jueves, 10 de enero de 2013

Capítulo 039


Aunque Daniela no pensaba en pasar la noche teniendo sexo, Alejandro iba calentando el ambiente con sus besos y sus caricias. La fotógrafa temía que por hacer el amor, a su licenciado le volviera a suceder algo. Él le decía que estaba con reposo, no con abstinencia y ella, intentaba mantener la cordura, pero su novio se la hacía difícil…

DANI: Una cosa es la otra... No me beses ahí, por favor
ALEX: No, Daniela, cuando alguien no puede hacer cositas porque su salud está en riesgo, es lo primero que te dicen... Sí que te beso ahí, me encanta besarte ahí y aquí y aquí también... (Estaban acostados en el sillón que era enorme y muy cómodo)
DANI: Ale, me haces cosquillas... ¡No, Ale, no sigas, jajajaja!
ALEX: (Sigue) Me gusta cuando te ríes... ¿Tienes cosquillas aquí? (Le besaba la parte de atrás de la oreja)
DANI: Si, amor, por favor, no sigas, jajajaja
ALEX: (Le va levantando la falda y tocando sus muslos) Pero quiero seguirle...
DANI: Serías muy bueno en el oeste, jajajaja (Le quita la camisa) Sobre todo por este cuerpazo que te gastas...
ALEX: Este cuerpazo es todo tuyo, amor, gózalo... (Lleva sus manos hasta la zona sensible de Dani y acaricia con vehemencia) Aunque odio que uses estas faldas que dejan tus hermosas piernas a la vista de cualquier pelado mirón, amo el acceso que me ofrecen y más te amo a ti...
DANI: (Le aparta la mano) Todavía no... (Le llevó las manos hasta sus senos y puso las suyas en las pompas de su novio)
ALEX: Me haces sufrir, Dani, pero, ¡vale! Te voy a toquetear toda y ¿sabes qué? Pienso disfrutarlo hasta morir en ti. (Le acaricia los pechos sobre la ropa, rodeándolos y se mueve sobre su novia, generando esa tensión tan excitante) Dame esa boquita, que la deseo como si nunca la hubiera besado...
DANI: (Lo besa apasionadamente) ¿Seguro que no va a venir nadie?
ALEX: Nadie, amor, pero si quieres estar más tranquila, te llevo a mi lugar especial de la casa...
DANI: ¿Y cuál es ese lugar?
ALEX: El único lugar de la casa al que nadie puede entrar. De hecho, nadie lo ha hecho, ¿quieres ser la primera?
DANI: Quiero ser la primera en todo... Hazme tuya donde desees
ALEX: Uyyyy (Traga saliva, esa frase lo excitaba como a un loco) Ven... (La carga y la lleva a la última puerta. Busca la llave y abre. Era un cuarto pequeño en el que había una cama, un equipo de música y libros por todos lados) Es mi estudio. Aquí es donde me relajo. Pasa.
DANI: Éntrame (Se le dibujó una sonrisa pícara en la cara)
ALEX: (La jala despacio, pero con urgencia. Cierra la puerta con llave y pone música) ¿En qué estábamos?
DANI: En esto (Lo besa intensamente y comienzan a bailar al son de la música) Te amo (Poco a poco, le va quitando los pantalones) Eres la luz de mi vida...
ALEX: (Se dejaba desvestir, derritiéndose por ella) A esta altura de las cosas, Dani, tú eres mi vida completa... (Se termina de quitar los pantalones y le saca la camisa a ella, admirando el cuerpo que tanto lo encendía) No se puede ser más hermosa que tú. (Se aprietan, sintiéndose) Cómo te deseo, princesa, me despiertas un fuego que no imaginé tener


Se entregaron al amor con los libros como testigos. Los dos sucumbieron dichosos a ese juego de seducción permanente, provocación constante y deseo sublime, encontrando sosiego solamente en brazos del ser amado. Los sutiles roces de su piel, por momentos perdían delicadeza y dejaban la sutilidad para ceder paso a la fiereza, a lo concreto, brindando así, eléctricas y placenteras descargas de gozo, que invadían a los amantes, sin tenerles ningún tipo de piedad. Cada vez que Alejandro se hundía en Daniela, sus manos buscaban aferrarse a la espalda del otro, intentando prolongar esa sensación de unión perfecta, soñada y cuando algún gemido abandonaba sus gargantas, la fantasía se volvía más real, nítida y dentro de lo ilógico que es el frenesí, la lógica de su sentir, los reunía. Una vez y otra más, sus sexos se fusionaban para llevarlos por el sendero de la euforia, haciendo que sus nombres emanaran sin cesar de la boca del otro y llamándose, incrementaban las sensaciones maravillosas de ser uno en cuerpo y alma.
Imposibles de detener, los latidos de esos dos corazones, explotaban al unísono, abriendo paso a más gemidos y exclamaciones llenas de lujuria. Cada grito, era un pedido de más: más pasión, más éxtasis, más vigor. Casi llegando al final de ese viaje, un último grito en conjunto los hizo estallar y mientras sus cuerpos agitados, sudados y temblando, se aprisionaban, envueltos en placer, sus labios pronunciaban esos “TE AMO” que les llenaban el espíritu de amor. Un amor que nadie comprendía y del cual, sólo ellos dos sabían el valor que en él existía: el valor de haber encontrado a quien pudiera compartir un sentimiento como ese.

Con Gabriel dormidísimo, Tami se alista para acostarse y se mete a la cama. Saluda a Sergio con un besito, pero él pretende que la cosa se ponga un poco más caliente.

