Capítulo 189

Tincho lleva a Tami al sillón y la acuesta, posándose sobre ella y besándola, acariciándola por doquier. Se deshace de la ropa de su mujer y cuando se saca su camisa, sonríe...

MARTÍN: ¿Será común que un tipo de 22 años se tatúe el nombre de una niña de quince como regalo de cumpleaños?

TAMI: No, pero me da igual (Sonríe mientras lo besa)

MARTÍN: ¿Cuándo te enteraste de este tatuaje?

TAMI: Hace dos años...

MARTÍN: (La besa) ¿Y cómo?

TAMI: Tú me lo enseñaste...

MARTÍN: (Le desata la bata y acaricia su vientre) ¿Te gusta dónde está o hubieras preferido que me lo hiciera en otro sitio?

TAMI: ¡Me encanta donde está!
MARTÏN: ¡Menos mal! (Lleva sus dedos hasta el sexo de Tami y los mueve, excitándola)

TAMI: ¡Oh, Dios! Te amo... (No paraba de besarla allí)

MARTÍN: (Al sentirla lista, se liberó y se fundió con ella, exhalando los dos, un profundo gemido) Se siente tan bien estar dentro de ti...

TAMI: Mi cuerpo extrañaba demasiado el tuyo (Se movía con él)

MARTÍN: ¿Si, mi amor? Demuéstralo... (La mira, desafiante, provocador)

TAMI: (Lo hizo sentarse y se subió sobre él, a horcajadas, sin hacer que entrara en ella) Te amo (Beso) Te amo (Beso) Te amo con todo mi ser (Le besa el cuello y va bajando por sus hombros, saboreando cada centímetro de la piel de su esposo. Luego lo hizo entrar y empezó a moverse lentamente)

Martín puso sus manos en la cintura de Tami, no para mandar, sino para acompañar. La besó, la deseó y necesitó a cada segundo, como un loco. No comprendía cómo, aún sin recodarla prácticamente, podía necesitarla tanto. Era simple, en realidad, sus memorias pudieron haberse esfumado, pero su amor por ella estaba intacto, intocable...

MARTÍN: Mocosa, te amo (Beso) Eso no se me olvida...

TAMI: No sabes lo que me alegra saberlo (Aumentó los movimientos, disfrutándolos a cada segundo. Había estado poco más de un año sin su esposo, creyéndolo muerto: estas caricias eran lo mejor que le habían pasado, sin contar el nacimiento de su hija, claro)

MARTÍN: (Recorrerla con sus besos, le sabía a poco, quería más de ella) ¿Se puede extrañar lo que no se recuerda? Porque estoy así, contigo y siento como que te he añorado tanto...

TAMI: Toma el control...

MARTÍN: (Disfrutaba plácidamente de los pechos de Tami) No, sigue tú, lo haces demasiado bien... (Besote en la boca y vuelve al torso)

TAMI: Te necesito mucho...

MARTÍN: (La abraza, moviéndose dentro de ella) Aquí me tienes, Tami, siénteme...

TAMI: Te siento... (Aumenta la intensidad de los movimientos, haciéndolos sentir un placer exquisito y haciendo que se vayan acercando al orgasmo)

MARTÍN: (Transpirado, agitado, preso de su euforia, se aferra a su esposa y le lame la sal que ella también emana) Sigue, por Dios, no pares, mi amor...

TAMI: Mírame a los ojos, quiero verte a los ojos cuando lleguemos a lo más alto (Se mueve más rápido y llegan juntos y unidos)

MARTÍN: (Le besaba el cuello, conservando la postura) Eres increíble...

TAMI: Tú me haces ser increíble...

MARTÍN: ¿Soy mago? Jajajaja... No, mi amor, lo eres por naturaleza... Enfrentaste sola el embarazo y te hiciste fuerte por Martina y ahora, me ves y te animas a amarme de nuevo sabiendo que, tal vez, mi cabeza nunca se acomode. Tienes unas agallas que no cualquiera tendría, Tami y me encantas... (La mira) Así que estuve enamorado de ti, toda mi vida... ¡Es lógico!

