Estando Ari ya dormida y sabiendo
que Alejandro estaba con Daniela, los ánimos en la casa Zavala, se encontraban
mucho mejor y, por fin, Tami y sus padres, se sentaron a conversar. Ella estaba
a la defensiva y eso hacía difíciles las cosas, pero el temperamento de Tata y
Tato, no era gratuito, sino hereditario y muy de Carmen. Martín también estaba
con ellos, le había tocado hacer te para todos...
CARMEN: Bueno, niña, cambia esa
actitud a la de ya...
TAMI: ¿Por qué?
CARMEN: Porque te lo digo yo y
punto, Tamara, ¡joder!
EDUARDO: Vieja, tú también
bájale...
TAMI: ¿Qué se traen ahora?
MARTÍN: (Llegando con los te)
Tamara, si no bajas esas defensas, va a ser imposible que hablemos bien. (Sirve
las tazas) Deja que tus papás digan lo que necesitan decir, pero sin
atacarlos... Amor, ya, por favor...
TAMI: Está bien...
EDUARDO: Miren, muchachos,
nosotros como papás tenemos nuestros sueños para los hijos, imaginamos sólo lo
mejor y cuando vemos que eso no va camino a cumplirse, sentimos cierta
frustración.
CARMEN: Pero ese es nuestro
problema, no tuyo, Tata. Somos tu padre y yo los que tenemos que entender que
tú tienes que vivir tus sueños...
EDUARDO: Hija, eso que dijiste no
es cierto, sabemos que eres mucho mejor de lo que fuimos y eso es gracias a tu
hermano. Y si, les faltamos, lo sabemos, pero nunca creas que no te amamos o
que no estamos orgullosos de ti, porque es exactamente lo opuesto y si te
exigimos más, es porque sabemos que puedes dar más.
CARMEN: Martín, Tami, lo sentimos,
reaccionamos muy mal a la noticia
TAMI: ¿Muy mal? ¡Pésimo! ¿Cómo
creen que se sintió él al ver que los padres de la mujer que ama lo rechazan?
¿Cómo creen que me sentí yo con el rechazo hacia Martín y hacia mi boda?
Vinimos con la ilusión de contárselos, pero se nos derrumbó todo de un solo
golpe al ver sus caras. Ya hablamos con los padres de Tincho y están felices
por nosotros y me duele que mis padres no sientan lo mismo...
EDUARDO: Se nos cae la cara de
vergüenza, con los dos, es que teníamos esta imagen de Martín que no encajaba
con lo que deseábamos para ti, pero eso no nos daba derecho a actuar tan mal.
CARMEN: No podemos deshacer lo
que hicimos, pero, al menos, déjenos tratar de redimirnos...
TAMI: ¿Tato habló con ustedes,
no?
EDUARDO: Si, tu hermano es un
buen terapeuta...
CARMEN: Y nos hizo ver muchas
cosas, pero esta decisión, la tomamos por nosotros mismos. Alejito nos ayudó a
reflexionar...
TAMI: ¡¡¡Lo sabía!!! Sabía que no
había salido de ustedes...
MARTIN: Ya, amor, te están
pidiendo perdón, acéptalo...
TAMI: Está bien, pero sólo lo
hago por ti...
CARMEN: No, Tamara, no es así. Es
cierto que el bebé nos habló, pero tu papá y yo, también hablamos. Hija, no
somos perfectos y obramos mal, pero eso no significa que no te amemos. ¿Tú no
te equivocas nunca?
TAMI: Si me equivoco, por eso los
perdono...
EDUARDO: Sabes muy bien que si no
sintiéramos las cosas, no te las estaríamos diciendo.
CARMEN: Exactamente
TAMI: Lo se, los perdono, todo
olvidado...
CARMEN: ¿Me das un abrazo,
princesa?
EDUARDO: (Se pone de pie y le
ofrece la mano a Martín, que la estrecha) Muchacho, ¡bienvenido a esta familia
de locos!
MARTÍN: Gracias, Don Eduardo...
TAMI: (Abraza a su mamá) Gracias,
ma...
CARMEN: Te amo, hijita...
EDUARDO: (Intercambian los
saludos y agarra a Tata) Princesa...
