lunes, 10 de junio de 2013

Capítulo 207

La madre de Tincho estaba molesta por la actitud que su hijo había tenido con Tami

MARGARITA: ¿Tú qué te creíste, mocoso? ¿Que por lo que te pasó tienes derecho a tratar a todo el mundo como te da la gana? ¿O piensas que parir es la cosa más sencilla del planeta? ¿O que todos tenemos que estar supeditados a lo que se te antoja?
MARTÍN: No lo creo, pero tampoco tiene que poner esa cara de susto...
MARGARITA: No es cara de susto, es cara de preocupación. Parió hace seis meses, ¿tú
sabes lo que un parto le hace al cuerpo de una mujer y cuánto tarda en reponerse?
MARTÍN: No tendría que haber vuelto (Se sienta en el bordillo de la acera) Ella estaría sin
preocupaciones...
MARGARITA: (Le da una bofetada) ¡¡Jamás vuelvas a decir semejante estupidez!! Eres un
mocoso ingrato (Da media vuelta y se vuelve)
MARTÍN: Mocoso ingrato no, si no hubiera aparecido, ella no estaría preocupada y comería bien. No tendría anemia, estaría bien (Empieza a llorar)
EZEQUIEL: (Llegando, ve a su hermano) ¡Ey, cabezón! ¿Qué te pasa, Tincho? (Se sienta con él)
MARTÍN: Nada...
EZEQUIEL: ¿Lloras por nada?
MARTÍN: Lloro porque no debí haber aparecido...
EZEQUIEL: ¿Qué idiotez estás diciendo?
TAMI: (Aparece) Eso mismo quiero saber yo, ¿cómo fuiste capaz de decirle eso a tu madre, Martín?
EZEQUIEL: No entiendo nada
MARTÍN: Es verdad, si no hubiera aparecido, tú estarías bien (No la miraba)
EZEQUIEL: ¿Qué te pasa, tarado? ¿Además de sin recuerdos, volviste sin cerebro o qué?
TAMI: Eze, déjanos solos, por favor
EZEQUIEL: Si, mejor, porque le voy a romper el alma a golpes... (Se para y se va)
MARTÍN: ¿Qué me vas a decir? ¿Que me equivoco? No lo creo, tienes anemia por no comer bien y eso es por mi culpa, por mi maldita cabeza que no recuerda nada y eso te preocupa...
TAMI: ¡Deja de decir estupideces! ¿Por qué no te enteras bien antes de abrir la boca? Durante un año completo, me obligaba a comer para poder estar bien y fuerte para mi hija, Martín, pero era un martirio. Hace unas semanas que volví a vivir. Mira, ¿quieres largarte y volver a dejarnos? Hazlo, nadie te lo va a impedir, pero nunca vuelvas a dudar ni de mí, ni de mi amor, porque eso si que no te lo pienso permitir. ¿Qué esperas? ¡Lárgate! ¿No es lo que quieres?
MARTÍN: No dudo de tu amor, lo que digo es que mi aparición te hizo mal...
TAMI: Eso, Martín, es dudar y si piensas que estaría mejor sin ti, además de inseguro, eres un idiota
MARTÍN: Pues soy un idiota y un inseguro, porque no me creo que un hombre como yo se haya podido casar con un mujerón como tú, inteligente, hermosa, cariñosa, perfecta...
TAMI: Pero te casaste y además, tenemos una hija así que si ya no lo recuerdas, ¡te acostumbras o te amuelas! (Lo agarra de la ropa) Jamás vuelvas a decir algo como lo que dijiste, porque estuve muerta en vida un año y eso, no es nada agradable. Voy a buscar a Martina para irnos a casa. Si quieres, puedes venir y si no quieres, vete al demonio...
MARTÍN: (La atrae hacia su cuerpo y la abraza) Perdón...
TAMI: (Se suelta) A mí no me pidas perdón, sino a tu familia y sobre todo a tu mamá. Eres padre y no puedo creer que le hayas dicho que hubiera sido mejor que te sigan creyendo muerto...
MARTÍN: ¿Por qué te sueltas? (Se levanta) Vámonos (Se mete en la casa y va hasta donde estaban sus padres) ¿Puedo hablar con ustedes? Sólo quiero pedirles perdón por mi comportamiento y por lo que te dije, mamá, lo siento...
MARGARITA: Eres un mocoso maleducado, pero no puedo estar enojada contigo.
VICENTE: Ni yo, hijo (Lo abrazan)
EZEQUIEL: Pues yo te daría unos buenos trancazos y a ver si así se te quita lo tarugo, pero ya no serviría...
TAMI: (Apareciendo con Martina) Nosotras nos vamos, familia. Gracias por todo
MARGARITA: ¿Te vas sola?
TAMI: No depende de mí, suegrita, sino de Martín. Aquí tiene a su esposa y a su hija amándolo y necesitándolo, pero el señor, aparentemente, prefiere volver a desaparecerse... ¡Que tengan buenas noches! (Se va)
EZEQUIEL: ¿No te vas con ellas?
MARTÍN: Si, adiós, familia (Se despide de todos y sale)

Tami iba muy enojada. Martín cogió a la niña en brazos y la siguió en silencio. Se subieron en el auto y se fueron. Unos minutos después, ya estaban en la casa y Tami había alimentado y acostado a la niña. Martín, por su parte, estaba en la sala mirando por la ventana...

