Capítulo 109

De repente, el corazón de Tincho se aceleró. Las palabras de Tami habían causado que sus esperanzas renacieran. Tata se fue a la cocina, dejándolo absorto en lo que acababa de escuchar…

MARTÍN: (Va con ella y la besa, con su alma puesta en ese beso) No quiero que te cases por darme gusto, sino porque sientas el deseo de unir tu vida conmigo de ese modo... (La mira) Si me quedo, Tami, es definitivo, no hay más "pruebas", no más tonterías, no más Sergio.

TAMI: Tiene que haber más Sergio...

MARTÍN: (La deja) Ahí tienes tu respuesta...

TAMI: Espera (lo agarra) Tengo que hablar con él, por eso lo decía...

MARTÍN: Primero habla con él y después, vemos qué pasa...

TAMI: Yo se lo que va a pasar...

MARTÍN: ¿Qué, a ver?

TAMI: Que vamos a ser muy felices...

MARTÍN: (Va hasta su bolso, busca algo y vuelve) ¿Hasta que la muerte nos separe? (Le muestra el estuche con el anillo de compromiso) ¿Quieres empezar esta vida juntos de una vez?

TAMI: (Se queda de piedra) Sergio tenía razón, ibas a pedírmelo antes que pasara lo de la pelea (se abraza a él) Si, hasta que la muerte nos separe...

MARTÍN: (La aparta y se arrodilla) Tamara, Mocosa de mi vida, ¿aceptas casarte conmigo? (Le ofrece el anillo)

TAMI: Si (sonríe) Nunca pensé que diría esto...

MARTÍN: (Le coloca el lacillo en el dedo y se pone de pie) Aunque pensé en pedirlo en una ocasión, ya sabes esa historia, siempre soñé con que fueras tú quien me respondiera... Ya eres mi prometida, Mocosa...

TAMI: Ya soy tu prometida, insoportable (se besan)

MARTÍN: Y vas a ser mi esposa... (La carga y la lleva al cuarto) Vamos a hacer el amor, con todo el amor...

TAMI: (Sonríe) Me encanta esta parte (Beso intenso) Te amo....

MARTÍN: A mí me encantan todas tus partes... (Le quitó la ropa de dormir lentamente y besó todo el torso, enfocándose especialmente en los senos)

TAMI: Te echaba de menos...

MARTÍN: Y yo a ti, amor... (Terminó de desnudarla y besó su intimidad con un fuego contenido)

TAMI: (Lo sube) Amo que me hagas eso, pero hoy te quiero aquí arriba...

Tincho estaba vestido, así que se quitó el cinturón y bajó un poco su pantalón y el bóxer, entrando en Tami con todas sus ansias. Se movían al unísono y ella, como podía, pretendía sacarle el resto de la ropa, pero era tal el deseo que sólo consiguió abrirle la camisa

MARTÍN: (Endureció las penetraciones) Te amo (El ritmo se tornó vertiginoso, rudo)

TAMI: Y yo a ti, mi amor (lo besa) Qué bonito suena (besaba el cuello de Tincho)

MARTÍN: Suena espectacular, Mocosa... (Intensificó aún más sus movimientos, generando que ninguno pudiera contener sus gemidos) ¿Te gusta así o prefieres cambiar? (No se detenía, no tenía voluntad para hacerlo, sólo podía pensar en seguir, pero quería darle placer extremo a su prometida)

TAMI: Ahora me toca a mí, bombón (lo tumbó en la cama, poniéndose ella encima)

MARTÍN: (Por fin, se desnudó del todo) Hazme lo que desees, todo esto es sólo para ti...

TAMI: (Le pasa un dedo por el pecho y el abdomen de su prometido) Me encanta este cuerpito...

MARTÍN: Y a este cuerpito, le encantas tú...

TAMI: (Empezó a moverse y a marcar el ritmo, Martín puso sus manos en las pompas de ella y quiso adueñarse) No (beso) No (beso) Yo estoy al mando...

