domingo, 30 de junio de 2013

Capítulo 250

No hacía muchos días atrás, la ex novia de Jadel, lo vio junto a Ari en una disco y se quedó molesta. Macarena era una mujer y Ari, una niña, no podía ser que esa muchachita estuviera con Nano. Maca era algunos años mayor que él y habían terminado porque ella le exigía cosas que Jadel no podía darle y la verdad que nunca pensaba en el muchacho, pero verlo de nuevo, más hombre y tan feliz, hizo que Maca lo quisiera de vuelta. A través de ciertos conocidos que tenían en común, la mujer pudo averiguar que Nano trabajaba en Frama y vivía en el antiguo departamento de su hermana y como en la empresa no se podía
hacer lo que ella pretendía, fue a buscarlo a su residencia. Para su sorpresa, al llamar por el portero eléctrico, la voz de una mujer le respondió.

ARI: ¿Hola? ¿Quién es?
MACARENA: ¿Está Jadel?
ARI: Si, ¿quién lo busca?
MACARENA: Una amiga, necesito hablar con él, ¿me puedes abrir?
ARI: Aguarda... ¡Jadel! Te buscan, mi amor...
JADEL: (Desde la cocina) ¿Quién?
ARI: Una amiga tuya
JADEL: Hazla pasar...
ARI: (Por el speaker) Ahí te abro... (Toca el timbre que habilita el portón) ¿Ya?
MACARENA: Si, gracias... (Abre el portón y sube)
JADEL: (Cuando golpean la puerta, atiende) ¿Tú?
MACARENA: Hola, bebé...
JADEL: No me digas así y mejor vete...
ARI: ¿Bebé? Jadel, ¿qué pasa aquí? ¿Quién es ella?
MACARENA: Sólo quería verte, ya se que estás con ella y no me voy a meter, pero quiero hablar contigo, unos minutos y si después de escucharme, no me quieres ni como amiga, no te busco más...
ARI: ¿Me explican qué pasa? ¿Quién eres?
JADEL: Es Macarena, Ari
ARI: ¿Macarena? ¿Tu ex novia?
MACARENA: Si...
ARI: ¡Hablen, pues! (Se va a la cocina)
JADEL: No tengo nada que hablar contigo, Macarena
MACARENA: Déjame hablar...
JADEL: Que sea rápido...
MACARENA: Vine a pedirte perdón, por cómo te traté. Te pedí más de lo que podías darme y ese fue mi error...
JADEL: Tu error fue pretender que fuera algo no soy, Macarena y nunca lo voy a ser y las personas como tú, no me agradan. Lamento que te des cuenta ahora, pero yo quería que fueras mi compañera y tú preferiste ser cualquier cosa, menos eso.
MACARENA: Lo se y me arrepiento, se que no te voy a recuperar, pero quisiera que fuéramos amigos, eres muy importante en mi vida, vuelve a ella, aunque sólo sea como amigo...
JADEL: (Niega) No me pidas eso, no puedo dártelo.
MACARENA: ¿Por qué? Aparte de pareja, éramos buenos amigos...
JADEL: Nunca fuimos amigos, por Dios... Teníamos buena cama, pero nada más. No me amabas a mí, sino a lo que creías que podría llegar a ser...
MACARENA: Eso no es cierto y lo sabes, sabes que lo éramos, que antes de ser pareja, fuimos amigos...
JADEL: Igual, aquí la cuestión es otra. No puedo, ni quiero ser tu amigo, Maca, discúlpame...
MACARENA: Dime el por qué...
JADEL: Por mi novia. Se que ella no me va a decir nada y que va a poner su mejor cara, pero no voy a obligarla a pasar por algo así. Mi prioridad es ella.
MACARENA: Es una lástima... Entonces, al menos, déjame despedirme (Sin darle tiempo a Jadel de reaccionar, se abalanza sobre él y lo besa)
ARI: (La saca de encima de Nano) ¡¡Sal de aquí, vieja loca!!
JADEL: (Se pone de pie) ¡Lárgate, Macarena!
MACARENA: Aún me deseas, bebé, lo se y tarde o temprano, vas a volver a ser mío (Mira a Ari, sonriendo) Adiós, niñita... (Se va)
ARI: (Se asoma a la puerta) ¿Las arrugas te atrofiaron el cerebro, anciana?
MACARENA: Las arrugas todavía atraen a tu novio, niña, pronto volverá a mí...
ARI: (Se echa a reír) No seas ridícula, Jadel no siente nada por ti y no porque me ame a mí, que lo hace. (Se acerca a ella, mirándola a los ojos) Tú solita te encargaste de matar el amor que Nano te tuvo y lo sabes, por eso haces esto, para sembrar dudas entre él y yo, porque no tienes otras armas y crees que si se pelea conmigo, puede que te busque para "sacarse las ganas", pero pierdes tú tiempo. Jadel no volvería contigo nunca, ni siquiera si terminara nuestra relación y, ¿sabes por qué? Porque tiene dignidad y se respeta. Cosa que tú, evidentemente, no haces. Vienes aquí, a nuestro departamento, a decir un montón de mentiras, para besarlo sorpresivamente y no te funciona. Jadel es mucho hombre para ti y yo soy mucha rival para una mujercita ligera como tú. Niñita y todo, no me llegas ni a los talones, mustia. Deja de andar dando lástima y no regreses por aquí, que nadie te extraña
JADEL: (Sale y abraza a Ari) Nadie, Macarena, ya la oíste. Vete de una vez y no vuelvas. Mi mujer y yo estamos muy felices, así que no estés queriendo fregarnos, porque no vas a conseguir nada, excepto, que termine por odiarte
MACARENA: Eso lo veremos (Se fue, furiosa)
ARI: (Mira a Jadel) ¿Con eso salías, Nano? (Se mete al departamento)
JADEL: (Se mete con ella) No te había conocido a ti, Ojitos...
ARI: Ajá... (Va a la cocina)
JADEL: (Va con ella) ¿Estás enojada conmigo?
ARI: Contigo, no, con la situación. ¿No creerás que fue agradable o si?
JADEL: Se que no lo fue y te pido disculpas por ello (La besa) ¿Sabes que te amo más que a nada en el mundo? (La vuelve a besar)
ARI: Lo se, Nano y yo te amo del mismo modo, pero no estoy de humor ahora... (Se aparta y se va al cuarto. Comienza a prepararse para bañarse)
JADEL: (Va con ella) No quiero hacer nada, mi amor, sólo besarte, mimarte...
ARI: No estoy de humor para nada, Jadel... (Se mete a bañar)
JADEL: Como quieras, pero para que sepas, que yo no tengo nada que ver con lo que pasó... (Sale del baño)
ARI: ¡Yo tampoco!
JADEL: ¿Entonces por qué me castigas?
ARI: Nadie te castiga, solamente dije que no estoy de humor para apapachos. Nomás quiero desgreñar a la vieja esa
JADEL: Si me estás castigando y ella está consiguiendo lo que quiere...
ARI: Estás muy equivocado. Si estuviera castigándote, me habría largado a mi casa, pero aquí estoy, ¿no?
JADEL: Es lo mismo, no me dejas estar contigo, pero has lo que quieras, a mí también se me quitaron las ganas de todo... Me voy a bañar al otro cuarto... (Coge sus cosas)
ARI: (Va al otro cuarto) Supongo que si aparece mi ex y me dice todo lo que esa tipa te dijo y, además, me besa, tú estarías de muy buen humor, ¿no? ¿Sabes qué, Jadel? Ve y búscala, se ve que a esa tipa no le importa nada, pero a mí si, a mí me importas y por eso me pongo como lo hago. Se llama AMOR, idiota... (Se viste y se va)
JADEL: (Sale corriendo tras ella) No, no te vayas, perdón, soy un idiota, pero es que para mí es una tortura tenerte tan cerca y no poderte tocar, perdóname, no te vayas...
ARI: Vuelve al departamento. Nos va a hacer bien estar un poco separados. Así tú dejas de ser un idiota y yo también. (Le da un beso) Te amo, Nano, hasta mañana... (Para un taxi y sube, saliendo de allí)
JADEL: No, Ari, a mí no me hace bien estar lejos de ti... (Le da una patada a la pared) Eres un imbécil, Jadel (Entra al departamento)

