Capítulo 233

Alejandro esperaba una respuesta y Dani quiso jugar...

DANI: ¿Qué cosa?

ALEX: Lo que te acabo de decir

DANI: Intentémoslo... (Lo besa apasionadamente)

ALEX: (Le agarra la mano y la lleva hasta el dormilón que no demoró nada en despertar a sus anchas) ¡Alguien quiere guerra!

DANI: (Sonríe) Démosle guerra...

ALEX: (Hace que Dani se arrodille sobre la manta y se coloca detrás, besando su espalda y acariciando su sexo fervientemente) Esa es la actitud

DANI: Me matas, Alejandro...

ALEX: Eso quiero, matarte de placer y acompañarte

DANI: Te estás tardando...

ALEX: Espera, impaciente, quiero que estés a punto caramelo

DANI: Ya lo estoy, te lo aseguro, papacito...

ALEX: ¿¿Si?? (Entra otra vez y ambos gimen como nunca)

DANI: Mmmmm... Si, sigue....

ALEX: (El ritmo era muy rápido, sostenido) Este era mi plan

DANI: Mmmm, muy bueno (No le había gustado la primera parte, pero no lo dijo para no arruinar el momento)

ALEX: ¿Segura?

DANI: Ajá... No pares...

ALEX: (Se detiene) No me mientas, esto no te gusta...

DANI: No te miento, esta parte me encanta (Lo mira) Otra vez no, amor, no quiero que esta noche se arruine...

ALEX: (Sale de su esposa) No se va a arruinar porque no hagamos el amor, Dani, no te preocupes. Mejor cenemos y ya, no hay problema

DANI: No (Lo agarra, lo tumba sobre la manta y se coloca encima) Ahora vamos a hacer el amor (Lo hace entrar en ella y comienza a besarlo, mientras empieza el movimiento)

ALEX: (Se sorprende) Dani...

DANI: (Habla agitada) ¿Qué? (Seguía moviéndose frenéticamente, mientras no dejaba de besarlo)

ALEX: (Se rinde a sus instintos) Nada, amor, sigue, por Dios...

DANI: (Sonríe entre besos) Eres exquisito... (Se movía un poco más rápido) Realmente exquisito...

ALEX: Ay, mi Cosita preciosa, hazme el amor como nunca

DANI: (Aumentó la velocidad y la intensidad) Me fascinas, Cosito (Gime)

ALEX: No lo resisto, amor, lo siento, pero me toca a mí... (La voltea y estando él arriba, le hace el amor con furia, desesperación y un deseo que lo consumía) Necesito llenarte de mí

DANI: Nada te lo impide... (Vuelve a gemir)

ALEX: (Con vigor y mucha pasión, llegan juntos al orgasmo y Alex cae pesadamente junto a su esposa) ¡Dios! (Jadeaba, respiraba agitadamente) Puedes hacer y deshacer conmigo como te da la gana, ¿lo sabes?

DANI: Ajá... (Le sonríe maliciosamente)

ALEX: ¿Y esa sonrisita a qué se debe?

DANI: A que te amo... (Lo besa)

ALEX: (La retiene entre sus brazos) Se que me amas, así como se que esa sonrisa no viene por ahí, ¿qué pensaste?

DANI: Al final no terminaste tu plan...

ALEX: Ah, es eso... Ni lo voy a terminar tampoco

DANI: ¿Por qué?

ALEX: Porque a ti no te gusta

DANI: No me gusta la primera parte, pero por ti, no quiero llegar sin ti, me siento mal...

ALEX: No importa, Dani, ya está. Deja las cosas de ese tamaño

DANI: No, no puedo, quiero comprenderte...

ALEX: No hay nada que comprender, mi amor, es simple. Para que eso se haga bien, tú tienes que estar muy excitada y si en la primera parte, yo también llego, no lo puedo hacer. De otro modo, es doloroso y ninguno es masoquista. Ya comprendí que no vamos a hacerlo así, esa fantasía quedará pendiente y listo. No te preocupes y cenemos...

DANI: Quiero probarlo...

ALEX: (La mira) ¿Qué?

DANI: Lo que escuchas, quiero probarlo...

ALEX: Me dices que no te gusta cómo lo hago, no te expongas

DANI: Alejandro, quiero probarlo...

ALEX: (Sonríe) Primero cenemos, después, veremos qué pasa

DANI: Cenemos, pues...

ALEX: (Le ofrece un poco de carne y ella lo muerde) ¡Ayyyy!

DANI: Mmmm... ¡Qué buena está la carne!

ALEX: ¿No te vas a rendir, no?

DANI: ¿Con qué?

ALEX: ¡Eres de lo que no hay, niña Villalta! (Beso)

DANI: Quiero más de esos...

ALEX: Y los tendrás, pero primero, aliméntate, caray, de lo contrario, no me vas a poder mantener el ritmo, Cosita...

Mientras tanto, en casa de Alex y Dani, los pequeños no querían dormir y sus abuelos no sabían cómo lograr que se acostaran

GABO: (Corriendo de un lado a otro) ¡¡Atrápame, Nono Alberto!!

ALBERTO: Gabriel, ven acá...

