Capítulo 223

Gabriel se lanzó sobre Tincho, mirando al cochecito donde Martina dormía plácidamente

GABO: ¡¡Mi prima novia!!

MARTIN: No hagas ruido que la vas a despertar...

GABO: Perdón... (Tincho lo baja) Le doy un besito

JANA: ¡¡Y yo le doy otro!!

TAMI: Pero despacio, para no despertarla...

MARTÍN: ¿Dónde está el cumpleañero?

ARI: En la cocina, tío

MARTÍN: (La abraza) ¡Ari!

ARI: Si, soy yo...

MARTÍN: ¡Se perfectamente quién eres! Jajajaja...

ARI: ¿Cómo que perfectamente?

MARTÍN: (Mira a Tami) Eso que oyes, niñita...

ARI: (Mira a su tía) ¿De qué habla? ¿Ya recuperó la memoria?

MARTÍN: ¡Eso parece! ¿Dónde está Alejo?

ARI: En la cocina...

MARTÍN: Gracias, pequeña... (Va a buscar a su amigo) ¡Alejo! ¡Dani! ¿Cómo van?

DANI: ¿ALEJO?

MARTÍN: Si, bonita, Alejo... (La saluda y le acaricia la panza) ¿Cómo está mi sobrinito?

DANI: Tu sobrinito anda muy bien (Sonríe)

MARTÍN: Me alegra escuchar eso, Dani...

ALEX: ¿Y a ti qué te pasa, soquete besador de hermanitas? Tienes un gesto raro...

MARTIN: Es que ya no soy Esteban...

ALEX: ¿Esteban?

MARTÍN: Si, ahora soy Martín Ledesma con todos su recuerdos...

ALEX: (Lo mira) ¿Todos? ¿Te recuperaste, bobo?

MARTÍN: Si, ya lo recuerdo todo...

DANI: ¿Cuándo fue?

MARTÍN: Anoche, en casa... Es que las cosas con Tami se pusieron muy mal y después de aclararlas, algo pasó que me volvió todo a la cabezota...

ALEX: ¿Por qué se pusieron las cosas mal con mi hermana?

MARTÍN: Porque... (Se rasca la cabeza) Cometí un error cuando era Esteban...

ALEX: (Deja lo que está haciendo) ¿Qué clase de error?

MARTÍN: Me acosté con una tipa que me dijo que era mi novia...

ALEX: ¡Bien por ti, idiota! Gracias por el regalito de cumpleaños... (Se va)

MARTÍN: Pero yo no sabía, Alejo, espera... (Mira a Dani) Yo no sabía que era mentira...

DANI: Ve y habla con él, has que lo entienda...

MARTÍN: Me va a romper la cara...

DANI: Es tu amigo, habla con él, ¿le tienes miedo?

MARTÍN: No, pero lo conozco y ahora lo recuerdo, Dani... (Va a la sala) Mocosa, ¿tu hermano dónde está?

TAMI: No se, ¿por qué?

MARTÍN: Nada, quiero hablar con él, amor, no te preocupes

ARI: (Había escuchado) Se metió en su despacho, tío y estaba enojado, ¿qué pasó?

MARTÍN: (Mira a Tami) Le dije aquello y no se lo tomó bien.

TAMI: Entonces, ve a háblale y si no entra en razón, ya hablaré yo...

ARI: ¿Me explican?

MARTÍN: Ahora no, Ari, después... (Va al despacho y quiere entrar, pero está cerrado por dentro) ¡Alejo! No seas niño y abre

ALEX: No se me antoja abrirte

MARTÍN: Yo no me acordaba de nada, me desperté y me dijeron que era mi novia ¿qué querías que hiciera?

ALEX: Nada, se que no puedo decir ni mu, Martín, pero no me pone contento.

MARTÍN: A mí tampoco, y menos después de volver a ver a tu hermana, porque sin memoria y todo, me volví a enamorar de ella

ALEX: (Abre la puerta) ¿Eso es todo lo que tienes que decirme? Porque si es así, vuelvo a la cocina a ayudar a Dani

MARTIN: No, hay otra cosa… Puede que la tipa este esperando un hijo mío...

ALEX: (Le cierra la puerta en la cara) ¡Lárgate!

MARTIN: No me pienso ir. No me acordaba de una puta mierda y utilizamos protección, pero no se qué paso, ¿me pego un tiro por eso?

GABO: (Mirándolo) Tío, ¿qué dijiste?

MARTIN: Nada...

GABO: Yo te escuché, tío, dijiste put...

ALEX: (Saliendo) ¡Ni se te ocurra, Gabriel!

GABO: Pero él dijo...

MARTIN: No dije nada, Gabo, ve a jugar con tu hermana, necesito hablar con tu papá...

GABO: ¡¡¡UFAAAAA!!! (Se va)

ALEX: Mejor, sal de mi vista, Martín, ve a la sala, pero a mí, ni me dirijas la palabra...

GABO: (Llegando a la cocina) Mami, no pude decirles que ya está el desayuno porque se están peleando y diciendo groserías...

DANI: Está bien, mi amor, no te preocupes, yo les aviso...

MARTIN: Me vas a escuchar, quieras o no...

ALEX: ¿Y para qué? Ya me se el cuento. No veo qué puedas agregar a lo que ya dijiste.

MARTIN: No creo que ese hijo sea mío...

ALEX: Ojala que no y no lo digo por mí, sino por mi hermana y si eso es todo, lárgate

MARTIN: ¿Por qué? Somos amigos, ¿no?

