamos algo, esperemos a decirle primero a los niños y después de ver qué reacción tienen, se lo decimos a los demás, ¿eso te parece justo?
DANI: Si, pero se lo puedes decir a quien quieras, ya no me importa (Sonríe a medias y lo besa) Ve a desayunar...
ALEX: (Va a la mesa, pero no se sienta) Don Alberto, Jadel, buenos días.
ALBERTO: Buenos días, Alejandro, siéntate.
ALEX: No, gracias, no los voy a acompañar. Sólo me remito a decirles que Daniela y yo hemos resuelto nuestras diferencias y que somos novios de nuevo. Pero para mantener la tensión, su hija parece disfrutar de volverme loco y me han quitado el apetito. (A Dani) Cuando aprendas a ponerte en mi lugar, sin enojarme o hacerme sentir como el peor de los tipos, me llamas. Nos vemos en Frama. (Dio media vuelta y se fue)


Capítulo 127


Estando Ari ya dormida y sabiendo que Alejandro estaba con Daniela, los ánimos en la casa Zavala, se encontraban mucho mejor y, por fin, Tami y sus padres, se sentaron a conversar. Ella estaba a la defensiva y eso hacía difíciles las cosas, pero el temperamento de Tata y Tato, no era gratuito, sino hereditario y muy de Carmen. Martín también estaba con ellos, le había tocado hacer te para todos...