GABO: Me tienes que agarrar, jajajaja

JANA: ¡Escápate, Gabo! (Sale corriendo también)

CARMEN: Niños, es hora de dormir, ya es muy tarde para ustedes...

GABO: No queremos dormir

JANA: Mañana no hay escuela, abuela...

ALBERTO: Pero tienen que dormir, venga, vamos a la cama

GABO: ¡¡NOOOOO!! (Se tira encima de Alberto) Mejor vamos a jugar al jardín, Nonito

JANA: ¡Si! Juguemos a las escondidas...

Eduardo observaba al par de revoltosos y tuvo una idea. Alex y Pedro, a esa edad, más de una vez los habían enloquecido e incluso Tami, siendo mucho más pequeña que sus hermanos, les había hecho pasar noches como esa, a él y a su esposa y sólo existía una manera de arreglar eso...

EDUARDO: ¿Qué les parece si armamos una campiña aquí, en la sala?

GABO: ¿Nos pones una carpa como hace mi papá, abuelo?

EDUARDO: Claro...

JANA: ¡¡Qué bueno!! (Le da un beso) ¡¡Gracias, abu!!

EDUARDO: De nada, princesa, vayan a ponerse el pijama y a buscar lo que necesiten, que el abuelo Alberto y yo, les armamos la carpa...

CARMEN: (Los niños se van, enloquecidos) Menos mal que se te ocurrió, viejo... (Le da un besote)

EDUARDO: De algo tiene que servirme haber criado a nuestros hijos, vieja (Le devuelve el beso)

ALBERTO: Esto nunca me funcionó con los míos. Además, siempre tomaba las riendas Angélica

CARMEN: ¿Ella era el hombre de la casa?

ALBERTO: Definitivamente

EDUARDO: En mi caso es igual, consuegro, jajajaja

CARMEN: ¡Siempre es así! ¿Quién te crees que lleva los pantalones en una casa de familia?

EDUARDO: Salvo excepciones, es la mujer

ALBERTO: Siempre, eso es una realidad

CARMEN: Exacto, jajajaja

ALBERTO: Busquemos la carpa

EDUARDO: Si, porque si no, nos van a volver locos, jajajaja

CARMEN: Ustedes la buscan y yo, les preparo un te, ¿quieren?

ALBERTO: ¡Muchas gracias!

En casa de Bau y Maru, la cena era muy agradable. Las dos pequeñas estaban dormidas profundamente y los adultos hablaban de todo un poco.

MARU: Nunca más, no me vuelvo a casar. Si no funciona con este señor, eso será todo...

TAMI: Yo igual...

BAUTISTA: No tienen que preocuparse, mujeres, no van a necesitar volver a casarse, salvo que sea con nosotros mismos, ¿no, Tincho?

MARTÌN: Exacto, Titán (Mira a su esposa) Y le recuerdo, señora de Ledesma, que aceptó volverse a casar con este señor...

ANDRÉS: ¿Ves, Sam? Tami se va a volver a casar con Tincho y tú no quieres casarte conmigo...

MARU: ¡Espérense! ¿Se van a volver a casar?

SAM: No desesperes, moreno, cuando me lo pidas bien, te doy una respuesta (Lo besa) ¿Y cómo es eso que se casan de nuevo?

TAMI: Así es, queremos renovar nuestros votos...

BAUTISTA: ¡Qué bien! Me parece que después de todo lo que han pasado, eso los va a unir más

ANDRÉS: ¡Esperen ustedes, pues! Ya están casados, pero, a ver... (A Sam) ¿Pedírtelo bien? No entendí eso, Sam...

MARU: ¿Te lo explico, Andrés? Puedo hacerlo con manzanas y duraznos...

SAM: Ahí lo tienes, todo el mundo lo entendió, menos tú...

ANDRÉS: Entendí lo que quisiste decir, lo que no comprendo es por qué lo dijiste. Tú sabes que quiero casarme, ya te lo pedí

MARU: ¿¿YA TE LO PIDIÓ??

BAUTISTA: (Le susurra a su esposa) Chocolatita, no te metas...

SAM: Si, me lo pidió, un día se levantó y me dijo: "Creo que es tiempo que nos casemos, ¿quieres ser mi esposa?"

MARU: Ahhhhhhh... ¡Esa no es manera, Andrés!

BAUTISTA: Amor, shhhh

MARU: ¿Por qué? Lo están hablando frente a todos, yo creo que si puedo opinar, además, soy muy buena consejera...

TAMI: Mi marida tiene razón, es buena consejera, pero tu Chocolate está en lo correcto, no tenemos que meternos

MARU: ¡Ash! Nada, nada, Andrés, ¡AVÍSPATE!

ANDRÉS: Tampoco fue tan así...

MARU: ¿Entonces, cómo fue? ¡¡Cuenten ya!!

BAUTISTA: Maru, déjalos

SAM: Bautista, déjala, no es un secreto

ANDRÉS: Es cierto

SAM: De lo contrario, no lo estaríamos hablando aquí

MARU: ¿Ves, Chocolate? Déjame chismear y tú, Andrés, cuenta que ando en ascuas