Capítulo 330

Maru miró a Bautista, sintiendo que su furia la sobrepasaba, dejándola expuesta en su dolor e indignación

MARU: No malinterpreté nada, fuiste muy claro, estás cansado de esta vida, de tus hijas y de mí, fue muy concreto todo, pero como nos amas, no te animas a decirlo. ¡Ya está, te libero! Lárgate de mi vida y de la de mis hijas, no necesitamos a un hombre que está con nosotras por obligación. (Termina de preparar la valija y baja a despertar a su padre) Pa, nos vamos ahora, prepara a Lucía que yo me encargo de Victoria

BAUTISTA: Acuérdate de lo que soñaste, menso... (Se queda un rato pensando hasta que se acuerda) Malinterpretaste mis palabras, carajo...

NÉSTOR: ¿Que pasó?

MARU: Que nos vamos de una vez, papá, por favor, no preguntes y ayúdame...

NÉSTOR: Yo me encargo de Lucía, ve por Victoria...

MARU: Gracias, pa... (Sube y toma a la pequeña de su cunita) Vamos, preciosa... (Golpea la puerta del cuarto de Dani)

ALEX: (Abre) ¿Qué pasa, primata?

BAUTISTA: Pasa que me va a escuchar, quiera o no (Le quita a la niña de los brazos y se la da a Alex) Cuídala, no me tardo (Coge a su esposa en brazos y se la lleva de allí) Me vas a escuchar porque malinterpretaste mis palabras, después de escucharme, si te quieres ir y destruir nuestra familia, es tu decisión...

MARU: ¡Bájame!

BAUTISTA: No te voy a bajar...

MARU: ¡¡¡ME BAJAS, YA!!!

BAUTISTA: Por mucho que patalees y me pegues o hagas lo que quieras, no te voy a bajar...

MARU: (Se zafa y cae mal) ¿¿Ves lo que haces?? (Se incorpora) ¿En qué idioma tengo que decir las cosas? No quiero escucharte, porque mientes, Bautista, no entiendo el por qué, pero mientes y así, no me dan ganas de oírte, ni de verte. A esta familia, la destruiste tú y ahora, ¡déjame en paz!

BAUTISTA: (La vuelve a coger) ¿Quieres que te lo repita? Con todo eso me refería a que me duele que la niña te quieran más a ti, que Lu no duerma bien si no le das un beso, pero si yo no me despido de ella, es lo mismo que nada. Que mi propia familia se preocupe más por lo que sientes tú que por lo que siento yo, que se piensen que soy un estúpido que no sabe tratarte bien, que todos cuenten contigo para las cosas y que yo sea un puto cero a la izquierda, eso es lo que no soporto. En ningún momento dije que estaba cansado ni de ti, ni de las niñas, nunca dije que odiara mi vida, porque no la odio ni mucho menos. Ahora si, si quieres largarte, hazlo. El puto imbécil se va para que seas feliz y no joderte más la vida, ojala seas feliz, cosa que no voy a ser yo. Ve, busca a nuestras hijas y huye (La besa, la suelta y se va)

MARU: No te creo y nada de lo que dices es cierto, Bautista, sólo está en tu cabeza... (Busca a Victoria) ¿Dónde está Dani, Alex?

ALEX: Creo que en el jardín, se enojó y se fue... ¿Qué pasa?

MARU: Pasa que tu primo no entiende nada, pero ya está, se terminó... (Le da un beso en la mejilla) Hasta que vuelvan a San Cristóbal, Alex...

BAUTISTA: (Se encuentra en el jardín con Dani) ¿Qué haces tan sola aquí, Dani?

DANI: Intento recordar, ¿tú?

ALEX: Nada de eso, Maru, ven aquí...

BAUTISTA: Intento comprender qué hice mal en la vida...

DANI: No te entiendo, ¿qué te pasa?

BAUTISTA: (Le cuenta) Eso pasa, Dani, siempre soy el malo de la película, pero me cansé, si es lo que quiere, no la voy a detener, me cansé de luchar contra ella...

DANI: Estás muy mal, Bautista, ¡nadie piensa eso de ti! Excepto por ti mismo, evidentemente. Alejandro te admira, te respeta, eres como otro Pedro para él y mi prima, bueno, ¡ni hablar! Ella te ama más de lo que te das cuenta. Lo de las niñas, es normal, a todos les pasa, pero eso cambia con los años y se invierte, es una cuestión de etapas. (Se pone de pie) No puedes estar más equivocado y ojala lo arregles, porque todo lo que tú haces por ella, ella lo hace por ti, eh... (Se marea)

BAUTISTA: Lo se, nadie ha dudado de lo que tu prima hace por mí y con mi primo, no me equivoco, porque cuando fue a mi cuarto, lo único que le importó fue cómo trataba a tu prima, ni siquiera me dijo "tranquilo, Titán, cuéntame lo que te pasa". Necesitaba su apoyo y lo que recibí, fueron reproches, pero soy yo, es mi cabeza, como siempre. Ojala ninguno pase lo que yo estoy pasando, porque no me invento nada (La mira) ¿Qué te pasa?