ALEX: (Lo agarra de la ropa) ¿Amigos? Primero te metes con mi hermana y pues, lo acepto porque se aman y después, ya sabes lo que pasó, ¿no? ¿Algún dolor más que pretendas causarle o ya estuvo bien? No, Martín, tú y yo, ya no somos amigos. Apenas somos cuñados y da gracias que no te rompo el alma a golpes. Eres el marido de mi hermana y el padre de mi sobrina, nada más. (Lo suelta)

MARTIN: Como quieras, Alejandro, pero antes de crucificarme, ponte en mi lugar. Ya no te molesto más, feliz cumpleaños, amigo... (Se da media vuelta y se va)

ALEX: ¡No hay lugar dónde ponerse, idiota! Porque mientras todos te llorábamos, tú seguías muy campante, haciéndole hijos a una tipa...

MARTIN: (Lo escucha y se gira) Si no hubiera perdido la memoria, habría regresado a buscar a tu hermana, pero no fue así. Ahora te dejo con tu familia (Va a la cocina) Mocosa después vuelvo...

TAMI: ¿Dónde vas?

MARTIN: A dar una vuelta, no te preocupes

Tincho le da un beso y sale a la calle. Comienza a caminar sin rumbo fijo, sin poder sacarse de encima el enojo por la actitud que había asumido Alejandro. Sin embargo, lo comprendía, pero eso, no aplacaba su molestia ante la reacción del que decía ser su amigo.

Daniela, por su lado, fue a buscar a su marido, sin saber que Martín no estaba ya con él.

DANI: (Llegando con su esposo) ¿Y Martín?

ALEX: No se, ni me importa, Dani, por mí, que se vaya al cuerno... (Se vuelve a meter a su despacho)

DANI: (Se mete tras él) Es tu amigo, Alejandro, ¿cómo puedes decir eso?

ALEX: Mi amigo no se hubiera acostado con otra mujer, no estando casado con mi hermana. Mi amigo era el de antes. Ese que se fue, es sólo una mala copia...

DANI: Tu amigo estuvo un año mal y sin memoria, ¿qué hubieras hecho si te despiertas sin reconocer a nadie, ni a nada?

ALEX: No lo defiendas, porque si fuéramos tú y yo, no volverías a dirigirme la palabra. No se, debió imaginarse que tenía una familia, tenía su anillo de bodas, ¿o qué? ¿Además de amnesia le dio un ataque de idiotez?

DANI: No lo defiendo, sólo me pongo en su lugar y si tu hermana lo perdonó, ¿por qué tú no?

ALEX: ¡Genial! ¡Esto es lo máximo! Ahora resulta que me cuestionan a mí, ¡feliz cumpleaños, Alejandrito! Mira, vayan a buscar al pobrecito de Martín y celébrenlo a él, ¿no te parece? Yo me largo... (Salió del despacho)

DANI: (Salió tras él y lo paro) ¿Qué te pasa? Nadie lo está defendiendo y sólo te digo que te pongas en su lugar, nada más. Y tu mal humor, no lo pagues conmigo. El desayuno está listo, si quieres desayunar, ve a la cocina y si no, has lo que te de la gana... (Se va a la cocina dejando a Alex en la puerta del despacho)

ALEX: ¡Claro! Ahora tírenme a mí, ¿no? Yo estaba muy feliz, preparando el desayuno, celebrando mi cumpleaños y me vienen a cagar el día y es mi culpa, porque soy un imbécil y un malhumorado. ¡Pues, no! (Sube a su cuarto, se cambia de ropa y baja, va a la cocina) No quiero festejar mi cumpleaños, Daniela, así que se suspende todo. Voy a salir, más tarde, regreso y salimos a comer por ahí. Adiós

JANA: Papi, ¿por qué vas a suspenderlo?

ALEX: Porque no me siento bien, princesa y no quiero pretender que si. Pero nosotros si vamos a festejar.

GABO: Pero yo quiero celebrar con todos, pa...

ALEX: Entonces, celebren en mi nombre, hijos, si ustedes quieren fiesta, tendrán su fiesta. Hasta luego...

TAMI: Espera, Tato...

ALEX: Nada, Tata, celebren tranquilos. Al fin que tu marido volvió y eso es motivo de festejo. (Se da vuelta y se va)

TAMI: (Lo sigue) ¿Alguno de los dos me quiere explicar qué pasa? Martín se fue muy mal de aquí y no pude hacer nada para detenerlo...

ALEX: ¿Se fue mal? ¡Pobrecito! ¿Y estaba igual o peor que tú cuando lo creías muerto? ¿O que sus padres y hermanos que se murieron con él? ¿O que Titán a quien la culpa no le dejaba dormir? Todos sumidos en el dolor más visceral y el señor, ¡HACIENDO HIJOS! Pasa que tu esposo, es un traidor y ya no es más mi amigo. Es ni más ni menos que tu marido y el padre de Martina. Ahora, si me permites me voy, porque resulta ser que soy una maldito gruñón y a mi mujer le da igual que esté con ella.

Alejandro se metió al garaje, cogió su moto, el casco y se fue como alma que lleva el diablo. Ni siquiera él entendía por qué todo ese asunto lo alteraba así. Si Martín no lo había hecho a propósito, ¿por qué estaba tan herido? Después de pensarlo un poco, se dio cuenta que lo que más le afectó, fue la forma en que su amigo le había dicho las cosas.

ALEX: ¡Siempre lo he dicho! No se trata de lo que dices, sino de cómo lo dices y este tarado, viene a contarlo como si fuera un chiste…

Un poco después, llegaba a la playa, a ese sitio donde encontraba paz…