Capítulo 234

La conversación se había tornado muy personal. Al menos eso creían todos, excepto por Maru que estaba muy pendiente de todo lo que Andrés y Sam se decían...

ANDRÉS: Soñé con nuestra boda y lo primero que hice al despertar, fue decirle que si quería ser mi esposa, que ya no aguantaba las ganas de casarme con ella y que ya era hora de hacerlo...

SAM: Así mismo fue, tal cual, no hay más nada...

MARU: ¿Eso fue todo?

BAUTISTA: María, basta...

MARU: (Lo mira) ¿Perdón? ¿Me dijiste María?

SAM: Creo que alguien está en problemas...

TAMI: Marida, por favor, no... Y tú, deja a tu esposa tranquila, está preguntando lo que los demás queremos saber, así que, chitón...

MARU: No te preocupes, Tami, no te vas a quedar sin primo, no voy a permitir que mis hijas sean huérfanas...

MARTÍN: Jajajaja, estás en graves problemas, Titán, ¡gravísimos!

MARU: ¡Vaya! Si Tincho recuerda mi cinismo, si que está recuperado

MARTÍN: Te lo dije, marida de mi marida...

ANDRÉS: ¡Dejen el jaleo! Sam, ¿es en serio? ¿Estás esperando una petición más formal?

SAM: Ese es el problema contigo, Andrés, te tengo que decir lo que espero o lo que deseo, porque no te das cuenta por ti solo...

ANDRÉS: ¿Eso está mal, Samanta?

Maru le hace un gesto a los otros cuatro y, sutilmente, se van levantando de la mesa, dejándolos a solas...

ANDRÉS: Responde, ¿es un pecado no saber qué hacer?

SAM: No es un pecado, pero con el tiempo que llevamos juntos, ya deberías saber qué quiero y qué no, ¿no crees?

ANDRÉS: Se mucho de lo que quieres y de lo que no, sólo pensé que mi proposición había sido espontánea, romántica, pero veo que no, que pretendes más que eso.

SAM: A mí no me pareció nada romántico. Espontáneo seguro, pero romántico, no. Lo sentí como si lo hicieras porque es lo que toca...

ANDRÉS: Estás muy mal si piensas eso. Al final, parece que la que no me conoce tanto como se supone, eres tú. Y si no fue romántico, debiste decirlo, ¿no te parece? Tenemos confianza, Sam, no entiendo tu silencio.

SAM: Creí que en la tonta idea que esa no era realmente la forma de pedirme que fuera tu esposa, pero por lo que estoy escuchando, si lo es... (Se levanta) Mejor me voy, no quiero fastidiarles la comida a los chicos, despídeme de ellos...

ANDRÉS: No te vas a ir a ningún lado, Samanta, no sin mí. Ven acá, hablemos de esto porque es obvio que nuestros conceptos sobre el romance son muy distintos. Esa mañana, me dijiste que era muy dulce, pero que no estábamos preparados para asumir ese compromiso. Me llenaste de besos e hicimos el amor fogosamente, ¿cómo iba a saber que no fue lo que esperabas? No soy adivino, Sam, pero te amo con mi alma entera y quiero que seas mi esposa

SAM: Y sabes que te voy a decir que si, pero quería que lo hicieras de otra forma, igual, ya no tiene sentido...

ANDRÉS: Si lo tiene, porque ahora se que esperas algo distinto. Mi amor, te juro que creí que te había gustado... (Se levanta y la besa) Por la manera en que te entregaste a mí aquella vez, sentí que estabas feliz con saber que quería que fuéramos marido y mujer. De haber sabido que no era así, ya te lo hubiera pedido de otro modo. De lo contrario, habría tomado tu respuesta como una negativa, ¿no te parece?

SAM: Es que estaba feliz, pero necesitaba algo más...