DANI: Alex se pasa de protector, ¿no lo conoces o qué? No me pasa nada, Bautista, sólo tengo mucho coraje. Mi tía enferma, mi madre muerta y yo tengo una vida soñada que no puedo recordar... (Se apoya sobre el hombro de Titán)

BAUTISTA: Tranquila, primita, ya vas a recordar, no te preocupes, ¿quieres que llame a mi primo?

DANI: No, lo que quiero es que tú y la mensa de María se dejen de estupideces y piensen en lo difícil que es amarse como los dos se aman. Si tu primo te hizo sentir mal, no te la agarres con ella y si no entiendes que no eres un cero a la izquierda, Bautista, es asunto tuyo, no la pagues con los demás. Sólo te voy a decir una cosa, Maru pudo irse y no lo hizo, por ti, porque te amó desde que se conocieron y sin saber si algo podía existir entre ustedes, eligió quedarse y probar... (Comienza a caminar, pero no puede hacerlo) ¡Agárrame, Bautista!

BAUTISTA: (La alza) Fue ella la que me mandó al demonio sin explicaciones, sin decirme nada. Intenté hablar con ella, pero no se puede, le cuento lo que siento y no me cree, no puedo hacer más, Dani. No es la primera vez que tu prima me echa de su vida y cada vez que lo hace, se me desgarra el alma y si, a veces me siento un cero a la izquierda, no puedo evitarlo y nunca la he cogido con ella... ¿Por ese motivo te sientes mal, verdad?

DANI: No se, Bautista, todo me da vueltas... (Llegan a la sala) Ayúdame a recostarme y escúchame, por favor. Conozco a Maru, se cómo es.

BAUTISTA: Si, tozuda y temperamental, pero, ¡Dios, Dani! Aún así, la amo como un tonto, por mí me pasaba besando el suelo que pisa, todo el día, pero no quiero volver a sufrir... (La recuesta) ¿Mejor?

DANI: ¿No quieres volver a sufrir y vas a dejar que se vaya? Mira, Titán, hay cosas en las que preferiría no meterme, pero creo que lo mejor va a ser que te cuente. Ven, siéntate, primito

BAUTISTA: Es lo que quiere, intenté impedirlo, pero la conoces, cuando se enoja no entiende razones (Se sienta junto a ella) ¿Qué tienes que contarme?

DANI: Algunas cosas que te van a abrir la perspectiva y vas a ver que no eres ningún cero a la izquierda. Cuando se casaron, ¿quién eligió la casa dónde viven?

BAUTISTA: Yo

DANI: ¿Sabías que ella quería mudarse a esa casa que está frente a lo de tu suegra? ¿No, verdad? Bueno, Maru quería irse allí, ha soñado con esa casa desde que es una niña. Otra cosa, ¿dónde fue la luna de miel?

BAUTISTA: No tuvimos... Ya se a dónde quieres llegar, Dani, pero yo no siento esto desde antes, hace poco lo empecé a sentir. No puedo evitarlo cuando veo a tu sobrina diciéndole "mami, te amo" o que no le dio el beso de buenas noches. La complicidad entre ellas, hasta con mi suegra, y yo, si estoy celoso de mi mujer, pero no le digo nada, me lo trago. Lucía no me hace ni puñetero caso y no me digas como tu prima, porque eso no le pasa a Alex con Jana. Parezco niño chico, pero es lo que siento aquí (Se toca el corazón y se aprieta los ojos) Eso ya lo hablé con Maru, estábamos bien, hasta que malinterpretó mis palabras y me mandó al diablo (La mira con los ojos rayados) Ahora dime como todos que no tengo razones para sentirme así y que trate bien a mi esposa y que sea un buen padre, que sea fuerte y que no me afecten las cosas...

