Capítulo 224

Tamara vio a su hermano irse y no entendió nada.

TAMI: (Se va a la cocina) No hay quién los entienda, pero cuando se les pase, volverán...

DANI: ¿Tu hermano se fue?

GABO: (Sin darse cuenta del ambiente denso) Jana, cuando termines de desayunar, vamos a jugar a la play, ¿quieres?

TAMI: Si, se le zafó un tornillo

DANI: Lo se, pero no me gusta que salga así, ya sabes lo que paso la noche de bodas. Voy a llamarlo...

JANA: Si, juguemos, pero está Martina, ¿la llevamos?

GABO: Tata, ¿podemos llevar a Tatita a mi cuarto?

TAMI: Claro, pero con cuidado (Mira a Ari) ¿Puedes ir con ellos, Pulga?

ARI: Si, por supuesto. Vamos, amor

JADEL: Te sigo, Boquita...

DANI: (Llamando a Alex) Contesta, por favor...

ALEX: ¿Qué pasa, Dani?

DANI: ¿Dónde estás?

ALEX: En mi lugar de siempre

DANI: Vuelve a casa...

ALEX: ¿Con qué objeto? No tengo ganas de seguir siendo testigo de la sufrida aventura de Martincito y sus hijos regados por ahí.

DANI: Martín no está y aunque no esté de acuerdo con tu comportamiento, no significa que no te quiera aquí, a mi lado...

ALEX: Ya voy...

DANI: Te espero

ALEX: Si, amor, en unos minutos llego, estoy con la moto

DANI: No corras con la moto, por favor, te amo...

ALEX: No corro, quédate tranquila. Te amo, Cosita, ya estoy contigo

TAMI: (Hablando con su esposo) ¿Por qué no vuelves, amor?

MARTÍN: Tu hermano no quiere verme ni en dibujos, Mocosa, no quiero provocar problemas

TAMI: Entonces, ven a buscarnos, si mi hermano no quiere verte a ti, tampoco a mí, ni a nuestra hija...

MARTÍN: Amor, no seas así. Las cosas entre él y yo, las arreglamos nosotros, no te metas, Tami, no mezcles más de lo que ya está mezclado

TAMI: Y las cosas entre tú y yo, las arreglamos nosotros y es asunto nuestro, así que ven a buscarme...

MARTÍN: Amor...

TAMI: Nada de amor...

MARTÍN: Ahí voy, pues...

En la puerta de la casa de Alejandro, se encontraron él y Martín

ALEX: ¿Me estás cargando?

MARTÍN: Tranquilo, sólo vine a buscar a mi mujer y a mi hija, no te voy a incomodar...

ALEX: ¿Y por qué?

MARTÍN: Porque ella me lo pidió...

ALEX: ¿Ah, si? ¡Perfecto! ¡Pasa y llévatelas, pues!

MARTÍN: ¿Sabes qué, Alejandro? Me cansé, créeme el peor hombre de todos, me importa un carajo lo que pienses. Mientras tu hermana me quiera, es suficiente y si, me las voy a llevar, porque son mías, aunque te duela (Entra enojado) Amor, ¿ya estás lista?

ALEX: (Entrando) Gracias, amigo, eres lo mejor del planeta, eh... (Se le pone cara a cara) Más te vale que mi hermana nunca se arrepienta de haberte escogido, porque ahí si, no te salva ni Dios... (Sigue su camino)

MARTÍN: ¿Es lo único que sabes hacer, Alejandro? ¿Te piensas que tus amenazas me dan miedo? Estás muy equivocado...

ALEX: No son amenazas

MARTÍN: Pues, lo parecen y bastante patéticas, por cierto.
ALEX: ¿No viniste por mi hermana y mi sobrina?
MARTÍN: Vine por MIS MUJERES…

ALEX: (Se gira) ¿Son tuyas, energúmeno? Y mientras te revolcabas con la tipa esa, ¿de quién eran? ¿Quién estuvo cuando nació Martina? Yo, imbécil. A ver si te avispas y estás en el parto de tu otro hijo...