MARTÍN: (Ella sonrió con malicia y él se incorporó, sin intervenir en la velocidad, pero devorando la boca de su mujer, el cuello, el torso, los pechos, todo, no se dejaba un milímetro sin probar) Dame más, Mocosa, dame tu vida que la mía, ya está en tus manos, ¡TE AMO!

Tincho la envolvió en sus brazos, acompañando el vaivén que Tami imponía y la aferró fuertemente. El orgasmo los unió como nunca y mantuvieron la misma postura un largo rato, mientras hablaban con ternura y con todo ese amor que se tenían, brotando a flor de piel

MARTÍN: (Le acariciaba la espalda y el rostro) No puedo creer que estuvimos a punto de perdernos, Mocosa, fue como morirme de a poco...

TAMI: Yo estaba muerta en vida...

MARTÍN: (Le besa la frente, los ojos y luego, los labios) Pero no más, hermosa, ya no nos vamos a volver a separar nunca. Vamos a ser viejitos, viejitos, arrugaditos y un par de cascarrabias, que van a tener una maravillosa vida juntos y veremos crecer la familia que vamos a formar los dos. Y cuando llegue el día en que tengamos que partir, te voy a estar esperando arriba, mi amor, para pasar la eternidad a tu lado... Mi mocosa preciosa, la única mujer a la que amé, amo y amaré en mi vida y después también...

TAMI: Te amo, prometido (sonríe y lo besa) Pero no voy a estar en paz hasta que no hable con Sergio...

MARTÍN: (Hace cara de desagrado) Mmmm... Está bien, es lo justo, aunque no me gusta la idea. Él ha estado muchos años contigo y merece saber las cosas y escucharlas de ti. Pero mañana, hoy es nuestro día, amor, sólo nuestro...

TAMI: ¿Qué tienes pensado?

MARTÍN: No mucho, en principio, salir de esta cama sólo para buscar comida y nada más... Salvo que quieras hacerlo en la ducha o en el sillón o en la mesa... En esos casos, ¡VAMOS YA!

El doctor Buenfuente recibió a Dani y Alex, con un rostro serio, pero parecía estar tranquilo.

BUENFUENTE: Buenos días, Alejandro, Daniela, tomen asiento, por favor...

ALEX: Hola, doc

DANI: Buenos días

BUENFUENTE: Bien, muchachos, la cuestión es bastante simple... (Les entrega un folder) Eso es tu expediente médico, Alejandro y está en lenguaje de médicos. Yo te lo voy a explicar de otro modo.

ALEX: ¿Entonces si tengo algo malo?

BUENFUENTE: (Asiente) Pero no es grave, vas a poder hacer tu vida completamente normal

DANI: Pero si es malo, ¿cómo va a poder hacer su vida normal? ¿Qué tiene?

BUENFUENTE: El problema radica en uno de los ventrículos, el movimiento es de abrir y cerrar, pero en Alejandro, hay veces en las que no se abre del todo y eso genera que la sangre y el oxígeno no sean bombeados correctamente

DANI: ¿Qué podemos hacer para que no le pase nada malo?

BUENFUENTE: No se aflijan. En principio, te voy a dar unas pastillas que no vas a tomar a diario, sólo cuando comiences con los síntomas. Por lo tanto, siempre las vas a llevar encima. Te recomiendo que hagas natación con regularidad y comida sana. Puedes tomarte algún vinito de vez en cuando, pero sin excesos. Si con eso te mantienes saludable, perfecto y si no, una cirugía, pero intentemos que esa sea la última opción

DANI: ¿Hay alguna recomendación más? No quiero correr riesgos...

BUENFUENTE: De hecho si. Por lo que hemos hablado, me doy cuenta que eres un hombre trabajador y que dedicas demasiadas horas. Eso lo tienes que cambiar. Se que eres responsable, Alejandro, pero tu primera responsabilidad es con tu mujer y con tus hijos, con tu familia... Menos trabajo y más descanso.