DANI: Lo que yo te voy a decir es que Jana obedece a Alex ahora, porque tiene ocho años y sabe que puede haber consecuencias, pero cuando la niña era pequeña, sólo me obedecía a mí, ni a papá, ni a mis hermanos. Bautista, la edad de Lucía, es como la de Martina y tú ves como esa enana no le teme a nada, salvo a su madre. (Le toma las manos) La complicidad es lógica, Lucía es una niña y Maru es la mujer de la casa, su mamá y pues, el modelo a seguir. A tu suegro tampoco lo pela mucho que digamos. No tengo que decirte que seas nada, porque ya lo eres, eres un excelente padre y un esposo amoroso, dedicado y muy abocado a su mujer, pero es la etapa en la que te toca estar. En un tiempo, Lucía no va a dejar que ni Maru se te acerque y ¿qué va a pasar entonces? ¿Habrá nuevas guerras? Además, Bau, Lucía te ama, eres su papi, el hombre que le da seguridad, pero hay noches en las que no estás en tu casa y tal vez sea por eso que ella no siente la necesidad de tu beso, pero Maru si está. La conexión entre una madre y sus hijos, llega desde que están aquí (Se toca la panza) Con los papás, en cambio, se construye día a día y tú tienes una relación maravillosa con Lucía, esa niña, te idolatra y si no te hace caso, es por la simple y sencilla razón, que no te enojas y ella no te ve como a una autoridad. Los retos y regaños, siempre están en manos de mi prima, empieza a ponerle límites y verás cómo eso cambia y si quieres que la enana necesite de tus besos para dormir, deja de viajar por trabajo y acuéstala cada noche, como lo hiciste hoy. Ya vas a ver como todo se arregla

BAUTISTA: Gracias por hacerme ver las cosas (Le da un beso y la abraza) Sin embargo, eso no soluciona el problema con tu prima, lo siento, Dani, yo no empecé esta guerra y la quise parar, es ella quien no quiere y no pienso pedirle perdón, por algo de lo que no tengo la culpa de sentir. Ya le dije toda la verdad y no me cree, como si yo me pasara la vida mintiéndole. Déjala que piense las cosas, que las medite, porque yo no le hice nada, absolutamente nada para que me trate así por malinterpretar mis palabras. Voy a llamar a Alex para que venga a hacerte compañía... (Se levanta)

DANI: Has lo que creas correcto, Bautista, sólo espero que no te arrepientas, porque si no lo solucionan juntos, pueden perderse y dudo que sea lo que quieren lograr... (Le sonríe) No llames a Alex, yo subo, pero necesito ayuda

BAUTISTA: Ella decidió por los dos, como siempre, Dani, déjala que se despeje, que piense las cosas, porque ahora no me quiere ni ver... Vamos, yo te ayudo (La alza y la sube)

MARU: (Salía del cuarto de Alex y los vio) ¿Qué pasó, Dani? ¿Estás bien?

ALEX: (Sale) ¿Cosita?

DANI: Si, estoy bien Me mareé un poco, pero ya pasó. Titán me hizo el favor de subirme (Sonríe y mira a Bau) Gracias...

BAUTISTA: De nada, primita (La baja) Ya estás con tu esposo y tu prima, estás en buenas manos y gracias por escucharme (Le da un beso en la mejilla, después mira a su esposa y a su primo) Buenas noches (Se va)

MARU: Espera, Bautista, ¿vienes con nosotros o no?

BAUTISTA: No quiero que lo digas por compromiso, tranquila, se que no me quieres ver ni en pintura, yo me regreso en un vuelo regular (Se mete al cuarto y empieza a hacer la maleta)

ALEX: Ve, necia, dile las cosas con calma...

MARU: Gracias, Munito... (Entra y deja a Vicky en la cama, entre almohadas) No lo digo por compromiso, Bautista, sino porque quiero que vengas a nuestra casa e intentemos arreglar todo esto.

BAUTISTA: ¿Para qué? No me crees, Maru, aunque te lo jure por mis hijas, no me crees, es lo que tú dices y no te bajas de ahí. Intento entenderte, pero a veces me cuesta mucho...

MARU: ¿Crees que a mí no me cuestan las cosas? Entérate que si y mucho. Para ti es fácil porque nada te pasa adentro, todo te pasa afuera, pero en tu cuerpo, las cosas no se complican como en el mío y mi cabeza es una bomba de tiempo, que sólo tú sabes detener. Y ahora, cuando más te necesito, me entero que me odias porque me aman mis hijas, que recientes esa parte de tu vida y ni siquiera me lo dices, tengo que escucharte hablar entre sueños para saber lo que sientes.

BAUTISTA: ¿Te odio? ¿Te escuchas? Nunca dije que te odio, porque te amo demasiado como para odiarte. Antes de odiarte a ti, me odio a mí y ya te expliqué lo del sueño, no me crees, ¿quieres que te mienta?

MARU: No digo que me odies de esa manera, sino que odias lo que tengo con Lucía y odias no tenerlo tú. Y ya me mentiste, cuando te pregunté qué te pasaba, me sonreíste y todo campante me dijiste que nada. ¿Eso no es mentir, acaso?