En casa de Alex, los niños ya estaban acostados en sus camas y Dani terminaba de arreglar unas cosas. Josefina dormía y Alberto se había ido a su casa. Alejandro, por su parte, estaba en su baño, intentando ponerse una crema en su quemadura por el café.

ALEX: (Estaba muy cerca de su generalito) Ay, muchachito, casi te incineras...
DANI: ¿Con quién hablas, amor?
ALEX: Con el caballerito que casi se quema... (Le muestra la herida, en la parte baja del vientre, sobre su entrepierna) No sabía que un café podría hacer tanto daño...
DANI: Te quemaste feo, amor, ¿te ayudo a ponerte la crema o puedes solo?
ALEX: Te pediría ayuda, aunque pueda solo, pero si me tocas por aquí, todo se va a ir para arriba y ya sabes que no podemos...
DANI: Manos quietas pues, voy a ver si los niños duermen y después, por un vaso de zumo a la cocina, ¿quieres algo?
ALEX: (La jala con él y la besa) A ti, mamacita
DANI: Y yo a ti, pero no podemos, así que mejor me voy ya y evitamos tentaciones (Lo besa y sale)
ALEX: (Se mira sus partes) ¿La extrañas, general? (Suspira) Yo también...
ARI: (Entra y ve a Dani) Hola, tía...
DANI: Hola, muñeca, ¿qué pasó? ¿Qué haces aquí?
ARI: Pasó que la ex novia de tu hermano, nos hizo una visita. No consiguió nada, pero Jadel no entiende que todo eso, fue pésimo para mí y se enoja
DANI: Dale tiempo, es hombre y a ellos les cuesta un poco más entender las cosas (La abraza y le da un beso en la cabeza) ¿Me acompañas a la cocina y me cuentas como pasó todo? Te va a venir bien desahogarte...
ARI: Vamos... ¿Y mi tío?
DANI: Arriba, curándose la quemadura (Ari se alarma) No te preocupes, se quemó con el café, pero está todo controlado (Sonríe)
ARI: Jajajaja, ¡es torpe! Jajajaja, ¿cómo fue que se quemó con el café?
DANI: Estaba hablando con mi papá, escuchó algo que lo sorprendió y escupió el café...
ARI: (Se agarra la panza de la risa) Jajajaja, NO ES DE DIOS, jajajaja, ¿cómo me perdí eso? JAJAJAJA... ¿Qué fue lo que supo?
DANI: Te lo cuento, pero no se lo puedes decir a J, ¿me lo prometes?
ARI: Soy una tumba...
DANI: Mi papá y mi Nana, andan...
ARI: (Escupió el zumo que tenía en la boca) ¡¡¿Qué?!!
DANI: Eso mismo hizo tu tío, jajajaja
ARI: ¡Menos mal que no es café! (Se limpia un poco) ¿Andan? ¿Y desde cuándo?
DANI: Desde hace dos años, pero nadie lo sabe y nadie debe enterarse todavía...
ARI: Por mí nadie lo va a saber... ¿Dos años? Mira a mi suegrito, ¡qué guardadito se lo tenía!
DANI: Jajajaja, pues si....
ARI: (Tocan el timbre) ¡Yo voy! (Iba riéndose) ¿Quién es?
JADEL: Soy yo, Ari...