MARTÍN: No estuve porque no pude. ¿Te piensas que mi vida fue fácil? Sólo piensas en tu dolor y en el de tu hermana, pero no piensas en lo que sufrí yo. Eres muy bueno para reprochar las cosas cuando no las has vivido... Amor, te espero afuera...

ALEX: (Lo agarra de la solapa) ¿Qué tanto sufriste, a ver? ¡Contesta! Entiendo que no tuvieras memoria y todo lo demás, pero no te hagas el mártir, pendejo, porque no lo eres y esa actitud de víctima, me tiene hasta la madre.

MARTÍN: No voy de víctima, solamente asumo las consecuencias de mis actos. Lo que no puedes es culparme por haber traicionado a tu hermana, cuando ni siquiera recordaba que existía, ¿Qué tanta rabia tienes contra mí, Alejandro? Porque estoy seguro que no es por lo que te conté hoy,  eso viene de atrás...

ALEX: Tendría que romperte la cabeza y quizás, así, vuelva el Tincho que se fue. ¿De atrás? No puedo creer tu descaro. ¿Rabia? No es rabia, estúpido, es dolor. Porque tú habrás sufrido mucho, según dices, pero lo que sufrimos todos nosotros, no lo puedes ni imaginar. ¿O si? ¿Te das una idea, acaso? ¡Imagina un año creyendo que el amor de tu vida se murió! Como le pasó a mi hermana. O, mejor, ponte en la piel de Bautista. Porque no sabes lo que fue para ese cristiano vivir con la culpa de haberte convencido de subirte a ese helicóptero. ¡Más aún! Piensa en tus padres y en tus hermanos, si es que puedes. O en mis hijos, que te lloraban hasta quedarse dormidos, con los ojos hinchados por la tristeza. O Andrés, tal vez, que casi termina con Sam porque no supo manejar la depresión. Esto no viene por mí, Martín Ledesma, viene por todo lo que tú no viste, ni viviste. Cuando tengas una mínima idea de lo que se siente todo eso, dime que has sufrido, idiota. (Mira a Dani y a Tami) Lo lamento, pero viene a decirme lo de la otra tipa como si fuera una gracia, un chiste, una travesura y me indigné. Nadie te echa de aquí, Tata, ni a tu marido, pero no me puedo tragar esto así como así... (Besa a Dani en la frente) Me voy a recostar...

MARTÍN: Yo no quise que todo esto pasara, Alejandro, soy tan víctima como todos ustedes, pero ya me crucificaste. ¿Sabes cómo es sentirse solo, sin familia, sin nadie a quien contarle las cosas? Yo no tuve la culpa de vuestro sufrimiento y me hablas como si lo hubiera planeado. ¡Vete al cuerno, Alejandro! Y no hace falta que me eches, que yo me voy solo y para no volver. Tú y yo, terminamos aquí nuestro contacto... (Mira a Tami) Yo me voy solo, te dejo con el santo de tu hermano, llámame para venir a buscarte (Le da un beso) Te amo (Se da la vuelta para irse)

DANI: ¡¡SE QUEDAN LOS DOS AHÍ, QUIETOS!!

TAMI: ¡EXACTO! (Se quedan los dos quietos donde están) Parecen niños...

DANI: Alejandro, no puedes enojarte así y tú, Martín, lo siento, pero mi marido tiene algo de razón. No puedes decir algo como lo que dijiste y esperar que te felicitemos y me encanta que mi cuñis sea lo que más amas en el mundo, pero no puedes ignorar al resto.

MARTÍN: No fue mi culpa...

DANI: Nadie te está diciendo que lo fue. Lo que Alex intenta decir es que tu dolor no es prioridad, tienes que darte cuenta que aún con esa soledad de la que hablas, te llevaste la parte más sencilla. Tanto que, por el motivo que sea, terminaste enredado con otra mujer.

MARTÍN: Lo se y me arrepiento y lo que menos quiero, es hacerle daño a ella. No lo conté como una gracia, se lo conté al que suponía mi amigo, porque se merecía saber la verdad, no porque alardeara de lo que pasó. Porque no me agrada para nada, pero, ¿por qué se pone así? La más afectada en todo esto es Tami, no él y yo ya hablé con ella y le dije que, pase lo que pase, nada nos iba a separar y ella me aceptó y estamos juntos. Además, no creo que ese hijo sea mío...