TAMI: Me voy a dormir un poco, si te apetece una siesta, puedes ocupar tu sitio en la cama, a mi lado, Martín
MARTÍN: Espera...
TAMI: ¿Qué?
MARTÍN: ¿Antes era así?
TAMI: No has cambiado nada. Aunque es la primera vez que dices una burrada como esa...
MARTÍN: Lo siento... Gracias por responderme...
TAMI: ¿Entonces? ¿Vienes a tomar una siesta conmigo?
MARTÍN: Ve tú, ahora voy...
TAMI: No te tardes, doce meses sin ti, fueron demasiados...
MARTÍN: No me tardo...
TAMI: Está bien... (Se va a la alcoba, se quita las sandalias y se recuesta)
MARTÍN: (Unos minutos después, se va al cuarto y se acuesta, dándole la espalda y le habla bajito) Que descanses...
TAMI: ¿Por qué me das la espalda? Y son apenas las tres de la tarde, no te despidas como si fuera hasta mañana...
MARTÍN: Te doy la espalda porque estás enojada y antes, cuando te abracé, me soltaste, así que no me arriesgo a que me rechaces otra vez...
TAMI: Me solté porque dijiste que estaría mejor si siguiera creyendo que estabas muerto, ¡menso! (Se levanta y se va)
MARTÍN: (Se levanta él también y va tras ella, la abraza por detrás y le habla al oído) Perdóname por lo que dije, por favor, no quiero que estés enojada conmigo, no lo soporto (Le besa el cuello)
TAMI: Me enojo porque me parece que de verdad lo crees... ¿Cómo puedes siquiera pensar eso, Martín?
MARTÍN: Porque te veo mal por mi culpa... (Le seguía besando el cuello)
TAMI: ¿Me ves mal porque se supone que tengo una anemia? (Se gira) Estuve semanas enteras sin poder levantarme de la cama, llorando por ti y cuando estaba a punto de dejarme ir, para poder estar contigo, sentí a nuestra hija dándome fuerzas para vivir. Piensa en eso antes de volver a decir semejante canallada
MARTÍN: Lo siento, Mocosa, perdóname, por favor... (No la soltaba)
TAMI: (Por fin, se deja abrazar) ¡Eres un bobo!
MARTÍN: Lo soy...
TAMI: ¿Podemos ir a dormir un rato?
MARTÍN: Vamos... (La carga y la lleva al cuarto. Una vez allí, la recuesta y él hace lo mismo, a su lado)
TAMI: Ahora si...
MARTÍN: ¿Ahora si, qué, Mocosa?
TAMI: Puedo descansar tranquila, en tus brazos, con tus besos
MARTÍN: Eso es lo que quiero, que estés tranquila siempre y si no quieres tener más hijos, no los tenemos (La besa) Hago lo que sea para que seas feliz...
TAMI: (Voltea y lo mira) No es que no quiera más hijos, Insoportable, sólo quiero esperar un poco. Al menos hasta saber qué tengo. Martina es muy pequeña aún y me reclama las 24 horas del día, precioso, ¿qué tiempo le voy a dedicar a dos bebés?
MARTÍN: Yo te ayudaría...
TAMI: Lo se, mi amor, se que eres el mejor papá y seré muy feliz cuando tengamos otro hijo, pero no ahora, más adelante, cuando la niña esté más crecida y coma algo que no salga de mí...
MARTÍN: Está bien...
TAMI: Lo único es que a partir de ahora, tenemos que ser precavidos, digo, si queremos entrenarnos...
MARTÍN: Todo lo que tú digas.
TAMI: ¿Vas a andar así de complaciente?
MARTÍN: Si...
TAMI: (Le dice algo al oído) ¿Para eso también?
MARTÍN: Sobre todo para eso...
TAMI: (Lo besa) A ver...
MARTÍN: ¿Qué quieres ver?
TAMI: Que tan complaciente eres en eso
MARTÍN: Todo lo que quieras...
TAMI: Muchas palabras, pocos actos
MARTÍN: No tenemos con que protegernos... ¿Nos arriesgamos?
TAMI: ¿Quién dice que no hay protección? (Se levanta y saca una cajita del placard) Los usábamos cuando ameritaba...
MARTÍN: ¿Eso no está caducado?
TAMI: (Se fija) No, mira
MARTÍN: Mmmm, benditos... (Se pone sobre ella y la besa bien rico)
TAMI: Me gusta que me beses así
MARTÍN: A mí me gusta más (Baja una mano por el costado de su esposa, hasta la pierna, tocando todo a su paso, mientras la besa)
TAMI: (No hacía más que besarlo, quería que él la buscara) Tus besos son exquisitos
MARTÍN: TÚ eres exquisita (Va bajando su besos por el cuerpo de su esposa) Esto me estorba (Le abre la camisa de un tirón, rompiendo los botones)
TAMI: ¡Muy bien hecho, Insoportable!
MARTÍN: (Besa el vientre de su esposa) Mmm... Me encanta besarte aquí...
TAMI: (Ríe suavemente) Y a mí me encanta cuando vas más al sur...


5 comentarios:

  1. jajaja uhh despues de la pelea viene lo mejor fiesta privada entre Tincho y Tami... que bueno que se arreglo todo entre ellos

    ResponderEliminar
  2. Que bobo es Tincho. Lo bueno es q ya le esta pagando sus bobadas a Tami...

    ResponderEliminar
  3. Jajajajjajajajajjjajajja como siempre excelenteeee que cosas cheee esta genial me encanto el cap :D

    ResponderEliminar
  4. tincho que insoportable sos jjaja!!

    ResponderEliminar