Capítulo 249

Alejandro no quería decir algo que no le correspondía y por eso intentaba salir de allí, pero su esposa no lo dejaba...

DANI: Mentirme...
ALEX: No te miento, me quemé con el café...
DANI: ¿Por qué me mientes? ¿Para que no me entere que mi papá y mi nana, llevan dos años juntos?
ALEX: (Hace un gesto de resignación y vuelve con ella) Lo se desde hace veinte minutos, amor y tu papá quería decírtelo él...
DANI: No hace falta, ya lo se...
ALEX: (La besa) ¡Me alegro que todo se haya aclarado! ¿Me dejas ir a desquemarme?
DANI: No, tú te quedas aquí conmigo... (Se gira a su papá y a Josefina) ¿Entonces? ¿Me lo cuentan?
ALBERTO: No hay mucho qué decir, Dani. Después de tantos años de conocernos y de estar juntos por cuidarlos a ti y a tus hermanos, nos enamoramos, hija.
JOSEFINA: Luchamos con todas nuestras fuerzas para que no pase, pero pasó, mi niña, no me odies, por favor...
DANI: Nana, lo se desde hace dos años y que yo sepa, hasta hoy no, te he odiado. Tienen derecho a rehacer sus vidas y me alegra que sea contigo, Nana…
JOSEFINA: ¿En serio, pequeña? ¿Me das tu bendición?
DANI: Por supuesto (La abraza) Y te adelanto que Román también lo sabe...
ALBERTO. ¿Cómo es que lo sabe? ¿Y tus hermanos?
DANI: Papá, se les nota (Sonríe) Y no, mis hermanos no lo saben, son un poco cortos para darse cuenta...
ALBERTO: Me sorprendes, princesa
DANI: ¿Por qué, papá?
ALBERTO: Porque sabiendo lo que pasaba, preferiste callar, esperar a que te lo contemos y siempre has sido muy impaciente... (Ve que Alex se tocaba y hacía gestos de dolor) ¿Qué te pasa, hijo?
ALEX: ¡Qué me quemé!
DANI: Papá, mira para otro lado (Le da un besote a Alex y luego le habla bajo) Te necesito aquí...
ALEX: Y aquí me quedo...
DANI: Gracias.... (Mira a su papá) Lo que pasa, papá, es que sabía que hasta que no estuvieran preparados, no podría forzarlos y menos a Nana...
JOSEFINA: Gracias, mi niña, no sabes lo aliviada que me siento.
DANI: No tienes por qué darme las gracias Nana. Cuando murió mi mamá, tú nos ayudaste y nos quisiste como a tus hijos (La abraza) Te quiero, Nana y espero que mi papá te haga muy feliz...
JOSEFINA: Lo hace, Dani, claro que lo hace...
ALBERTO: Pero más felices nos haces tú, hija...
DANI: ¿Yo por qué? ¿Por aceptar que sean felices? Si ustedes están felices, yo estoy feliz...
ALBERTO: Hija, tú eres mamá y sabes lo que significa que tus hijos aprueben a tu compañero.
JOSEFINA: Entiendes perfectamente lo que es para nosotros que nos des tu bendición...
DANI: Lo entiendo, pero les tengo que dar una mala noticia y la verdad, espero equivocarme...
ALBERTO: ¿Cuál?
DANI: Nau, papá, sabes cómo es. No lo va a aceptar tan fácil. Por J, no hay problema, pero Nauzet se gasta tu genio...
ALEX: Nau anda feliz con Gise, amor, seguramente lo comprenda...
ALBERTO: Y si no lo comprende, ya le encontraremos la vuelta. Tú no te preocupes por eso, hija
DANI: Espero que tengas razón, amor (Besa a Alex) Entonces, ¿celebramos o no?
ALEX: ¡No se vale! Yo no puedo comer nada, tomar nada, ni hacer nada... ¡Jum! (Cruza los brazos y frunce el ceño)
JOSEFINA: (Echa una carcajada) Iguales, padre e hijo, ¡IGUALES!
DANI: Si puedes beber algo, mi amor y es lo mismo que puedo beber yo, un zumo de naranja (Le da un besote) ¿Vamos a buscar para brindar?
ALBERTO: Deja al niño grande, yo te acompaño, princesa...
DANI: Vale (Sonríe, besa a Alex y se va con su papá)
JOSEFINA: Quita ese puchero, Alejandro, jajajaja... Gabriel es igual a ti, físicamente, digo...
ALEX: (Sonríe) Es un galán... ¿Sabías que cuando supo que Dani era mi novia, me la quitó?
JOSEFINA: ¿Cómo que te la quitó?
ALEX: Como lo oyes. Le dijo a Daniela que me dejara y fuera su novia...
JOSEFINA: Definitivamente, igual a ti, jajajaja
DANI: (En la cocina) Tienes otra cara, pa...
ALBERTO: Es que era un peso muy grande, hija, llevo mucho tiempo queriendo contarte esto
DANI: Lo se, te conozco, igual que la conozco a ella y sabía que algún día me lo iban a contar (Le da un beso y coge la bandeja) ¿Vamos?
ALBERTO: (Le quita la bandeja) Yo la llevo...
DANI: Ok, vamos...
JOSEFINA: ¿Ella le dijo que si?
ALEX: (Asiente) Igual, el gusto le duró poco, porque en cuanto confesó que no sabía jugar a la play, Gabriel la terminó con ella y no tuvo más remedio que volver conmigo, jajajaja
JOSEFINA: ¡Qué niño!
DANI: Peor que el padre, jajajaja (Besa a Alex) Nunca te dejé (Lo vuelve a Besar) ¿Brindamos?
ALEX: Si que me dejaste, por el Gran Gabo, jajajaja... Brindemos, pues...