ANDRÉS: Y ahora que lo se, te prometo que vas a tener la mejor proposición de matrimonio de la historia. Sam, morenita divina, nunca había siquiera pensado en casarme y como contigo las cosas se dieron de manera natural, aunque te resististe al principio, pensé que si te lo pedía así, naturalmente, iba a ser ideal. Pero te juro que eres la única mujer a la que haría mi esposa y a la que me entregado en cuerpo y alma, en toda mi vida. Lamento esta confusión...

SAM: Te amo, moreno (Lo besa y luego le habla al oído) ¿Nos vamos?

ANDRÉS: Si, preciosa, ya mismo... (Se gira) ¡Gente, ya pueden volver!

MARU: (Aparece primera) ¡¡Menos mal, ya quería saber todo el chisme!!

BAUTISTA: María, ya...

MARU: (Lo fulmina con la mirada) Estos dos se van a casar y tú y yo, nos vamos a divorciar, ¿entendiste? (Se vuelve a la parejita) ¿Se van en serio?

SAM: Si, creo que tenemos mucho de que hablar...

ANDRÉS: Pienso lo mismo. (Saluda a todos) Me quedo con ganas de darle unos besos a las niñas, pero se que ustedes se los van a entregar, ¿eh?

MARTÍN: ¡Claro, menso! Nosotros las besuqueamos, no te preocupes

MARU: (Abraza a Sam) Nos estamos viendo, niñita, jajajaja

TAMI: (Se une al abrazo) Hasta otra, Tata, jajajaja

SAM: Jajajaja, nos van a confundir, Tata, jajajaja

TAMI: Es su problema, jajajaja...Tenle paciencia al soquete de tu novio...

SAM: Claro que se la tengo. Nos estamos viendo, bellas...

ANDRÉS: Adiós, gentuza, jajajaja (Se van)

MARU: ¿Café?

BAUTISTA: ¡Si!

MARU: Les preguntaba a mis compadres...

TAMI: Uy, primito, estás frito, jajajaja, yo no quiero

MARTIN: Yo si, gracias...

MARU: ¿Me acompañas, marida?

BAUTISTA: Pero, ¿por qué estoy frito?

MARU: (Lo ignora) ¡Jum! (Se va a la cocina)

MARTÍN: ¿Todavía no sabes, Titán? Estás muy mal...

BAUTISTA: ¡Mujeres! (Se sienta en el sillón) No le voy a discutir, este embarazo la tiene completamente vuelta loca, Tincho, que se le pase...

MARTÍN: A veces, es mejor así, compadre...

BAUTISTA: Lo se...

En la playa, Dani y Alejandro, seguían de festejo...

ALEX: Cosita, ¿dónde vamos a dormir?

DANI: En una carpa...

ALEX: ¿Y no te va a dar frío?

DANI: Hay mantas, Cosito, lo tengo todo preparado, mira hacia allí...

ALEX: (Lo hace) Eres muy inteligente, Daniela, me gustas...

DANI: Y tú me encantas...

ALEX: ¿Te encanto? (Besote) ¿Sabes qué? Coge la ropa, vamos a la carpa de una vez, ¿no?

DANI: Vamos...

ALEX: (La alza y se meten a la tienda. Había un colchón inflable y cobijas. Una heladerita portátil, almohadas y varias cosas más) ¿Cómo hiciste todo esto? ¿Quién te ayudó?

DANI: Mis hadas madrinas, jajajaja

ALEX: (La acuesta y lo hace él también) ¿Tienes hadas madrinas? ¿No quieres un príncipe encantado?

DANI: No lo quiero, porque ya tengo uno...

ALEX: ¿Dónde está?

DANI: Lo tengo frente a mí...

ALEX: ¿Soy yo? ¿Y qué pretende usted de su príncipe?

DANI: Todo...

ALEX: ¿Todo? ¿Sabes lo que eso me provoca?

DANI: Perfectamente...

ALEX: ¡Qué mal! Quería explicarte...

DANI: Explícame, entonces...