TAMI: ¿Cómo llevas el estudio?
TORO: (Estaba acariciándola con la evidente intención de hacer el amor y la pregunta de su novia, lo desconcierta) ¿Qué?
TAMI: Que cómo vas con el temario de las oposiciones
TORO: No se, Tami, ahora no quiero hablar de eso ni de nada, mi amor, quiero estar contigo... (Retoma las caricias)
TAMI: Tengo sueño, amor...
TORO: (La deja) Tamara, ¡por Dios! Si tuvieras sueño, no me estarías preguntando por mis estudios. ¿Qué te pasa? Has estado en órbita desde que llegaste.
TAMI: Nada, sólo estoy cansada (Se acuesta de costado, dándole la espalda a su novio) Ha sido un día muy largo...
TORO: No me mientas. Algo tienes y que no me lo digas, no me da buena espina. ¿Qué pasa?
TAMI: Mañana cuando dejemos a Gabo, tenemos que hablar, pero ahora no...
TORO: (Se recuesta, abrazándola "cucharita" y vuelve a acariciarla) Ya, mi vida, deja el sueñito para después, quiero que hagamos el amor. Te deseo, Tami, desde hace unos días que no hacemos nada... ¿No tienes ganas de tu Toro?
TAMI: (No podía resistirse a él, así que se giró y empezó a besarlo) Te amo...
TORO: Y yo a ti, mi cielo, te extraño... (La hace ponerse boca arriba y se posa sobre ella) ¿Qué quieres que te haga? Estos días a dieta, me pusieron creativo... (Le guiña el ojo)
TAMI: Demuéstrame lo creativo que estás, jajajaja
TORO: Así lo haré...

Sergio baja hasta la cintura de Tami y la desnuda...

TORO: ¿Sigo por aquí o me prefieres arriba?
TAMI: Sube, quiero mirarte a los ojos...
TORO: (Se baja su ropa interior y busca la boca de Tamara, besándola apasionadamente) Hagamos el amor, Tami, ya no puedo aguantar más, por favor...
TAMI: Hazme el amor como nunca antes...
TORO: (Completamente excitado y erguido) Pídemelo otra vez, por favor (La besa muy cachondo) Pídeme que te posea y te haga vibrar, me encanta escucharte excitada, con ganas...
TAMI: Vuélveme loca, amor...
TORO: (La penetra) Si, hermosa, volvámonos locos juntos... (Se movía con un poco de rudeza, cosa que resultaba altamente placentera. Los gemidos de Tamara, lo enceguecían)

Los sonidos eran amortiguados por los besos de Sergio, que la devoraban en cada contacto. Ella lo abrazó fuerte para sentirlo aún más...
Moviéndose como si estuviera poseído por sus bajos instintos, el Toro entraba en su novia con urgencia casi desesperada. Habían pasado algunos días sin poder tenerla así, a su merced, rendida a él, que la lujuria lo sobrepasaba: Tamara lo activada de una manera que, a veces, se le iba de control.
Tami quiso asumir el control del acto, asi que lo detuvo y lo hizo recostarse en la cama, mientras se le montaba encima y empezaba a cabalgar sobre el miembro erguido de su novio...
Sergio la agarró de la cintura y se incorporó para poder besarla en la boca y en el cuerpo,
intensificando siempre las penetraciones: estaba desquiciado, necesitaba llegar a la cima junto con ella, que lo necesitaba más que nunca. Lo sucedido con Tincho la había dejado mal, ahora sólo quería pensar en su novio y en ella y disfrutar juntos de una noche de amor. Se besaban con desesperación, con ansias contenidas, tanto tiempo sin tener esa intimidad los había vuelto salvajes...

TORO: ¡Dios, Tami, me estás matando, no pares, sigue así!

Tamara no dijo nada, sólo siguió moviéndose, llevándolos a ambos a un clímax espectacular...

TORO: (Ayudando a Tami a acomodarse a su lado, aún agitado) Eso que me hiciste, fue fabuloso, amor... (Se puso encima de ella para poder besarla) Te amo
TAMI: Y yo (Lo besa con angustia y desesperación)
TORO: (Tami se había aferrado a él con fuerza y pudo sentir que lloraba) ¡Ey, amor! ¿Qué tienes, Torita, qué te pasa? (Le daba besitos en la cabeza)
TAMI: Te amo
TORO: Yo te amo también, pero ¿lloras por eso? Estás angustiada, Tamara, ¿qué sucede?
TAMI: No me preguntes nada, sólo abrázame fuerte...
TORO: Claro, cielo... (Se queda muy preocupado, jamás la había visto así. La abrazó como nunca)

En casa de Alex, él y Dani estaban acostados en la cama que había en el "cuarto privado, exclusivo e impenetrable". Seguían desnudos y se acariciaban, jugaban y tonteaban como un par de adolescentes, conversando sobre lugares del mundo que quisieran recorrer...

ALEX: A mí me gustaría conocer Grecia, pero el lugar más hermoso del mundo es cualquiera donde estés tú, Dani...
DANI: ¿Por qué eres tan hermoso? (Le da un beso y suena el celular de Ale) Amor, tu teléfono…
ALEX: ¿Lo puedo ignorar?
DANI: No, puede ser tu hermana, así que atiende (Besote)
ALEX: ¡Bajo protesta! (Coge el celular) ¿Bueno?

La voz del otro lado del teléfono, dejó a Alex atónito…


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