Poco después de irse de casa de Tincho, Liliana notó que se había dejado el celular, así que volvió a buscarlo. Su amigo la invitó a pasar y como Martina se había dormido, ambos se quedaron conversando en el living. Cuando Tami regresó, se los encontró en plena charla...

TAMI: Ya estoy a... Hola...
LILIANA: Hola, me alegra que hayas venido, te estaba esperando...
MARTÍN: Lili, no, por favor...
TAMI: Aquí estoy...
LILIANA: Lamento que mi manera de ser provocara un problema con tu marido, no era mi intensión. Realmente Martín es como un hermano para mí y no quisiera que esa estupidez generara un conflicto.
TAMI: No genera nada, el problema aquí soy yo, no tú, no te preocupes (Sonríe sinceramente) Me alegra que Martín tenga una buen amiga... Con permiso, me voy a cambiar... (Va a la alcoba matrimonial)
LILIANA: (A su amigo) Ve con ella y arreglen las cosas. ¿Me llamas?
MARTÍN: Si, loquita... (Liliana se va y Tincho busca a Tami) ¿Para qué te cambias? ¿Vas a volver a salir?
TAMI: No, me voy a acostar, estoy cansada...
MARTÍN: (Se quita la ropa, quedando en calzones y se mete a la cama) ¡Ven!
TAMI: Me voy a cambiar (Se mete al baño, se cambia, se lava los dientes y sale, una vez en el cuarto, mira a Martina) ¿No se ha despertado desde que me fui?
MARTÍN: Si, pero tomó un poco de biberón y se volvió a dormir. ¿Por qué te cambiaste en el baño?
TAMI: Porque no quiero que me veas en ropa interior (Se mete a la cama, dándole a espalda a Martín y mirando a Martina dormir) Me siento gorda, me veo gorda y me da vergüenza, eso es todo...
MARTÍN: (La abraza con ternura) ¿No puedes mirarte un poco a través de mis ojos?
TAMI: Lo intento, pero no puedo...
MARTÍN: Amor, gira y mírame
TAMI: Quiero dormir, Martín...
MARTÍN: Yo quiero que hablemos un poco, luego duermes
TAMI: (Se seca las lágrimas y lo mira) Dime...
MARTÍN: Comprendo que te sientas así, no soy tonto, pero entiende una cosa: tus dudas, no son las mías. A mí no me importa cómo te ves, porque siempre te veo hermosa, eres la mujer más bella que he visto. Lo único que me resulta indispensable para vivir, está aquí, en esa cuna y en esta cama. Mis hijos y tú, mi Mocosa. Nunca te voy a engañar, no hay otras mujeres que puedan provocarme lo que mi esposa me provoca y no vas a librarte de mí. Te amo más que a mi vida, así que hagas lo que hagas, nunca te olvides de eso...
TAMI: Yo no tengo dudas, pero (Mira hacia la cuna) Me matan los celos, no lo puedo evitar... (Lo mira) Estuve pensando en todo y me voy cuenta de que no te hago feliz, me enojo por cualquier cosa, te lo cuestiono todo, así que... (Vuelve a mirar la cuna) Te dejo libre, Martín, libre para que seas realmente feliz, a tus hijos los vas a seguir viendo, pero...
MARTÍN: (La gira y la besa) Pero nada. Aún en los momentos más difíciles, me haces inmensamente feliz, amor. Tami, cuando volví y estaba perdido, sin saber quién era yo o quién eras tú, ¿me dejaste ir? No, luchaste por nosotros, por nuestro amor, por esta familia y me ayudaste a recuperarme. Soportaste todo como una leona y lo hiciste porque me amas, ¿verdad? Pues es la misma cosa ahora y te amo, no puedo, ni quiero ser feliz en otros brazos que no sean los tuyos.
TAMI: Siempre estamos peleando o enojados, no es justo para ti...
MARTÍN: No me importa si es justo o no, sólo me importa estar contigo. ¿No entiendes que te amo?
TAMI: Lo siento... (Lo abraza) Perdóname...
MARTÍN: Perdóname tú a mí, tengo que tener más paciencia contigo... Acomódate en mis brazos y duerme tranquila, mi amor...
TAMI: Antes tengo que decirte algo. No trago a tu amiguita, lo siento, a lo mejor cuando ya no esté embarazada me cae mejor, pero ahora, no la puedo ni ver, lo lamento...
MARTÍN: No hay problema, no la veo hasta que sea de tu agrado.
TAMI: Puedes seguir viéndola, pero no en mi presencia
MARTÍN: Nada, nada, ni loco, serán puras charlas telefónicas. Igual, no creo que se quede mucho, Liliana no dura en un mismo lugar. Mi cielo, eres mi prioridad, lo más importante de mi vida y no voy a hacer nada sabiendo que te molesta
TAMI: No quiero que me complazcas en todo, ni que hagas las cosas por mí...
MARTÍN: No las hago por ti, las hago por mí y si te complazco es porque me nace del corazón hacerlo, Mocosa...
TAMI: Te amo...
MARTÍN: Y yo a ti... (Se dan un beso magnífico) Mmmmmmmm... Me dejas sin aliento...
TAMI: Hazme el amor, por favor...
MARTÍN: (La llena de caricias y besos) Hagamos el amor los dos, hermosa...
TAMI: Pero aquí no, vamos a la sala...
MARTÍN: (Se levanta y la carga) Vamos a donde tú lo desees, Mocosa...