ALEX: (La pone boca abajo y la besa desde los pies hasta la cintura) ¿Vas entendiendo?

DANI: No, necesito que me lo expliques mejor...

ALEX: (Prosigue con los besos) ¿Te vas a aguantar que te haga el amor toda la noche, sin parar, una y otra vez? Porque eso es lo que tengo en mente... (Comenzó a acariciarle las piernas, por la parte interna, sin llegar al centro de Dani)

DANI: Toda la noche, sin pausa....

ALEX: Sin pausa, Cosita... (Llevó la mano hasta el sitio que hacía perder a su esposa)

DANI: (Gime) Dios, amor, me haces perder la cabeza...

ALEX: Esa la idea, ¿sabes cuál es mi mejor regalo? (Movió la mano más intensamente)

DANI: ¿Cuál?

ALEX: (La gira hasta ponerla boca arriba) Saber que dentro de ti (Le besa el vientre) Vive nuestro amor. Que en casa, en nuestro hogar, hay dos revoltosos que nos aman y a quienes amamos... (La mira y le acaricia el rostro) Tú, Dani y todo lo que hemos logrado juntos. Te voy a estar eternamente agradecido y mi amor, será siempre tuyo, de nadie más

DANI: Todo esto es gracias a los dos, pero principalmente a ti...

ALEX: Siempre dices eso y no lo ves desde mi perspectiva, pero ahora, es lo de menos, amor. Te deseo, Dani, más que el primer día...

Poco después que Sam y Andrés se fueran de casa de Bautista, Tami, Martín y la pequeña Martina, siguieron sus pasos. Al verse a solas con su marido, con quien estaba molesta, Maru lo miró con cierto desdén y se fue a checar a Lucía.

BAUTISTA: (Va con ella) Ya, Chocolatita, no estés enojada

MARU: (Se gira y habla muy seriamente) Uno: Tienes suspendido el uso de sobrenombres. Dos: eres un metiche y no entiendes nada. Tres: me llamaste por mi nombre de pila, sabiendo que odio eso. Estás nominado para abandonar la casa de "Gran Hermano", Bautista Nicolás. Intenta no dirigirme la palabra, a menos que sea estrictamente necesario.

BAUTISTA: Uno, no pienso aceptarlo. Dos, el metiche no fui yo y tres, es una tontería enojarse porque te llame por tu nombre... (La abraza, pero ella lo rechaza) ¿De verdad te vas a enojar por eso?

MARU: ¡Claro que si! Si pregunté fue porque sabía que podía, Bautista. No soy tonta, se cuándo puedo intervenir en una conversación que no es mía. Sabes que me irrita que me digas mi nombre y ese tonito con el que lo haces. Tú piensas que el embarazo me tiene mal y es cierto, pero esto, es otra cosa. No quiero verte, realmente no te das cuenta de la forma en que me hablas a veces y francamente, se que otro en tu lugar, ya me hubiera dejado más sola que un hongo, pero no por eso, voy a permitirte que me trates de ese modo

BAUTISTA: No te traté de ninguna manera, sólo te dije que no te metieras, pero si crees que te hablo mal, es tu problema. Cuando quieras perdonarme, me avisas... (Sale del cuarto)

MARU: (Lucía se despierta y come un poco) Tu papá es un bobo, pero como marido, preciosa, porque como papá es el mejor...

LUCÍA: (Con voz suavecita, casi imposible de oír) Papá...

MARU: ¡Ay que me muero muerta! ¿Hablaste, hija? Papá...

LUCÍA: Papá...

MARU: (Sale del cuarto con la niña) Bautista...

BAUTISTA: ¿Qué? ¿Me vas a seguir atacando?

MARU: Te llaman

BAUTISTA: ¿Quién?

MARU: (Gira a su hija para que quede frente a Bautista) Anda, mi vida, dilo otra vez... Pa...

LUCÍA: Papá...