BAUTISTA: Que sienta celos, te lo admito, pero que lo odie, eso no es cierto, no pongas palabras en mi boca, que no he dicho y si, te dije que no me pasaba nada, porque bastante tenías con lo de tu mamá, pero por quitarte peso de encima, ya soy un ogro. Mira, Maru, te amo más que a mi vida, intento entender todo lo que te pasa con lo del embarazo y después del parto, pero esto no va a ningún lado, si no confías en mí, si no crees lo que te digo. Nunca te he mentido y no voy a empezar a hacerlo. Por cierto, la cachetada me dolió y no me la merecía...

MARU: Está bien, Bautista, lamento la bofetada y ya sabes, si quieres volver a tu casa, con tus mujeres, puedes hacerlo y si no, ni te molestes en intentar hacerlo otro día. Crees que el único que ama aquí, eres tú y no te das una idea de lo que estás diciendo. (Coge a la niña) El taxi viene en diez minutos...

BAUTISTA: ¿Seguro que no me doy cuenta? ¿Te pones en mi lugar alguna vez? Míralo de mi perspectiva, porque yo de la tuya, la veo todos los días y si, me voy contigo y con mis hijas a nuestra casa, porque no voy a permitir que nos separes de nuevo... (Cierra la maleta) Te espero abajo...

MARU: (Lo detiene) Se perfectamente cuál es tu perspectiva y la respeto, tratando de ser la clase de mujer con la que quieras pasarte la vida, pero mintiendo sobre lo que sientes, por los motivos que sean, no me ayudas. ¿Quién es el que decide por los dos aquí, Bautista? Yo no, eh, porque para bien o para mal, te digo siempre la verdad y todo lo que pasó con mi mamá, fue por defenderte a ti, ¡entérate! (Le da a la niña) Necesito ir al baño...

BAUTISTA: (Maru se mete al baño) Con tu mamá siempre salgo perdiendo, no gano una, pase lo que pase, siempre tiene la razón... Me tendré que acostumbrar a lo que pasa y vivir para hacerlas felices a las tres, esa es mi meta en la vida, hacerlas felices, nada más importa para mí, sólo que está siendo un poquito difícil. Perdóname si a veces meto la pata y las hago sufrir, no es queriendo, te lo juro... (Besa a su hija) Eres igualita a ellas, igualita, no se cómo voy a hacer para espantarles los galanes a mis dos princesas... ¿Sabes algo? Nunca amé como las amo a ustedes, desde hace mucho tiempo son mi principio y mi fin, y si, papá es un menso, pero a veces necesita soltar lo que siente...

MARU: Pues, debería soltarlo siempre y no guardarse las cosas hasta que explotan, ¿no crees, Victoria? (Hace voz de bebé) Shi, mami, papá tiene que decir todo... (Va con ellos) No quiero que perdamos esto, Chocolate, pero lo de hoy no puede volver a repetirse, de parte de ninguno de los dos...

BAUTISTA: ¿Qué? ¿Cabrearnos? Si me hubieras preguntado en vez de mandarme al diablo, te lo habría explicado, pero es más fácil enfadarse con Bautista y ya lo habíamos hablado esta tarde. Siento no haber sido más claro... Vamos, ya llegó el taxi y seguro Lucía te anda buscando (Sonríe) Yo llevo a esta princesa...

MARU: Vamos... (Coge la maleta)

ALEX: (Estaba esperándolos con Dani) Dame la maleta, primata... (Bajan) Titán, te cuidas, cabezón y perdona si te hablé mal, pero como me corriste de la alcoba, me enojé

BAUTISTA: Y era más fácil atacar, que entender, claro, no pasa nada. Gracias por salvarle la vida a mi mujer...

ALEX: ¿Puedes dejar de reprocharme? ¿Nunca te equivocaste conmigo, Bautista? No me agradezcas, hice lo que debía... Adiós...

BAUTISTA: No te reprocho nada, te dije que daba igual y perdona por tratarte como lo hice...

ALEX: Ya está, Titán, ya pasó. Que tengan buen viaje y nos avisan cuando lleguen

BAUTISTA: Si, no se preocupen y cuida a esta niña que no se sentía muy bien...

ALEX: Lo haré, primate (Se abrazan)

MARU: Adiós, Munita...

NÉSTOR: Adiós, muchachos, gracias por todo...

DANI: Adiós, tío, adiós, muchachos. Cuídense, los quiero...

BAUTISTA: Dani, no se si te diste cuenta, pero recordaste bastante más... (Le sonríe)

LUCÍA: ¡Mamo con buela, buelo! Tau, Nani (Le da un beso) Tau, Tato (Otro) Hata manana

ALEX: Chau, princesita

DANI: Gracias, Titán. Adiós, princesa, pórtate bien... (La familia se va)