sábado, 29 de junio de 2013

Capítulo 248

Tami sintió que el estómago se le anudaba cuando escuchó a Lili decir aquello…

TAMI: ¿”Mamá”? Lo que faltaba (Sale de la cocina con el café y sonriendo) Aquí está el café...
MARTÍN: Gracias, Tamara...
MARGARITA: (Saluda a Tami) Me dice así porque es una loquita...
TAMI: ¿Así cómo?
MARGARITA: "Mamá"... (Le habla bajito) Te vi el gesto cuando me llamó de ese modo, debes esconderte mejor...
TAMI: Ah... (Deja la bandeja con el café en la mesa) ¿Martina ya comió?
MARGARITA: No, se despertó cuando veníamos, Tami...
MARTÍN: (Toma a la niña) Entonces, venga con su papá y vamos a que desayune, mi princesita...
TAMI: Yo le doy de comer (Coge a la niña) Atiende a tu invitada, no tardamos, con permiso...
MARTÍN: ¡Cómo quieras!
LILIANA: Mmm... Creo que mejor me voy a comprar unas cosas que necesito. Más tarde te llamo, Tincho...
MARTÍN: Pero, quédate, tenemos mucho que hablar...
LILIANA: Y lo haremos, pero no es momento, ni lugar...
MARGARITA: Pienso lo mismo y también me voy, tengo cosas que hacer. Saluda a Tami y a mi nieta, corazón...
LILIANA: Lo mismo te digo, amigote. (Lo saluda) Hasta la próxima... (Se va junto a Margarita)
MARTÍN: (Se sienta en el sillón y sorbe el café) ¡Dios!
TAMI: (Hablando con su hija mientras le daba el pecho) ¿Cómo te lo has pasado con abuela? Muy bien, ¿verdad? (La niña sonríe) Claro que si (Le sonríe a su hija) A mí no me fue bien, el médico me dijo que estaba gorda, que no comiera tanto y después llega la "amiga" de tu papá, ¡qué suerte tengo!
MARTÍN: No la escuches, hija, mamá tiene toda la suerte del mundo, pero es necia y se olvida de lo bueno muy rápido... (Había ido al cuarto a buscar su celular. Lo agarró y salió)
TAMI: No me olvido de nada... ¿A dónde vas?
MARTÍN: A la sala y si te olvidas, cuando pasa algo que no es de tu agrado, te metes en lo malo y nadie te saca de ahí. Acabamos de hacer el amor como nunca, Tamara y bastó que apareciera Lili para que en dos segundos, tu gesto cambiara y todo se fuera al demonio
TAMI: Es agradable, después que el médico te diga que estás gorda, que aparezca una mujer guapa y con un cuerpazo y te de un pico en la boca, súper agradable...
MARTÍN: ¿Ves? Sólo piensas en lo malo, ¡ni que el pico se lo hubiera dado yo, carajo!
TAMI: Yo no vi que la apartaras... Mira, Martín, déjame en paz
MARTÍN: ¿Apartarla de dónde? Fue un micro segundo y ¿sabes qué? Te voy a dejar en paz, cuando te des cuenta que estás actuando mal conmigo, me buscas, Tamara... (Besa a la niña y se va, enojadísimo)
TAMI: Yo soy siempre la que lo hace todo mal, pero si hubiera sido al revés, ¿cómo te habrías sentido?
MARTÍN: (Se vuelve) ¿Te lo tengo que recordar? Te vi besando a Sergio, Tamara y fue mucho más que un maldito pico y para entonces, tú y yo estábamos bastante mal, ¿no lo recuerdas? Ahora no, ahora estamos bien, con nuestra hija y otro bebé que viene en camino y yo no respondí al pico, ni me di cuenta, Liliana saluda así a todo el mundo. A mi papá, a mi hermano, A TODOS, pero es más fácil enojarse que preguntar. ¿Quieres saberlo? Tuve algo con ella antes de Melina, pero ni ella se enamoró de mí, ni yo de ella, fue una prueba. Éramos amigos, nos sentíamos solos y quisimos ver qué pasaba y el resultado fue nulo. Ni siquiera nos acostamos. ¡Ahí tienes! Ahora puedes enojarte más, ¿contenta?
TAMI: No...
MARTÍN: Yo tampoco, ¡te felicito! Eso logras por desconfiar de mí. A esta altura, deberías creer ciegamente en mi amor por ti, como yo lo creo. Pero se ve que no puedes estar bien por dos segundos, porque buscas la manera de arruinarte la existencia
TAMI: Yo no desconfío de ti, aunque lo creas por mi comportamiento. Me matan los celos, ¿qué hago? Estoy gorda y viene una tipa con un cuerpazo, le da un beso a mi esposo y yo me tengo comportar bien, pues no, no me da la gana y con respecto a mi beso con Sergio ¿qué hiciste en ese momento? Mandarme al diablo (Dejó a Martina en la cuna) Cuida de ella, no me tardo (Cogió su bolso y salió a la calle. Necesitaba aire, pensar en las cosas, en sus sentimientos, en su comportamiento)
MARTÍN: (La llamó al celular) Contesta...
TAMI: (Sacó el teléfono del bolso) Ahora no, amor... (Rechazó la llamada y siguió caminando)
MARTÍN: (Revoleó el celular del coraje) Así no puedes seguir, Tamara, ni tú, ni yo podemos continuar de esta manera...

Alberto llegó a casa de su hija y se encontró con Josefina, terminando de preparar el pastel para los niños.