ALEX: ¿Suponías que era tu amigo? ¡Lo que me faltaba! Que justo tú, dudes de mi amistad.

DANI: Alejandro, ya, le bajan los dos.

ALEX: Gracias, AMIGO, me diste el mejor cumpleaños de mi vida...

MARTÍN: Si, lo suponía, porque tú mismo me dijiste que yo no era tu amigo, que sólo era el marido de tu hermana, ¿o no es cierto? Yo no soy el que duda aquí…

ALEX: ¡Vete a la mierda!

DANI: ¡¡ALEJANDRO!!

ALEX: ¿Qué? No escuchas lo que dice, ¿o qué? ¿También lo vas a justificar?

DANI: No voy a justificar a nadie...

TAMI: ¿Tú quieres quedarte sin hermana? Pues, bájale... (Mira a Tincho) ¿Y tú quieres quedarte sin esposa? Pues, le bajan los dos... Ya me estoy cansando de todo esto, parecen niños pequeños. Alejandro, entiende que cuando pasó eso, él no sabía que yo existía, intenta razonar un poco y Martín, mi hermano lo único que no quiere, es que yo sufra, así que piensen los dos, no sólo en ustedes, sino en los que se llevan por medio con esta discusión...

ALEX: Pues que deje de decir estupideces, que con que las haga, alcanza y sobra

DANI: Ya basta, Alejandro, está bien que estés enojado, pero ya deja la estupidez tú también...

ALEX: ¿Ves, tarado? Me siguen regañando por tu grandísima culpa

MARTÍN: Eso te pasa por necio

ALEX: Igual, si no hubieras venido con el chistecito, esto no estaría pasando

MARTÍN: ¡Estás como aquella vez que tu papá te cachó con la bailarina!

ALEX: (Lo mira y después a Dani) ¡Cállate!

DANI: ¿Bailarina?

ALEX: ¿Vas a meter la pata más, Martincito?

MARTÍN: ¿No quieres que Dani se entere?

ALEX: ¿Justo para eso recuperas la memoria?

DANI: ¿BAILARINA, ALEJANDRO FEDERICO?

ALEX: ¿¿Ves, soquete?? Ya me dijo los dos nombres...

MARTÍN: Nadie te manda (Mira a Dani) ¿Quieres que te cuente yo o prefieres que te lo cuente él?

TAMI: Tincho, deja ese tema por la paz...

ALEX: ¡Le cuento yo! ¡Faltaba más!

DANI: Estoy esperando...

ALEX: Vamos al despacho, Cosita y tú, Martín... ¡¡Vas a ver a la salida!! (Hace el gesto del "Chavo del ocho")

MARTÍN: No voy a ver nada, porque yo ya me voy... Feliz cumpleaños... (Se acerca a Tami y la coge por la cintura) Te amo, Mocosa, pase lo que pase, siempre te voy a amar (La besa rico) Me voy a dar una vuelta, cuando acabes aquí, me llamas y te vengo a buscar, ¿si? (La vuelve a besar) Te amo... (Sale de la casa)

ALEX: (Sale también) Deja el melodrama, soquete y entra, por nuestras mujeres, ¿no?

MARTÍN: No es drama, Alejandro, yo no quiero estar donde no soy bien recibido y comprendo que te enojes, pero no que me trates como al peor de los hombres. Entra y disfruta de tu familia, es tu día y te lo mereces (Va hacia el coche)

ALEX: (Lo jala) Deja eso, estúpido, ya. Me enojé porque me dijiste las cosas como si fueran graciosas, nada más. Parecías niño chico, reconociendo una de sus travesuras y me hirvió la sangre. Entra, almuerza con nosotros. Eso siempre y cuando, Dani, no me las corte y terminemos en un hospital

MARTÍN: Necesito pensar en todo lo que me está pasando, no quiero que mi Mocosa sufra y no encuentro el modo, así que necesito tomar aire y pensar...

ALEX: Está bien, pero entra y dile que estamos bien, de lo contrario, si no me las corta Dani, me las corta tu Mocosa

MARTÍN: Bueno…