TAMI: Te amo... (Lo besa) Fui fuerte por ella, porque si no hubiera estado Martina, me hubiera muerto contigo, hubiese hecho cualquier cosa para morir...

MARTÍN: No digas eso, mi amor, nunca lo repitas... (La besa con mucha intensidad y llora) Lo siento, perdóname...

TAMI: No me pidas perdón por algo que no tienes culpa... (Lo besa) No llores...

MARTÍN: No puedo evitarlo, siento tu dolor y se me desgarra todo, Tami... (Se levanta con ella aún encima) Pero volví y volví a ti, preciosa y no vuelvo a dejarte jamás. Eres mía, Mocosa, sólo mía y me voy a pasar la vida haciéndote feliz. (Llegan a la cocina y la acuesta en la mesa, tocándola, buscándola de nuevo) Nos quedó algo pendiente aquí... (La mira, pero calla lo que iba a decir)

TAMI: ¿Qué pasa? ¿Qué te callas?

MARTÍN: (Le habla al oído) No debí subirme a ese helicóptero, lo siento...

TAMI: No me pidas perdón por algo que no estaba en tus manos...

MARTÍN: Te pido perdón por lo que eso provocó en nuestras vidas. No es mi culpa, pero no puedo evitar sentirlo así...

TAMI: Se pide perdón cuando haces algo inapropiado, tú no hiciste tal cosa...

MARTÍN: Te dejé sola...

TAMI: No lo hiciste porque quisieras, sino porque el destino te obligó...

MARTÍN: ¿No me lo reprochaste nunca? (Retoma los sabrosos besos en el cuello)

TAMI: A ti, no...

MARTÍN: (Comienza a bajar sus besos y llega al vientre) Debes haber sido la embarazada más hermosa del mundo

TAMI: Oh, si, lo era, jajajaja

MARTÍN: Quiero hacer el amor de nuevo, ¿quieres?

TAMI: No me lo preguntes y hazme el amor...

Daniela y Alejandro debían pasar por los niños a casa de Carmen y Eduardo, pero al final, fueron estos los que los regresaron al hogar y se quedaron a cenar. La comida fue muy tranquila y Ari y Jadel se sumaron a la mesa. La conversación se centró en Martín casi por completo, pero Alejandro comenzó a hablar de Tatita y de Lucía y ya no pudo parar. Para todos era evidente que se moría de ganas de tener un bebé propio, pero él no lo decía abiertamente. Cuando Ari, Jana y Gabo ya se habían dormido y sus padres y cuñado se habían retirado, Alex subió a su alcoba y se puso a mirar fotos de las niñas que lo traían enamorado...

ALEX: Mira esta, Dani, jajajaja...

DANI: Es hermosa esa foto... (Le sonríe)

ALEX: Aquí están las dos juntas, jajajaja... Son preciosas las condenadas... (Deja las fotos a un lado) ¿Pasa algo, amor?

DANI: No, amor, ¿por qué?

ALEX: Tengo la sensación que algo te sucede... (Se empieza a quitar la ropa) Me voy a dar un baño porque ese renacuajo me hizo transpirar como pollo al horno...

DANI: No tengo nada de nada (Sonríe) Ve a bañarte, que te hace falta (Lo besa y sonríe)

ALEX: ¿Vienes conmigo?

DANI: Siempre...

ALEX: (La mete a la ducha con ropa incluida) Jajajaja, creo que se te mojaron los jeans, jajajaja

DANI: ¡¡Alex!! (Se ríe)

ALEX: ¿Qué, mi amor? (La mira) Ahhh, ya... (Se agacha) Se te mojaron las calcetas...

DANI: (Lo jala adentro con ella y lo mete bajo el agua) Upsss... Te mojaste...

ALEX: Me doy cuenta, jajajaja... (Besito corto) Cada día me pareces más hermosa, Cosita...