TAMI: Papá
EDUARDO: ¿Quieren su regalo ya?
TAMI: ¿Nuestro regalo?
CARMEN: (Tenía abrazado a Martín)
Si. Papá y yo hablamos y queremos regalarles la boda. Será como la quieran y
donde la quieran
TAMI: ¿De verdad?
EDUARDO: Completamente, hijos.
Perdonen que hayamos tardado tanto en aceptar, pero cuando tengan una hija
hermosa como la que tenemos nosotros, nos van a comprender
MARTIN: Los comprendo... Además,
queremos darles nietos pronto, muchos nietos (Se abraza a Tami que lo mira
asombrada) ¿Qué pasa, mi amor, no quieres tener hijos conmigo?
TAMI: Hijos si, pero no una
guardería, mi amor, no soy ninguna coneja...
CARMEN: (Lanza una carcajada) Tu
padre me dijo lo mismo cuando nos comprometimos, jajajaja y yo le respondí
igual, hija, jajajaja...
EDUARDO: (También ríe) Es cierto
y tuvimos tres sabandijas, jajajaja...
MARTÍN: Ojala y sepamos mantener
la pareja como ustedes o mis papás. Ah, por cierto, señora Carmen, mi madre
tiene ciertas ideas para la boda, así que hay que organizar una cena de las dos
familias completas.
CARMEN: Por mí, perfecto. Hace
mucho tiempo que no veo a tus padres... ¿Cómo están tus hermanos?
MARTÍN: Muy bien, gracias a Dios.
Ezequiel, el mayor fue papá hace poco y la más pequeña terminó la universidad
ya. La otra "media", Ana, lleva varias semanas en Portugal...
EDUARDO: ¿Ana no es la que tiene
la misma edad que tú, princesa?
TAMI: No, esa es Lucía, pa. Ana
tiene... (Hace memoria)
MARTÍN: El mes entrante cumple
29, amor...
TAMI: (Lo mira) ¿Estás seguro,
amor? Ana tiene un año menos que tú...
MARTÍN: Y yo tengo treinta años,
Mocosa... (Se miran) La misma edad que tu hermano. Andrés es el más viejo, Alex
le sigue, vengo yo y tu primo es el menor de los "Cuatro
fantásticos"... Jajajaja...
TAMI: ¡Qué viejito estás,
insoportable!
MARTÍN: Para nada, el problema es
que eres una mocosita... Jajajaja... (Le suena el celular) ¿Si, bueno? (Sonríe)
¿Es en serio? Muchas gracias, mañana los llamamos. Adiós... ¡Amor, voy a
exponer!
TAMI: ¿En serio? (Salta sobre él
y lo besa) Eso es magnífico (Lo llena de besos)
EDUARDO: ¿Exponer, Martín?
MARTÍN: (Aun con Tata encima y
entre risas) Si, en Barcelona, Don Eduardo
TAMI: (Se baja) ¿En Barcelona?
MARTÍN: Si, en la galería más
importante que hay allí. No pongas esa carita, hermosa, que vas a venir
conmigo. Además, la muestra la voy a preparar aquí y sólo tendremos que viajar
dos o tres días antes para organizar el salón y es después de nuestra luna de
miel, casi esposa...
CARMEN: No sabía que eras
artista. Recuerdo que pintabas mucho, pero creí que trabajabas en una empresa.
MARTÍN: Lo hago, me dedico a
ambas cosas...
TAMI: No se, amor, cuando
volvamos de nuestra luna de miel, tengo que estudiar...
MARTÍN: Lo se, Tami, pero podrás
estudiar allá. No pretendo que organices tú la exposición, sólo que me
acompañes. Cuando comenzamos a proponer fechas, me fijé en tu calendario de
exámenes y rindes dos días después. Ey, Mocosa, lo tengo todo pensadito...
TAMI: ¡Qué listo es mi amorcito!
(Lo besa)
EDUARDO: Pues, como tus futuros
suegros, exigimos ver algo de lo que haces...
MARTÍN: ¡Claro! Dejen que hable
con Bautista para que armemos el estudio y les muestro.
CARMEN: ¿Mi sobrino?