ALBERTO: ¿Te tienen ocupada, no?
JOSEFINA: Si, pero yo encantada, ya lo sabes... (Sonríe)
ALBERTO: ¿Cómo está Román?
JOSEFINA: Muy bien, parece ser que se consiguió una novia, ¿te lo puedes creer?
ALBERTO: ¡Ya era hora! (Ríen los dos) ¿Y cómo te estás sintiendo aquí?
JOSEFINA: Muy bien, todos me tratan muy bien, sobre todo los niños…
ALBERTO: Ese par se encariña con facilidad. Son niños felices y eso se nota... (Le toma la mano)
JOSEFINA: ¿Que pasa, Beto?
ALBERTO: Pasa que ya somos adultos y deberíamos sincerarnos con mis hijos y con el tuyo, ¿no crees?
JOSEFINA: Beto, ya hemos hablado de esto, no lo van a entender...
ALBERTO: Si lo van a hacer, Fina. Ya están grandes, todos tienen pareja y Román está a punto de tenerla. Ellos están haciendo su vida, nos toca intentar rehacer la nuestra...
JOSEFINA: Tengo miedo de la reacción de los chicos...
ALBERTO: Puede que se sorprendan, pero lo van a comprender.
ALEX: (Había bajado porque Dani y los niños se habían dormido y estaban todos apretados. Los escuchó) Creo lo mismo que mi suegro, pero si dejan pasar más tiempo, va a ser peor...
JOSEFINA: Alejandro...
ALEX: No se preocupen, no voy a decir nada, los que tienen que hablar, son ustedes dos...
ALBERTO: Gracias, hijo...
ALEX: No hay por qué darlas... (Escucha a Dani llamarlo) ¡Estoy abajo, Cosita! Llegó tu papá. Suegro, vamos a la sala, ¿no?
ALBERTO: Si (Mira a Josefina) Piénsalo, Fina, no quiero esconderme más (Le da un beso y se va con Alex a la sala)
ALEX: (Se sientan en el sofá) Ahhhh, estaba harto de la cama...
DANI: ¿Seguro? Y yo que aseguraba que te encantaba la cama (Sonríe) Hola, papá (Saluda a Alberto y se sienta junto a su esposo)
ALEX: Me encanta la cama cuando hago cosas interesantes, amor, pero recién estaba con el pie de Gabo en mi boca, jajajaja...
ALBERTO: Hola, princesa...
DANI: ¿Qué te pasa, pa? Te noto raro...
ALBERTO: Estoy bien, muñequita, lo que sucede es que llevo varias noches durmiendo un poco mal.
DANI: ¿Por qué? ¿No te sientes bien?
ALBERTO: No es eso, Dani. La casa sin ustedes se siente tan sola, tan vacía. Ya mis tres hijos se fueron del nido y me está costando un poco manejar la soledad
DANI: ¿Te quieres venir a vivir aquí? Podemos alquilar tu casa y que vivas con nosotros, así puedes ayudar a Nana con los niños...
ALEX: ¡Es buena idea, suegro! Es más, podemos hacer un departamento en el jardín, junto a la barda que da a la calle, ¿no, amor?
DANI: Si... ¿Quieres, papá?
ALBERTO: (Entra Josefina y él la mira) No creo que sea bueno, Dani...
DANI: ¿Por qué?
ALBERTO: Porque esta es tu casa, tu familia, hija...
ALEX: También es su familia, Don Alberto, por eso no se haga problema. Además, los pequeños estarían felices de tenerlo aquí
DANI: Y vas a poder estar cerca de Nana...
JOSEFINA: (Se le cae la bandeja que tenía en la mano) Lo siento...
DANI: No pasa nada, Nana... (Empieza a recoger las cosas del suelo y la mira) No pasa nada... (Sonríe)
JOSEFINA: (Estaba nerviosa) Si pasa, mi niña, soy muy torpe...
ALEX: ¡No pasa nada de nada, Nana, ¿a quién no se le ha caído algo, no, suegro?
DANI: Nana, tranquila...
ALEX: (Se levanta y las ayuda) ¿Te quemaste, Nana?
JOSEFINA: Si, con el café
ALEX: Ven, vamos a curarte esa mano
DANI: Yo la acompaño, quédate con mi papá, que parece que le dio un espasmo, porque no reacciona jajajaja... (Se va con Josefina)
ALEX: Suegro... ¡Suegro!
ALBERTO: ¿Qué?
ALEX: ¿Qué de qué?
ALBERTO: ¿Cómo lo sabía?
ALEX: ¿Cómo sabía qué, quién?
ALBERTO: Dani, lo de Fina...
ALEX: ¿Dani lo sabe?
ALBERTO: ¿No la escuchaste?
ALEX: No
ALBERTO: ¿Dónde estabas, Alejandro?
ALEX: (Había estado mirando lascivamente a su esposa) Ehhhh... Mejor no le digo porque me la da…
ALBERTO: ¿Tú no cambias, no? (Alex iba a responder, pero no lo dejó) No, no respondas, no hace falta. Dani lo sabe y no se cómo...
ALEX: Daniela es muy perceptiva, suegro, se debe haber dado cuenta... ¿Hace cuánto que andan?
ALBERTO: Dos años
ALEX: (Escupió el café, tirándoselo encima) ¿Dos años?
ALBERTO: Ajá y no puedo más, se lo quiero contar a los chicos, pero Fina no me deja...
ALEX: (Tosía, se había ahogado) Ajá... (Lo mira) ¿DOS AÑOS?
DANI: ¿Dos años, qué?
ALEX: (Volvió a ahogarse y a escupir el café) ¡Dios!
DANI: ¿Que te pasa, amor?
ALEX: Ehhhhhhhhhh...
DANI: Eh, ¿qué?
ALEX: ¡Me quemé! ¡Eso! ¡Me quemé! (Se para) Me voy a... ¡Desquemar! (Se retira lo más rápido que puede)
DANI: Alejandro Federico Zavala Torres, vuelve aquí inmediatamente...
ALEX: (Gira) ¿Y ahora qué hice?