DANI: Y yo te amo cada día más (Beso intenso)

ALEX: Mmmm... Esos besos, Dios... (La pone contra la pared) Me vuelves muy loco, amor, salvaje

DANI: ¿Cómo un caballo desbocado? (Sonríe)

ALEX: Mejor que eso, preciosa, como un amante ardiente y sediento de su mujer, ¿me crees?

DANI: No quiero creer, quiero sentirlo...

ALEX: Tócame, sabes que soy sólo tuyo

DANI: (Le acaricia el centro de placer) Mmmmm...Hazme el amor...

ALEX: (Le desprende los jeans con ligereza y se los baja con todo y ropa interior) Hagamos el amor, Cosita, si... (Le saca la blusa y el sujetador, besando allí, apasionadamente) Eres un manjar de pies a cabeza, Dani...

DANI: Mmm, me encantas, amor. Me encantan tus besos, tu boca, tú completo (Le acaricia el torso desnudo mientras se besan)

ALEX: (La gira y le besa la espalda, mientras el agua los baña a los dos) Haces que me arda el vientre, amor, que mis instintos se rebelen y quieran salirse de las convenciones y lógicas, para hacerte el amor como nadie lo ha hecho jamás...

DANI: Quiero sentirlo, quiero sentirte, necesito sentir tu amor...

ALEX: ¿Dudas de mi amor, Dani? Es tuyo, de nadie más... (La vuelve a girar y la levanta, penetrándola después que ella le cruza las piernas por alrededor) Soy solamente tuyo, Daniela Villalta... (El movimiento era ligero, rápido, los hacía gemir y aferrarse mutuamente)

DANI: Lo se, pero de vez en cuando, necesito sentirlo, igual que necesito que tú sientas el mío (Lo besa en los labios y luego pasa a su cuello y regando sus besos por ahí y por los hombros de su esposo, mientras él la penetra, haciéndoles gemir a los dos de placer, por esa sensación tan conocida, pero nueva a la vez)

ALEX: (Casi no podía hablar, estaba extasiado, pero quería más) Tenemos que tener una noche a la semana, sólo para nosotros, amor...

DANI: Mmm... Muy buena idea, señor Zavala, necesitamos un respiro...

ALEX: Nos hace falta tiempo para estar a solas... (Sale de la ducha y la acuesta en el piso, sobre unas toallas que pone antes) Aquí vamos a poder hacerlo mejor...

DANI: (Sonríe) Tú siempre tan persuasivo... Te amo más que a mi vida....

ALEX: Jajajaja, si quieres volver a la ducha, volvemos, mi amor, a mí sólo me importa estar contigo. Eres dueña de mi cuerpo, de mi alma y de mi amor, Dani, te amo con locura

DANI: Prefiero en la cama (Sonríe) Quiero hacerte mío...

ALEX: Uuuuhhh... (Se muerde los labios ante la idea que ella tome las riendas) Ya, mamacita, a la cama a la de ya... (La carga y se acuestan) Aquí estamos...

Ella se sube sobre él y sin decir palabra, lo hace entrar, logrando que ese gesto les robara profundos gemidos de puro placer. Se mueve muy lentamente, con calma, luego acelera un poco y vuelve al ritmo lento, queriendo así, enloquecer a su marido, envolverlo en gozo y llenarlo de éxtasis. Él, se dejaba hacer lo que su mujer quisiera. Se dedicaba a acariciarla, besarla y tocarla como sabía que Dani disfrutaba. Tomándola de las caderas, acompañaba el tortuoso y lento vaivén que ella imponía y alternaba sus manos entre las pompas y los senos, mientras sus labios iban desde su boca hasta su cuello, dejando un rastro de fuego a su paso. Llegaron al precipicio, pero no cayeron porque Dani paró en ese momento. Se bajó de su marido y empezó a besar su torso, descendiendo por él, hasta llegar al sexo de su esposo, donde se detendría a jugar un poco...