CARMEN: Bueno, niña, cambia esa actitud a la de ya...
TAMI: ¿Por qué?
CARMEN: Porque te lo digo yo y punto, Tamara, ¡joder!
EDUARDO: Vieja, tú también bájale...
TAMI: ¿Qué se traen ahora?
MARTÍN: (Llegando con los te) Tamara, si no bajas esas defensas, va a ser imposible que hablemos bien. (Sirve las tazas) Deja que tus papás digan lo que necesitan decir, pero sin atacarlos... Amor, ya, por favor...
TAMI: Está bien...
EDUARDO: Miren, muchachos, nosotros como papás tenemos nuestros sueños para los hijos, imaginamos sólo lo mejor y cuando vemos que eso no va camino a cumplirse, sentimos cierta frustración.
CARMEN: Pero ese es nuestro problema, no tuyo, Tata. Somos tu padre y yo los que tenemos que entender que tú tienes que vivir tus sueños...
EDUARDO: Hija, eso que dijiste no es cierto, sabemos que eres mucho mejor de lo que fuimos y eso es gracias a tu hermano. Y si, les faltamos, lo sabemos, pero nunca creas que no te amamos o que no estamos orgullosos de ti, porque es exactamente lo opuesto y si te exigimos más, es porque sabemos que puedes dar más.
CARMEN: Martín, Tami, lo sentimos, reaccionamos muy mal a la noticia
TAMI: ¿Muy mal? ¡Pésimo! ¿Cómo creen que se sintió él al ver que los padres de la mujer que ama lo rechazan? ¿Cómo creen que me sentí yo con el rechazo hacia Martín y hacia mi boda? Vinimos con la ilusión de contárselos, pero se nos derrumbó todo de un solo golpe al ver sus caras. Ya hablamos con los padres de Tincho y están felices por nosotros y me duele que mis padres no sientan lo mismo...
EDUARDO: Se nos cae la cara de vergüenza, con los dos, es que teníamos esta imagen de Martín que no encajaba con lo que deseábamos para ti, pero eso no nos daba derecho a actuar tan mal.
CARMEN: No podemos deshacer lo que hicimos, pero, al menos, déjenos tratar de redimirnos...
TAMI: ¿Tato habló con ustedes, no?
EDUARDO: Si, tu hermano es un buen terapeuta...
CARMEN: Y nos hizo ver muchas cosas, pero esta decisión, la tomamos por nosotros mismos. Alejito nos ayudó a reflexionar...
TAMI: ¡¡¡Lo sabía!!! Sabía que no había salido de ustedes...
MARTIN: Ya, amor, te están pidiendo perdón, acéptalo...
TAMI: Está bien, pero sólo lo hago por ti...
CARMEN: No, Tamara, no es así. Es cierto que el bebé nos habló, pero tu papá y yo, también hablamos. Hija, no somos perfectos y obramos mal, pero eso no significa que no te amemos. ¿Tú no te equivocas nunca?
TAMI: Si me equivoco, por eso los perdono...
EDUARDO: Sabes muy bien que si no sintiéramos las cosas, no te las estaríamos diciendo.
CARMEN: Exactamente
TAMI: Lo se, los perdono, todo olvidado...
CARMEN: ¿Me das un abrazo, princesa?
EDUARDO: (Se pone de pie y le ofrece la mano a Martín, que la estrecha) Muchacho, ¡bienvenido a esta familia de locos!
MARTÍN: Gracias, Don Eduardo...
TAMI: (Abraza a su mamá) Gracias, ma...
CARMEN: Te amo, hijita...
EDUARDO: (Intercambian los saludos y agarra a Tata) Princesa...
TAMI: Papá
EDUARDO: ¿Quieren su regalo ya?
TAMI: ¿Nuestro regalo?
CARMEN: (Tenía abrazado a Martín) Si. Papá y yo hablamos y queremos regalarles la boda. Será como la quieran y donde la quieran
TAMI: ¿De verdad?
EDUARDO: Completamente, hijos. Perdonen que hayamos tardado tanto en aceptar, pero cuando tengan una hija hermosa como la que tenemos nosotros, nos van a comprender
MARTIN: Los comprendo... Además, queremos darles nietos pronto, muchos nietos (Se abraza a Tami que lo mira asombrada) ¿Qué pasa, mi amor, no quieres tener hijos conmigo?
TAMI: Hijos si, pero no una guardería, mi amor, no soy ninguna coneja...
CARMEN: (Lanza una carcajada) Tu padre me dijo lo mismo cuando nos comprometimos, jajajaja y yo le respondí igual, hija, jajajaja...
EDUARDO: (También ríe) Es cierto y tuvimos tres sabandijas, jajajaja...
MARTÍN: Ojala y sepamos mantener la pareja como ustedes o mis papás. Ah, por cierto, señora Carmen, mi madre tiene ciertas ideas para la boda, así que hay que organizar una cena de las dos familias completas.
CARMEN: Por mí, perfecto. Hace mucho tiempo que no veo a tus padres... ¿Cómo están tus hermanos?
MARTÍN: Muy bien, gracias a Dios. Ezequiel, el mayor fue papá hace poco y la más pequeña terminó la universidad ya. La otra "media", Ana, lleva varias semanas en Portugal...
EDUARDO: ¿Ana no es la que tiene la misma edad que tú, princesa?
TAMI: No, esa es Lucía, pa. Ana tiene... (Hace memoria)
MARTÍN: El mes entrante cumple 29, amor...
TAMI: (Lo mira) ¿Estás seguro, amor? Ana tiene un año menos que tú...
MARTÍN: Y yo tengo treinta años, Mocosa... (Se miran) La misma edad que tu hermano. Andrés es el más viejo, Alex le sigue, vengo yo y tu primo es el menor de los "Cuatro fantásticos"... Jajajaja...
TAMI: ¡Qué viejito estás, insoportable!
MARTÍN: Para nada, el problema es que eres una mocosita... Jajajaja... (Le suena el celular) ¿Si, bueno? (Sonríe) ¿Es en serio? Muchas gracias, mañana los llamamos. Adiós... ¡Amor, voy a exponer!
TAMI: ¿En serio? (Salta sobre él y lo besa) Eso es magnífico (Lo llena de besos)
EDUARDO: ¿Exponer, Martín?
MARTÍN: (Aun con Tata encima y entre risas) Si, en Barcelona, Don Eduardo
TAMI: (Se baja) ¿En Barcelona?
MARTÍN: Si, en la galería más importante que hay allí. No pongas esa carita, hermosa, que vas a venir conmigo. Además, la muestra la voy a preparar aquí y sólo tendremos que viajar dos o tres días antes para organizar el salón y es después de nuestra luna de miel, casi esposa...
CARMEN: No sabía que eras artista. Recuerdo que pintabas mucho, pero creí que trabajabas en una empresa.
MARTÍN: Lo hago, me dedico a ambas cosas...
TAMI: No se, amor, cuando volvamos de nuestra luna de miel, tengo que estudiar...
MARTÍN: Lo se, Tami, pero podrás estudiar allá. No pretendo que organices tú la exposición, sólo que me acompañes. Cuando comenzamos a proponer fechas, me fijé en tu calendario de exámenes y rindes dos días después. Ey, Mocosa, lo tengo todo pensadito...
TAMI: ¡Qué listo es mi amorcito! (Lo besa)
EDUARDO: Pues, como tus futuros suegros, exigimos ver algo de lo que haces...
MARTÍN: ¡Claro! Dejen que hable con Bautista para que armemos el estudio y les muestro.
CARMEN: ¿Mi sobrino?
MARTÍN: Si, señora, Titán y yo somos socios, estamos preparando la apertura de una galería de arte aquí, pero entre su boda y la mía con mi Mocosa, lo tenemos un poco relegado. Tenemos un local que vamos a refaccionar
TAMI: Aquí, como lo ven, mi futuro marido es un artista y muy bueno, por cierto...
CARMEN: (La mira con ternura y llora) No puedo creer que mi niña se vaya a casar, caray...
TAMI: No llores, mamá, que me vas a hacer llorar a mí
CARMEN: (La abraza) No lo puedo evitar, mi niña...
TAMI: (Empieza a llorar) Somos un par de lloronas (Sonríe entre lágrimas)
MARTÍN: Ya veo de dónde saca lo chillón tu hermano, mi amor, jajajaja (Ve a su suegro llorando también) ¡Don Eduardo!
EDUARDO: ¡Ya tendrás hijos, tú!
TAMI: Muy mal, insoportable, te ríes de tus suegros...
MARTÍN: No, me río de felicidad por verte así a ti, Tami. No quería que estuvieran distanciados...
TAMI: ¿Ven por qué lo amo? (Lo abraza y besa)
CARMEN: Lo vemos... Bueno, niños, es tarde y mañana hay mucho por hacer.
MARTÍN: Tu mamá tiene razón, Mocosa, vamos. (A sus suegros) Me alegro mucho que lo de Ari haya sido sólo un susto y si me necesitan para algo, ya saben que estoy.
EDUARDO: Sólo has feliz a mi hija y eso me dará paz toda la vida, Martín...
MARTÍN: La voy a hacer feliz hasta el último de mis días...
TAMI: O hace eso, o ya sabe lo que le espera, papá, así que, no te preocupes (Lo abraza y le da un beso, luego, hace lo mismo con su madre)