Capítulo 247

Martín y Tami habían ido al médico y todo estaba bien. El embarazo iba viento en popa, aunque Tamara estaba comiendo un poco más de lo normal y su obstetra le recomendó que no lo hiciera. Esto la había puesto un poco triste.

MARTÍN: Mocosa, no estás gorda, lo único que te dijo el doctor, fue que te midieras con las comidas, nada más...
TAMI: Me dijo que estaba gorda, con sutileza...
MARTÍN: No, te dijo que tuvieras cuidado con las comidas para que no ganaras más peso que el que debes tener en el embarazo. (La agarra de la cintura y le toca las pompas) Además, hermosa, a mí me encantas así, estás para comerte enterita...
TAMI: Si, porque parezco una vaca...
MARTÍN: ¡Claro que no! Estás preciosa y te amo y te deseo así... (La besa) No sabes las ganas que tengo de tenerte toda para mí
TAMI: Estoy hecha una vaca, mírame, tengo más culo que un rinoceronte y más barriga que un oso panda... (Se aparta de él)
MARTÍN: Yo no veo nada de eso... (La vuelve a agarrar y le besa) Mis ojos me dicen que eres hermosa y sexy y yo les creo
TAMI: Soy un saco de grasa... No quiero que me toques... (Se apartó de él) No me siento cómoda (Se fue a su cuarto)
MARTÍN: (Golpeó) Amor, ¿me dejas entrar?
TAMI: No...
MARTÍN: ¿Por qué no? Mocosa, quiero estar contigo, aunque no me dejes tocarte...
TAMI: Quiero estar sola...
MARTÍN: Pero yo no
TAMI: Pues, vete y búscate una flaca, que te de lo que quieres...
MARTÍN: Yo te quiero a ti, a ninguna otra
TAMI: No te creo...
MARTÍN: Déjame probarte que digo la verdad
TAMI: No quiero, lo haces por compromiso, porque soy la madre de tus hijos...
MARTÍN: (Abre) ¡Basta de bobadas! (Se acerca a ella y la besa) Lo hago porque te amo, porque me gustas, Tami, ¿no lo entiendes? Me vuelves loco y no cambio ni una partecita de ti, ni de tu cuerpo...
TAMI: ¿Ni aunque parezca un oso panda?
MARTÍN: No pareces un oso panda, Mocosa... (Se acuesta con ella) Eres una mujer hermosa, sensual, seductora de pies a cabeza... (Le toma la mano y la lleva hasta su entrepierna) ¿No ves cómo me pones?
TAMI: (Lo mira) ¿De veras que te gusto así?
MARTÍN: ¿No le sientes, Tami? Me enloqueces así y como sea, haces conmigo, lo que quieres...
TAMI: No me dejes nunca...
MARTÍN: (La ayuda a acomodarse sobre él y la besa mucho) Dejarte no es una alternativa, me moriría sin ti, Mocosa.
TAMI: ¿Me lo aseguras?
MARTÍN: Te lo juro, te lo firmo y te lo prometo: nunca te vas a librar de mí
TAMI: No quiero librarme de ti...
MARTÍN: Entonces, estamos perfectos... (Le abre la camisa y le toca los senos como a ella le gusta) Eres hermosa...
TAMI: Mmmm, no me hagas esto...
MARTÍN: ¿Quieres que deje de tocarte?
TAMI: No se...
MARTÍN: Pues, hasta que te decidas... (Se incorpora y besa donde antes tenía las manos)
TAMI: No sigas... (Gimió de placer) No me siento cómoda con mi cuerpo...
MARTÍN: Siéntete cómoda con el mío...
TAMI: (Jadeaba) No puedo...
MARTÍN: Déjame intentarlo, permíteme ayudarte...
TAMI: No... No quiero (Gime de nuevo)
MARTÍN: (Sube los besos y con las manos, le levanta la falda) Yo creo que si, mi amor, que tu cuerpo quiere, pero tu mente se resiste... (Le mordió suavemente el lóbulo de la oreja) Te amo, Tami, te deseo... (Le apretó las pompas contra su pelvis)
TAMI: Mmmmm, amor, por favor...
MARTÍN: (Continuaba con su plan de provocarla, tocando y besando su puntos débiles) Por favor te pido yo...
TAMI: No puedo, no me tortures así...
MARTÍN: La que me tortura, eres tú, Mocosa, me besas, me tocas, me buscas... (La toma con firmeza de la cintura y vuelve a hacerle sentir su erección) Y ahora me quieres dejar así...
TAMI: Yo no te busco...
MARTÍN: Si lo haces (Beso en la boca) Cuando me sonríes, cuando me abrazas... (Besos varios y baja a los senos, mientras se libera, porque ya estaba adolorido) Eres mucho más hermosa y sexy de lo que piensas y yo te deseo como un loco, mi amor, quiero que seas mía de nuevo, una y otra vez
TAMI: Soy tuya todos los días...
MARTÍN: Y yo tuyo, Mocosa, todo tuyo, ¿me tomas?
TAMI: Tómame tú...
MARTÍN: (La besa y sin dejar de hacerlo, la va bajando y acostándola en la cama) ¿Ya te dije lo mucho que te amo? (Le quitó la falda y las pantys)
TAMI: No...
MARTÍN: (Hablaba mientras terminaba de desnudarla) Muy mal por mí, porque te amo más que a mi vida, preciosa... (Se bajó el pantalón y el calzón, se acomodó y entró en su esposa) Te adoro, mi cielo, estoy más enamorado de ti que nunca antes...
TAMI: ¿Me deseas igual?
MARTÍN: Más, cada día te necesito y te deseo más... (Penetración profunda) Me fascina que me apreses entre tus piernas y me hagas sucumbir a tus instintos...
TAMI: (Ella lo hace) ¿Así?
MARTÍN: Si, mi amor, así... (Comienza a moverse a un ritmo pausado, lento)
TAMI: Te amo, Tincho...
MARTÍN: Te amo, Tamara, más de lo que puedes imaginar, mi amor, tienes mi vida en tus manos...
TAMI: Y tú la mía...
MARTÍN: Entonces, Mocosa, ¿dejo de tocarte?
TAMI: No, nunca...