MARTÍN: Si, señora, Titán y yo
somos socios, estamos preparando la apertura de una galería de arte aquí, pero
entre su boda y la mía con mi Mocosa, lo tenemos un poco relegado. Tenemos un
local que vamos a refaccionar
TAMI: Aquí, como lo ven, mi
futuro marido es un artista y muy bueno, por cierto...
CARMEN: (La mira con ternura y
llora) No puedo creer que mi niña se vaya a casar, caray...
TAMI: No llores, mamá, que me vas
a hacer llorar a mí
CARMEN: (La abraza) No lo puedo
evitar, mi niña...
TAMI: (Empieza a llorar) Somos un
par de lloronas (Sonríe entre lágrimas)
MARTÍN: Ya veo de dónde saca lo
chillón tu hermano, mi amor, jajajaja (Ve a su suegro llorando también) ¡Don
Eduardo!
EDUARDO: ¡Ya tendrás hijos, tú!
TAMI: Muy mal, insoportable, te
ríes de tus suegros...
MARTÍN: No, me río de felicidad
por verte así a ti, Tami. No quería que estuvieran distanciados...
TAMI: ¿Ven por qué lo amo? (Lo
abraza y besa)
CARMEN: Lo vemos... Bueno, niños,
es tarde y mañana hay mucho por hacer.
MARTÍN: Tu mamá tiene razón,
Mocosa, vamos. (A sus suegros) Me alegro mucho que lo de Ari haya sido sólo un
susto y si me necesitan para algo, ya saben que estoy.
EDUARDO: Sólo has feliz a mi hija
y eso me dará paz toda la vida, Martín...
MARTÍN: La voy a hacer feliz
hasta el último de mis días...
TAMI: O hace eso, o ya sabe lo
que le espera, papá, así que, no te preocupes (Lo abraza y le da un beso, luego,
hace lo mismo con su madre)
Los novios se despiden y se van a
su casa. Era muy tarde, de madrugada.
MARTÍN: (Yendo a la cocina)
¿Quieres un café, amor?
TAMI: Si, gracias, amor
MARTÍN: (Pone todo a preparar y
va con ella, alzándola) ¿Feliz?
TAMI: Si, ¿cómo no estarlo?
MARTÍN: (Beso) Mi vida, te llegó
la hora de serlo para toda la eternidad y yo mismo, me voy a encargar que así
sea. (La baja y se miran) Te amo, Mocosa
TAMI: Te amo, insoportable de mi
vida (lo besa mucho)
MARTÍN: ¿Te puedo contar un sueño
que tuve?
TAMI: Claro, mi amorcito, ¿es un
sueño erótico? (Sonrisa pícara)
MARTÍN: Mmmm... No, pero
podríamos hacer realidades eróticas, sabes que siempre quiero...
TAMI: Jajajaja... (Lo coge del
rostro) Dime tu sueño y después, hacemos realidad lo erótico (sonríe)
MARTÍN: Soñé que teníamos una
bebita y era igual a ti... Recuerdo que entraba a una habitación y tú estabas
ahí, como enojada con alguien. Cuando te dabas cuenta que yo estaba en el
cuarto, te me ibas encima y me besabas como loca y un momento más tarde,
entraba una pequeña niña, como de tres años, más o menos y me decía "papá,
viniste" y tú seguías llorando, pero de felicidad. Luego, me desperté
TAMI: (A medida que Tincho
contaba, ella lo imaginaba y eso hizo que una lágrima cayera por su mejilla) Es
un hermoso sueño, amor...
MARTÍN: Quisiera que pase el
tiempo y poder estar viviendo ese sueño, pero hecho una realidad. ¿Sabes cómo
la llamaste a la niña?
TAMI: ¿Cómo?
MARTÍN: Le dijiste:
"Martina, saluda a papá"... Jajajaja, pero no le vayamos a poner ese
nombre, por favor…
Jajajajajja genial me encanto el capi q emotivoo jajaja
ResponderEliminarMuy lindísimo, maridaaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarJajajajajajajaja por favor ese nombré noooooooooo
ResponderEliminarAwwwwwww, Martinaaaaa <3 Me encantn ellos dossss <3! Son tan awwwwww, tan cuchisss, tan dindoosss! Ya me pse de pendeja! Peroe s que awwwwww! Me gustan ellos
ResponderEliminarExcelente capitulo!!!
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