Los novios se despiden y se van a su casa. Era muy tarde, de madrugada.

MARTÍN: (Yendo a la cocina) ¿Quieres un café, amor?
TAMI: Si, gracias, amor
MARTÍN: (Pone todo a preparar y va con ella, alzándola) ¿Feliz?
TAMI: Si, ¿cómo no estarlo?
MARTÍN: (Beso) Mi vida, te llegó la hora de serlo para toda la eternidad y yo mismo, me voy a encargar que así sea. (La baja y se miran) Te amo, Mocosa
TAMI: Te amo, insoportable de mi vida (lo besa mucho)
MARTÍN: ¿Te puedo contar un sueño que tuve?
TAMI: Claro, mi amorcito, ¿es un sueño erótico? (Sonrisa pícara)
MARTÍN: Mmmm... No, pero podríamos hacer realidades eróticas, sabes que siempre quiero...
TAMI: Jajajaja... (Lo coge del rostro) Dime tu sueño y después, hacemos realidad lo erótico (sonríe)
MARTÍN: Soñé que teníamos una bebita y era igual a ti... Recuerdo que entraba a una habitación y tú estabas ahí, como enojada con alguien. Cuando te dabas cuenta que yo estaba en el cuarto, te me ibas encima y me besabas como loca y un momento más tarde, entraba una pequeña niña, como de tres años, más o menos y me decía "papá, viniste" y tú seguías llorando, pero de felicidad. Luego, me desperté
TAMI: (A medida que Tincho contaba, ella lo imaginaba y eso hizo que una lágrima cayera por su mejilla) Es un hermoso sueño, amor...
MARTÍN: Quisiera que pase el tiempo y poder estar viviendo ese sueño, pero hecho una realidad. ¿Sabes cómo la llamaste a la niña?
TAMI: ¿Cómo?
MARTÍN: Le dijiste: "Martina, saluda a papá"... Jajajaja, pero no le vayamos a poner ese nombre, por favor…