Martín le hizo el amor intensamente, demostrándole a su esposa, con cada movimiento, lo mucho que la amaba y que la deseaba. Después de un hermoso clímax, se fueron a la sala a tomar un café y a esperar que Margarita llevara a Martina con ellos. Sin embargo, fue otra la visita que llegó.

MARTÍN: (Abriendo la puerta, después de escuchar el timbre) ¿Liliana?
LILIANA: ¡Tincho!! (Se abalanzó sobre él y lo abrazó) Te extrañaba...
MARTÍN: (También la abrazó) ¿Cómo has estado, loquita?
LILIANA: Extrañándote (Le da un pico) Mirta me dijo que vivías aquí y vine a verte...
MARTÍN: ¡Mocosa, ven! (Estaba muy contento y la jaló para que entre) ¡Dios, Lili! Tienes que conocer a mi esposa, te va a encantar... ¡Tami, amor!
TAMI: Aquí estoy, Martín...
MARTÍN: Ven, mi amor, te presento a Liliana Medina. Lili, ella es Tami, mi Mocosa, el amor de mi vida...
TAMI: Hola...
LILIANA: (La saluda con un beso en cada mejilla y mira a Tincho) Me dijiste que era hermosa, pero te quedaste corto, niño... Es un placer conocerte, por fin, Tamara, me han hablado mucho de ti... (Le ve cara de pocos amigos) No me veas así, muñeca, no vengo a robarte el marido...
TAMI: No te miro de ninguna manera, bonita (Sonríe) Los dejo conversar tranquilos, en lo que yo voy a la cocina a hacer una llamada, con permiso (Se despide con una sonrisa) ¡A saber quién es esta! (Coge su celular)
LILIANA: ¿Es siempre tan celosa?
MARTÍN: Más o menos, pero está embarazada y eso la tiene más sensible de lo normal
LILIANA: Te eché tanto de menos... Cuando me dijeron lo del accidente, te lloré mucho, menso...
MARTÍN: Fue todo una locura, pero aquí estoy, Lili, vivito y coleando, feliz con mi mujer, mi hija y el que viene en camino... ¿Y tú? ¿Las cosas mejoraron algo o siguen patas arriba?
LILIANA: Un poco patas arriba, pero pronto se solucionará, no te preocupes... Ya quiero conocer a tu hija, ¿no está aquí?
MARTÍN: No, la tiene mamá, pero en un rato la traen. Voy a buscar un poco de café, ¿quieres?
LILIANA: Si, por favor...
MARTÍN: En seguida regreso... (Va a la cocina y pone a calentar el café. Mira a Tami) ¿Qué pasa? ¿No te responden?
TAMI: No, deben de venir en camino...
MARTÍN: ¿A quién llamaste?
TAMI: A tu madre...
MARTÍN: ¿Qué tienes? Mocosa, Lili es una amiga...
TAMI: Nada, vete con ella, yo les llevo el café...
MARTÍN: Tamara, es mi amiga y una muy especial
TAMI: No te he dicho nada, Martín, sólo te dije que fueras con ella, que yo les llevo el café, eso es todo.
MARTÍN: Te conozco y se que estás molesta y que es por ella. ¿Podrías confiar en mí?
TAMI: Confío en ti, vete y no dejes a la invitada esperando (Sonríe y lo besa) Yo les llevo el café...
MARTÍN: ¡Si, claro! Como si no te conociera... (Se va)
LILIANA: ¿Está muy celosa?
MARTÍN: Lo suficiente como para negarme todo...
LILIANA: No te entiendo...
MARTÍN: Mi mujer es de las que pueden sonreír como reinas y estar esperando el momento para ¡zas! Cortarte el amigo fiel. Me sonrió, me besó y me dijo que estaba todo bien. Eso, en el idioma de mi esposa, significa que estoy condenado a quedarme sin mis cosas masculinas...
LILIANA: Jajajaja, debes de estar exagerando...
MARTÍN: No lo estoy...
LILIANA: Tranquilo, si quieres hablo con ella...
MARTÍN: No, Tamara tiene que confiar en mí, así que no dices nada de lo que ya sabes...
LILIANA: Mi boca está sellada...
MARTÍN: Gracias... (Tocan el timbre) Voy a ver quién es... (Abre y eran Margarita y Martina) ¿Pero quién está aquí? Hola, mi amor... (Coge a su hija) Hola, ma...
MARGARITA: Hola, hijo (Pasa) ¡¡Liliiii!! (Va hasta la muchacha y la abraza) Cuánto me alegra verte...
LILIANA: ¡Lo mismo digo, Marga!
MARTÍN: Lili, conoce a Martina, mi hija...
LILIANA: ¿Puedo cogerla?
MARTÍN: Claro... (Le da a la niña) Cuidado con la cabeza...
LILIANA: Hola, Martina, eres hermosa, ¿lo sabías?
MARGARITA: ¿Dónde está mi nuera?
LILIANA: En la cocina, mamá