ALEX: Comprendo... ¿Puedo preguntar algo?

DANI: Alejandro, ni se te ocurra...

ALEX: ¿Por qué no? Es lógico que quiera saber

DANI: Por favor, Alex...

BUENFUENTE: Muchachos, no se compliquen y Daniela, él tiene razón (Ella se sonrojó) No te apenes, me parece perfecto que se saquen las dudas. Son una pareja joven, estable, en el vigor de sus vidas sexuales, no sientas pena, Daniela. Como toda actividad física, es sana y salvo que durante el acto, te den síntomas, pueden practicarlo con total normalidad. Alejandro, tu vida puede ser como hasta ahora, pero con cuidados...

ALEX: Está bien, doc (mira a Dani) ¿Ves que no va a pasar nada?

BUENFUENTE: Trata de no estresarte, porque ese es el detonante de tu patología. Fuera de eso, vive con soltura, ¿si? Nos vamos a ver una vez al mes para controles y ante cualquier inconveniente, por mínimo que sea y aunque las pastillas hagan efecto, me vienen a ver

DANI: Está bien, pero dígale que no me lo oculte, porque le gusta ocultarme las cosas para que no me preocupe...

BUENFUENTE: Eso ni de broma, por favor. Es esencial que al primer malestar que sientas, tomes la píldora y se lo digas a quien sea que pueda auxiliarte. Es primordial, Alejandro

ALEX: No lo haré. El más interesado en estar bien y sano, soy yo...

BUENFUENTE: Nos vemos en mes próximo. Al salir, apunten una cita con mi secretaria y ya saben, vida normal, pero con precauciones...

ALEX: (Se pone de pie y le da la mano) Gracias, doc

DANI: (Hace lo mismo que su novio) Muchas gracias, hasta la próxima...

BUENFUENTE: (Saluda a ambos) Hasta entonces...

La pareja sale y pide cita con el médico para verlo al mes siguiente. Una vez en el carro, Dani iba callada.

ALEX: ¿Qué pasa, amor?

DANI: Nada, ¿por?

ALEX: No has dicho ni una palabra desde que salimos del consultorio

DANI: Porque lo de tu corazón me preocupa...

ALEX: Ya escuchaste a Buenfuente, Dani y ya me compraste las pastillas esas, no tienes que preocuparte.

DANI: No tengo por qué, pero lo hago y no te perdono que me hayas hecho pasar el oso de mi vida

ALEX: (Detiene el auto) Yo no te hice nada, el "oso" lo pasaste sola (se ríe)

DANI: ¿Quién preguntó sobre el sexo?

ALEX: Yo, pero te avergonzaste porque quisiste hacerlo... ¿Qué preferías? ¿No preguntar y que al hacer el amor estemos pensando que algo malo me va a pasar? No, pues, por una razón ese hombre estudió y es médico

DANI: ¡Dios, Alejandro! Contigo no se puede. Arranca el auto y vamos para la casa

ALEX: Tan enojona que eres.... (Pone la marcha y arranca) Es como si me dijeras que vas al odontólogo y te da pena preguntar si el chicle provoca caries...

DANI: No es lo mismo, por Dios...

ALEX: Es exactamente lo mismo. Es una cuestión clínica. Lo que pasa que a ti, te gusta igual o más que a mí y lo gozas y te da pena. Yo te he visto ese gesto cuando estamos en alguna reunión y te mueres por hacerlo ahí mismo, frente a todos... (Le ve una sonrisa) Yo me refería a comer chicle...

DANI: Mentiroso...

ALEX: ¿Mentiroso? ¿En qué mentí, a ver?

DANI: En que te referías a comer chicle, te conozco, Alejerico

ALEX: Ahhhhh, ¡¡TE CACHÉ!! Cosita cachonda... Tú piensas en la otra condición clínica, jajajaja

DANI: ¿Cuál? (Mira por la ventanilla del auto)

ALEX: Ninguna, Dani... (Siguió manejando en silencio)